La Orden del Dragón lucha contra el Papa Luna. Por Claire Gruié

En 1408, el Rey Segismundo de Hungría, soberano del Sacro Imperio Romano Germánico fundó la Orden del Dragón: hermandad militar de caballeros y príncipes de toda Europa que tenía como objetivo defender fanáticamente la Iglesia Católica. Llevaban una capa negra sobre una prenda roja. Algunos de estos nobles unieron el nombre de esta orden al de su familia. Así, los Condes de Valaquia, se hicieron llamar “Dracul” y el más famoso de ellos sería Vlad Tepes conocido como El conde Drácula “El Empalador”. En sus estatutos de fundación podemos leer: “Nuestra clara determinación de aplastar al pérfido enemigo, a los autores del Cisma y a los caballeros paganos”.

El Concilio de Constanza en Alemania tuvo por objetivo acabar con el Cisma de Occidente, es decir con la tricefalia de la Iglesia o la legitimidad de 3 papas entre Aviñón, Roma y Peñíscola. Convocado por Segismundo y el antipapa Juan XXIII, se realizó entre 1414-1418. El Concilio y la despiadada Orden del Dragón pretendían acabar con los herejes y sobre todo, con el que consideraban el mayor traidor: el aragonés Pedro Martinez de Luna (Benedicto XIII) que fue papa en la obediencia de Aviñón y luego desterrado a Peñíscola sin renunciar nunca a la legitimidad de su posición de papa. Excomulgado y repudiado incluso por Aragón, solamente tres cardenales le guardaron lealtad. En 1411, desde su fortaleza-monasterio en Peñíscola, Benedicto XIII acompañado de su curia, abogaba por el diálogo entre las religiones. Fue el promotor de la “Disputa de Tortosa”: el más importante debate interreligioso y ecuménico de la Edad Media (1413-14). En 1418, la Orden del Dragón intentó envenenar al Papa Luna con un postre medieval llamado “El citronat”. Dos sirvientes se lo sirvieron aliñado con arsénico y, aunque le provocó graves daños, no lograron acabar con la vida del pontífice que vivía protegido por los caballeros templarios (oficialmente la Orden de Montesa) en su último castillo situado junto al mar Mediterráneo. Benedicto XIII encargó construir en 1420 una fuente octogonal de 8 caras (4 papales y 4 constelaciones) para sus jardines. En los relieves de esta obra, que hoy se encuentra en la catedral de Tortosa, aparece la imagen de un dragón frente a un Águila, simbolizando la lucha entre la orden del Dragón y Benedicto XIII también conocido por su nariz aguileña. A los pies de estos animales, un león (tribu de Judá). Asimismo, el Papa se quedó con “el tesoro del cisma” es decir entre otras cosas, con la primera tiara papal de San Silvestre (285-335). Dispuso de una biblioteca de 10 siglos de conocimiento similar a la de Alejandría, con 2 500 códices, planos de catedrales y sinagogas y del Santo Cáliz de Valencia en 1424 que tenía la base islámica, el nudo cristiano y la copa judía. El Papa Luna potenció la expansión de la cristianización y colonización de las Islas Canarias mediante varias bulas y en 1412, con la preparación en el arte de la navegación de monjes franciscanos en la escuela que fundó (anterior a la portuguesa de Sagres de 1418). Es cierto que la Orden del Temple había empezado a visitar América tres siglos antes de Cristóbal Colón (alrededor de 1200) dejando su conocimiento (náutico, alquímico) almacenado en Peñíscola. Benedicto XIII vivió en el castillo del Maestrazgo hasta los 95 años.

Segismundo de Luxemburgo: hombre cruel y ambicioso tenía como consejero oculto a Abramelin el Mago que le inspiró la creación de la Orden del Dragón Invertido. Fue un elegido al que la secta más antigua y hermética de Egipto le reveló su secreto milenario de inmortalidad llamada “Magia Sagrada”. En contacto con los terribles dioses del Inframundo, usaba técnicas basadas en el culto a Seth, Horus y Osiris para así preservar los secretos de la “sangre eterna”. La antigua magia turca a la que hizo referencia Von Sebottendorf, gran maestre y fundador de la sociedad alemana Thule habla también de esta sangre eterna y Hitler fue “El elegido del Dragon”. La Golden Dawn (Hermética Aurora Dorada) mantuvo contactos con la secta Thule a través de Aleister Crowley. La Magia Póstuma de Abramelin tuvo un fuerte auge en el este de Europa para recuperar los viejos misterios chamánicos. Además, la Orden del Dragón fue muy influenciada por la Orden militar de San Jorge. La mítica lucha entre Horus y Set en el antiguo Egipto se encuentra reactualizada en 1201, entre San Jorge y el dragón.

Se puede mencionar para más inri, al sacerdote Juan Hus Wycliffe, reformador checo que murió en la hoguera en 1415 por denunciar la corrupción y la simonía en la Iglesia. Durante sus predicaciones, Hus condenaba principalmente la brujería, lo que seguramente fue la causa principal de su enemistad con Segismundo y la verdadera razón de su condena a muerte. La ejecución de Juan Hus fue seguramente también una estrategia de la Orden del Dragón para intimidar al Papa Luna. En resumidas cuentas, con estos acontecimientos presenciamos una lucha acérrima entre dos facciones procedentes las dos del esoterismo y del reptante ocultismo. Segismundo o el Papa Luna: tanto monta, monta tanto.

Autor

Claire Gruie

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