24/11/2024 07:30
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¿Cómo saber el estado del parque de viviendas español y de la llamada pobreza energética? Estos meses hemos vivido con el corazón en un puño por los precios diarios de la energía eléctrica y el gas natural, pero, esto es sólo uno de los problemas a los que nos enfrentamos a diario para cuadrar las cuentas de la familia.

Uno de los retos técnicos y sociales más importantes a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI es, sin duda, la reducción de la dependencia energética de los combustibles fósiles y la de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmosfera. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son 17 objetivos para transformar nuestro mundo, que la ONU aprobó en 2015 en el contexto de la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. Entre ellos, hay cuatro directamente relacionados con la eficiencia energética y la reducción de emisiones,

COMPROMISOS DE ESPAÑA

El 40 % del consumo total de energía en la Unión corresponde a los edificios. Por ello, la reducción del consumo y el uso de energía, constituyen una parte fundamental de las medidas necesarias para reducir la dependencia energética y las emisiones de gases de efecto invernadero.

España como estado miembro de la Unión Europea es parte del compromiso con el Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, adoptado el 12 de diciembre de 2015 en la COP21. Un acuerdo global de cambio climático, de carácter jurídicamente vinculante, por el que todos los países se comprometen a participar en las reducciones globales de gases de efecto invernadero. Además, España está comprometida con los objetivos de energías renovables y eficiencia energética:

Un objetivo vinculante para la UE en 2030 de, al menos, un 40% menos de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990.
Un objetivo vinculante para la UE en 2030 de, al menos, un 32% de energías renovables en el consumo de energía.
Un objetivo indicativo para la UE en 2030 de, al menos, un 32,5% de mejora de la eficiencia energética.

Tal vez el último objetivo sea el más importante.

El edificio de viviendas es la tipología más común, según los datos facilitados por el Catastro y, tal y como se recoge por el Ministerio de Transportes, “de la superficie construida del parque inmobiliario en España, sin tener en cuenta usos industriales, almacenes y asimilables, un 77% se corresponde con el uso residencial”.

Las viviendas que se están construyendo actualmente, y las que se construyan a partir de la entrada en vigor de la última modificación del CTE HE, publicado el pasado mes de diciembre de 2019, serán muy eficientes y cumplirán con la definición de Edificios de Energía Casi Nula (EECN). Sin embargo, no se podrán conseguir los objetivos sin actuar de forma generalizada e intensiva.

EL CONSEJO GENERAL DE LA ARQUITECTURA TÉCNICA DE ESPAÑA

Es el órgano coordinador de los cincuenta y cinco Colegios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos existentes. Representa a la Arquitectura Técnica a nivel nacional e internacional y vela por sus intereses y por la mejora continuada del sector de la edificación, buscando a través del servicio profesional de sus miembros, el mejor servicio a la sociedad. Es decir, como técnicos mucho más en contacto con la realidad y la gente que nuestros políticos, merece ser escuchada.

Desde el Consejo y la profesión hay un convencimiento total de la necesidad de impulsar la rehabilitación del parque de viviendas construido, además de por la necesidad de mejorar su eficiencia energética, por otras muchas razones relacionadas con el propio estado de conservación y seguridad, la salubridad de los edificios y su influencia en los habitantes incluyendo la necesidad de conseguir la accesibilidad universal en la totalidad del parque inmobiliario. Esta accesibilidad se analiza por el propio autor aquí, aquí y aquí

ENCUESTAS

Sus principales conclusiones son:

a) La eficiencia energética es uno de los factores menos relevantes en la toma de decisión para la adquisición de una vivienda, estando muy por detrás de otros como el precio, la ubicación o la superficie.
b) Sólo el 51% de la población conoce el Certificado de Eficiencia Energética de los edificios, una de las herramientas fundamentales para la cuantificación de la eficiencia de las viviendas.
c) El 69% de los encuestados manifiesta que no invertiría en su vivienda para reducir el coste de sus facturas energéticas.

