El cura de Ars. Por Gil De la Pisa Antolín

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Al parecer “están vaciando los pantanos”… Si esto cierto, como parece, se confirmaría una vez más que tenemos unos gobernantes empeñados en demostrar que pertenecen al sector de “los locos más peligrosos”, esos que, además nacen cretinos. ¿De dónde habrá sacado el mismísimo Lucifer semejantes “hombres públicos! para España? ¿Tan pecadora se ha vuelto España que nos ha enviado Dios el peor castigo? Únicamente a unos trastornados mentales se les ocurre –con la sequía imperante no sólo en Europa y sino especialmente en nuestra Patria– una estupidez semejante. ¡Esto explica su odio a Franco! Él, resolvía problemas y ellos los crean como hongos y, además, “contra natura”, en lugares donde nunca nacerían. Solo mentes degeneradas al máximo, pueden “inventar” lo que, en ellos, parece “normal”. No se necesitan más comentarios, Con este, está dicho todo.

Pasemos al tema de hoy,

El Evangelio del día,–lunes 29 de agosto, fiesta de San Lorenzo–, ha llevado mis cavilaciones al Cura de Ars. Un santo de nuestra época, Del que ya tenemos “fotos”, –vivió lo suficiente para alcanzar la era de “la fotografía”—artículos periodísticos, testimonios de hijos de contemporáneos suyos que llegamos a conocer. No podemos pensar que fue un santo “mitológico” de épocas sobre las que apenas quedan pruebas palpables de su forma de vivir o de sus rasgos personales. Podemos verlo de carne y hueso. Por otra parte, ya había “viajes ·turísticos”; los hombres empezaban desplazarse con facilidad; había nacido el ferrocarril y el vapor sustituía a las velas en los barcos. De todo el mundo llegaban a Ars gente que se quería confesar con él y, en su confesionario se formaban colas de “días de espera”…

Conocemos perfectamente su vida, y, todo lo que se cuenta es verificable. San Juan María Vianey llevó una vida muy especial y aleccionadora. Dios permitió al diablo que lo persiguiera e, incluso, que le “maltratara de hecho”, no solo con tentaciones espirituales. Satanás se la tenía jurada y procuraba no dejarle descansar.

Un santo alegre y admirable, con un don especial para leer en las conciencias de los que le pedían consejo o se confesaban con él. Ciertamente, un elegido de Dios que “entusiasma” por su proximidad a nosotros. Dentro de unos días –el 4 de agosto—celebraremos su fiesta.

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Digo que el Evangelio de hoy me ha llevado al Cura de Ars, porque era un párroco “empeñado” en que todos sus feligreses fueran al Cielo, y para eso fue un cura “reaccionario” –aunque no llegó a “fascista” porque el movimiento mussoliniano aun tardaría un siglo en aparecer—que intentaba “controlar a todos los habitantes del pueblo”: No les dejaba trabajar en domingo, —cosa difícil de conseguir porque los labradores de Ars estaban acostumbrado a ir al campo todos los días del año,

Sobre todo el santo párroco le tenía declarado la guerra al “baile” porque un baile–él lo tenía claro—fue la causa de decapitación de San Juan Bautista por Herodes que lo respetaba y admiraba. A nuestros modernistas, demócratas y liberales, me imagino que el Cura de Ars se les debe atragantar por su actuación “fascista”

Eso sí, de tener yo autoridad en el Vaticano, ampliaría el patronazgo de este santo, a las “feministas”… A lo mejor un santo tan milagrero conseguía de ellas y de los padres de la LGTBI recuperar el “seso” (en “sexo” ya son duchos) y enterarse de esta verdad: No dicen, ni hacen ni hacen más que estupideces de nefastos resultados. Solo un hombre santo y práctico les podría meter en vereda.

El Cura de Ars, de haber nacido en el siglo XIX o mediados del XX, habría sido más conocido mundialmente que el más popular y famoso de los hombres de hoy, Venían de toda Europa y hasta de los Estados Unidos a confesarse con él y los pensadores agnósticos del Paris de entonces se arrimaban a Ars con intención de discutir con él, pero, él, les exigí primero pasar por el confesionario… ¡y los desarmaba!

Esta realidad me lleva a sugerir a quienes quieren reformar la Iglesia que estudien la vida de San Juan Mará Vianey intensamente y con humildad. ¿Se han olvidado que él lo hizo todo sentado hasta doce horas o más en el confesionario? En vez de tanto seminario de estudios religiosos, comisiones, sínodos y ·conciliábulos” .que de todo hay en la viña del Señor— ¿no sería mejor editar en número millonario ejemplares de la vida del Cura de Ars y dar un ejemplar a cada sacerdote y obispo? ¡Eso sí!, con la obligación de presentar un estudio analítico breve –pero meditado– de esa vida, como examen final de la prueba.

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Creo que debería ser obligatorio mi consejo para el clero alemán, holandés y centro europeo. Quizás así, se convencen de cosas tan fundamentales, como que sin sacramentos –conocidos y vividos– el Catolicismo está muerto ya.

Parte del clero y Jerarquía alemanes llevan casi un siglo escandalizando a la Iglesia, ¿no es pasarse ya de buenismo?, sobre todo si vemos que nuestro Señor y divino Maestro, maldijo a los escandalosos. ¿Es Roma más bondadosa que Cristo?

Trento libró a nuestra Madre la Iglesia de las consecuencias peores del Luteranismo, al menos durante casi tres siglos, porque usó el látigo de Jesús contra los fariseos en su debido tiempo, mientras que el “buenismo” imperante en la Iglesia desde hace sesenta años permita que Lucifer se mueva entre nosotros como Pedro por su casa.

Quizás si nuestros pastores asimilan el modo de vivir la fe y los sacramentos del santo Cura de Ars, todos los problemas del Catolicismo actual se solucionarían por sí solos y los simples fieles no sentiríamos mejor “cuidados y dirigidos”. Y como consecuencia la Sociedad civil volvería a ver reinar la auténtica Libertad en la Verdad y en la Justicia. El santo patrón de los “párrocos” es el mejor aval de la sentencia”: “La santidad es útil para todo”…