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Literal cita del ineludible folleto masónico “De oro y cielo azul” (Turku, 1992, p. 25). Sostiene que “los masones fueron los pioneros y promotores de la vacunación”. En realidad, fue el masón y el médico, Edward Jenner, quien en 1796 comenzó a promover la vacunación “preventiva”, un hecho del que los masones se sienten singularmente orgullosos de (John Hamill, Robert Gilbert, “La Francmasonería: Una Celebración del Arte”, Londres, 1998, p. 128). Edward Jenner fue miembro de la Logia Fe y Amistad No.270 en Berkeley, Inglaterra (ibid., p. 235).

Los masones Rockefeller

Hasta el 80% de todas las vacunas utilizadas para los críos, un ejemplo a vuela pluma, están fabricadas en laboratorios controlados por la familia masona Rockefeller. Qué decir de la timovacuna covidiana. O del Gran Farsante y pesetero, Louis Pasteur, propagador junto al también aciago Koch, de la falsísima ¡¡¡teoría¡¡¡ microbiana de la enfermedad: LOS DENOMINADOS VIRUS CARECEN DE CAPACIDAD INFECTIVA ALGUNA. La principal fuente de dinero de Pasteur fueron los Rothschild de París, en particular Gustave Rothschild.

Recordemos, crucial meollo: las estadísticas muestran, que la mengua de la tasa de enfermedades infecciosas comenzó bastante antes que las grandes campañas de vacunación a comienzos del siglo XX. Las vacunas se han cobrado millones de vidas humanas y los programas de vacunación continúan. Y continuarán. Agenda NOM, pura y dura.

El francmasón Gates toma el relevo

Y, lo más postrero: la Tía Juana, Gates, no hay boda (mejor dicho, funeral) sin ella: Francmason William Henry Gates III. Y concluyo con la doctora Ghislaine Lanctot, autora canadiense del imprescindible “La mafia médica” (Coaticook, 1995). Escribió en la revista médica canadiense: “Las autoridades médicas siguen mintiendo. La vacunación ha sido un desastre en el sistema inmunológico. En realidad, causa un montón de enfermedades. En realidad, estamos cambiando nuestro código genético a través de la vacunación …. De aquí a diez años sabremos que el más grande crimen contra la humanidad fueron las vacunas”. Covidicias. Y no covidicias. En fin.

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