En colaboración con la Fundación Mutua de Propietarios y también revela información significativa, como, por ejemplo:

a) Más del 71% de los encuestados consideran que el aislamiento de sus viviendas es bastante o completamente adecuado. En el parque residencial de España, más del 50% de las viviendas no están aisladas, y del otro 50%, la mayoría a pesar de estar aisladas, son poco eficientes, evidencia un concepto erróneo del confort térmico o de la idoneidad del aislamiento.
b) Indican los resultados que hay habitaciones (7-8%) que tienen una temperatura inferior a 17º, y otras (31-35%) con una temperatura igual o inferior a 19º, ninguna de estas dos temperaturas es compatible con el confort térmico, y el rango por debajo de los 17º podría considerarse cercano al concepto de “pobreza energética”, además de contrario a los parámetros recomendables para la salud de las personas.
c) Manifiestan los encuestados que sus aperturas al exterior, ventanas, tiene una antigüedad superior a 11 años en el 63% de los casos.

 CONTEXTO NORMATIVO

La Directiva 2002/91/CE7 sobre la eficiencia energética en edificios marcaba el inicio de un camino a seguir, a la que siguieron la Directiva 2010/31/UE1 y, por último, la Directiva 2018/8448. Todas ellas han hecho que los países miembros mejoren su parque edificatorio y la promoción de edificios sostenibles. Hoy el CTE, Código Técnico de la Edificación, regula la parte energética de los nuevos edificios o aquellos que necesiten de rehabilitaciones sustanciales. Este documento, que vio la luz por primera vez en 2006, ha sido modificado y elevada su exigencia. La última versión se publicó el pasado mes de diciembre de 2019. Con el CTE, los nuevos edificios serán muy eficientes y cumplirán con los requisitos para denominarse Edificios de Energía Casi Nula. También el RITE, Reglamento de la Instalaciones Térmicas de la Edificación, desde año 2007, y actualizado en el 2013.

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El consumo energético de los edificios depende fundamentalmente de dos factores, el primero es la demanda, que consiste en la cantidad de energía necesaria para mantener el edificio en las condiciones de confort oportunas y que depende del aislamiento, carpinterías y orientación, fundamentalmente. Y el segundo es el rendimiento de las instalaciones, que depende de las tecnologías empleadas, los combustibles y el porcentaje de energías renovables utilizadas.

Uno de los elementos más importantes para determinar la eficiencia de los edificios es la CERTIFICACIÓN ENERGÉTICA, regulada por el RD 235/20139. Según los datos de la Comisión Europea (EU Building Stock Observatory), los valores de renovación del parque residencial en nuestro país son muy bajos con respecto a los de otros países de la UE. En España en 2014 se renovaban en profundidad aproximadamente el 0,8% de los edificios mientras que, en Francia o Alemania, por ejemplo, se sitúa por encima del 15%. ¿Por qué no miramos a Europa en estos datos?

PARQUE EDIFICADO EN ESPAÑA

Se ha acudido a los datos del INE de número de edificios y viviendas, actualizado con los datos de licencias de los informes elaborados y publicados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

En este momento en España contamos con un parque de 25,92 millones de viviendas, de las cuales 13,64 millones son anteriores a la obligatoriedad de cumplimiento de la primera norma que estableció uno requisitos mínimos en cuanto a las condiciones térmicas de los edificios, la NBE-CT-79. En la gran mayoría no contarán con ningún tipo de aislamiento térmico al no resultar preceptiva su instalación, los rendimientos energéticos de estos edificios son muy deficientes, provocando el consumo de importantes cantidades de energía.

Existen otros 10,18 millones de viviendas que, aunque sí cumplirían con la citada norma, dispondrían según la exigencia de la misma de unos aislamientos muy pobres, máxime si los comparamos con los que deberían de tener si cumplieran con la última versión del CTE. Para poder hacernos una idea, una fachada en Madrid de acuerdo al CTE publicado en 2019, debería tener al menos un espesor de aislamiento en el entorno de los 12 cm, mientras que según la CT-79, con 3 cm podrían cumplir, esto significa una cuarta parte de la exigencia actual.

