21/11/2024 14:49
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Haríamos un ejercicio de retórica sin mayor sentido, si en el asunto que nos ocupa, cargásemos contra el Gobierno y sus socios (ralea de la peor calaña), por cuanto la izquierda profesa un relativismo absoluto, defendiendo como dogma inmutable e indiscutible la negación de la posibilidad de un conocimiento objetivo de la verdad. De ahí, su gran oposición a la Iglesia, a la que trata de combatir por todos los medios posibles. En resumidas cuentas, a la Izquierda no le importa para nada la verdad, en la que no cree, e intenta imponer a las sociedades su moral propia y sus creencias. Una moral que no se ajusta a la conocida como ley natural, sino que la relativiza y la adapta a la circunstancialidad socio-cultural de cada momento histórico, imponiendo sus criterios e ideas desde los organismos del poder político y mediático (medios de comunicación). Y el medio siempre ha sido, la revolución o la busca de la laicización (laicismo de Estado), que pone de moda el libertinaje, la descomposición de las costumbres, la ausencia de pudor y el relativismo cultural (lo que aprovecho para dar un… ¡Viva Franco!)

    Aquí, en esta cuestión, contra quien hay que cargar es contra el Partido Popular, que para un católico y un español de bien debería estar hace mucho tiempo defenestrado, por cuanto profesa una fe y una verdad tan diluidas, que es difícil incluso llegar a conocer exactamente su pensamiento. De ahí esas contradicciones que se dan en algunos de ellos cuando dejan el cargo y la prebendas, que no la paga. Véase como ejemplo a esos dos meapilas que son: Jaime Mayor Oreja y Jorge Fernández Díaz, a quienes les importó muy poco que su partido (PP) defendiera el aborto mientras ellos formaban en sus gobiernos y en la dirección del partido, aunque hoy, jubilados, se muestren tan ardientemente combativos contra el mismo, sin que les falten “acólitos”, incluso entusiastas, lo que muestra y demuestra la conciencia y memoria de gran parte de la sociedad española.

    La cultura de la muerte ha llegado a su cenit, porque ya no es que se crea equivocadamente, pese a la información que nos proporciona la ciencia, que el aborto es un derecho, sino que se combate cualquier propuesta o medida que impida o rebaje dicha “matanza”. Que es lo que queda meridianamente claro con la oposición que el Partido Popular ha manifestado al “protocolo” propuesto por la formación política VOX, a fin de dar información veraz, objetiva y exacta a las mujeres que tienen decidido abortar, haciéndolas tomar conciencia de lo que realmente van hacer (asesinar de forma alevosa al niño que llevan en su seno). Y es tal la oposición a que la masacre del aborto pueda ser rebajada, que el “protocolo” es calificado de propuesta “frívola” e “indebida” sobre unas razones espurias:

. La medida impide la gobernabilidad de España en este año crucial. . La propuesta demuestra un grave déficit institucional. . El “protocolo» facilita una reedición del Gobierno socialista, proporcionándole a Sánchez un balón de oxígeno indiscutible.

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    Digo que la cultura de la muerte ha llegado a su cenit, porque primero fue la de casi una generación de jóvenes por la droga durante la etapa de la llamada “Movida”. Y al socaire de esta matanza, la causada, principalmente, por la banda marxista-terrorista ETA con un saldo de casi 1.000 asesinados. Así, si computamos todas estas muertes, podemos dejar dicho que el régimen del 78 ha hecho de España un gran cementerio.

    Ahora se comprende en toda su dimensión, que España, más que ninguna otra nación del mundo, celebre el día de las INOCENTADAS el 28 de diciembre, día en el que se conmemora la terrible “matanza” ordenada en Palestina por el rey Herodes, en un intento de matar al Niño Jesús, cuyo poder divino temía. Siendo que aquellos infantes menores de 2 años fueron y son considerados los primeros mártires de la fe cristiana.

    Ahora bien, no podemos dejar de consignar que el gran éxito alcanzado con la “matanza de los inocentes en los vientres de sus madres” tiene muchos culpables, inductores y cooperadores necesarios que han presentado el aborto como un crimen inexistente, un hecho inofensivo, un acto moralmente inocuo, consecuencia de su normalización en la conciencia de gran parte de la sociedad española.

    Ignorancia a la que ha contribuido la falta de persistencia en su denuncia en la misma jerarquía de la Iglesia, siendo que el mismo papa Francisco, a los pocos meses de ser Papa, dejó dicho que ya estaba bien de hablar “tanto” sobre el aborto. Falta de persistencia en su denuncia como la observada el día 28 de diciembre de 2022 por el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella con su tuit: “Día de los Santos Inocentes, que conmemora la matanza ordenada por Herodes de los menores de dos años nacidos en Belén, recordemos que miles de inocentes siguen muriendo en el mundo por culpa del hambre, guerras o migraciones”. Y de los niños masacrados en los vientres de sus madres… ¿QUÉ?

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    El execrable y alevoso crimen del aborto ha tenido un gran éxito en España, y a esta espantosa realidad han contribuido muchos, que han logrado una gran victoria que les agradece Lucifer. Cuya estatua habría que quitar del parque de El Retiro en Madrid, única nación del mundo que tiene una estatua a Satanás.

    Franco, a quien odiáis, os salvo. Deberían haberos abortado a todos, señoras y señores del Partido Popular. Alguien os lo tiene que decir.

Autor

Pablo Gasco de la Rocha
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