Por último, contamos con 1,42 millones de viviendas construidas durante la última década ya con los parámetros de calidad del CTE, que si bien son los de su primera versión (2006), y aunque no se puedan considerar Edificios de Energía Casi Nula según los parámetros de la versión del CTE de 2019,

CERTIFICADO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

El CEE se considera una herramienta fundamental para medir la eficiencia del parque edificado. Obligó a los países de la Unión a tener un termómetro de la eficiencia energética del parque inmobiliario, teniendo que crearse además registros para su análisis.

Gracias al informe anual publicado desde 2013 por el IDAE sobre el “ Estado de l a Certificación Energética de los Edificios” disponemos de una fotografía de la eficiencia energética del parque inmobiliario residencial de España. A continuación, se muestra los certificados realizados y registrados, clasificados en función de la calificación obtenida:

Como se puede observar, la muestra de certificados a día de hoy es bastante importante, más de 3,5 millones de CEE, y nos ofrece una información muy relevante de la situación del parque de viviendas en España. Una gran mayoría de viviendas, letras D, E, F y G, siguen siendo muy poco eficientes. Si atendemos al siguiente gráfico también contenido en el mismo informe del IDAE podemos sacar conclusiones muy claras de las necesidades de actuación.

Si hacemos la siguiente consideración, y asumimos las certificaciones energéticas con las letras A, B y C, como eficientes (5%), las letras D y E como viviendas poco eficientes y susceptibles de mejora (65%) y las letras F y G como muy deficientes energéticamente y necesaria una intervención para su mejora (30%), y a su vez lo trasladamos al parque de viviendas actual de 25,92 millones de viviendas:

Mejora letras D y E – 16,85 millones de viviendas
Mejora letras F y G – 7,78 millones de viviendas

Es decir, existe un parque edificado de entre 8 y 13 millones de viviendas con unos rendimientos energéticos muy desfavorables que deben ser rehabilitadas si se quieren cumplir con los compromisos a tal efecto adquiridos por España..

POBREZA ENERGÉTICA

Si atendemos a la definición de pobreza energética del Observatorio Europeo “La pobreza energética es una forma distinta de pobreza asociada con una serie de consecuencias adversas para la salud y el bienestar de las personas, con enfermedades respiratorias y cardíacas, y salud mental, exacerbada debido a las bajas temperaturas y el estrés asociado con facturas de energía inasequibles” y consideramos que una temperatura igual o por debajo de 17 °C, es perjudicial para la salud de los habitantes, encontramos que según la encuesta realizada por el CGATE y la Mutua de Propietarios, un 8% de la población se encuentra en esta situación.

Estos resultados se corresponden perfectamente con los recogidos en la Estrategia Nacional contra  la Pobreza Energética 2019-2024, del Ministerio para la Transición Ecológica, que también indican en el parámetro de temperatura inadecuada un 8% de la población en el año 2017:

La eficiencia actúa directamente como agravante de la situación de pobreza energética de los hogares, según la definición del Ministerio: “La pobreza energética es la situación en la que se encuentra un hogar en el que no pueden ser satisfechas las necesidades básicas de suministros de energía, como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente y que, en su caso, puede verse agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía”.

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Los datos nos reflejan una necesidad importante de actuación en al menos el 8% de las viviendas principales, cerca de 1,5 millones de viviendas, y recomendable en 8 millones.

Pero de esta situación ahora no toca, ahora no se habla.

POSIBILIDADES DE LA REHABILITACIÓN ENERGÉTICA

Existen los sistemas, las tecnologías y los profesionales necesarios para mejorar energéticamente los edificios existentes. Las barreras para este tipo de intervenciones no son técnicas, sino de índole económico, normativo, administrativo y cultural.

Para la rehabilitación energética del parque construido se pueden aplicar infinidad de soluciones distintas, tantas como edificios y casuística particular exista. No hay una solución única óptima.

Cada edificio requerirá de un estudio y análisis previo que permita determinar, en función de los recursos económicos y las características de la construcción, cuáles son las actuaciones más adecuadas y eficaces, de manera que permitan los mejores ahorros energéticos y ganancia en confort, con la inversión más ajustada posible.

En este proceso es fundamental la intervención de un técnico competente y formado, que pueda dar el asesoramiento adecuado a cada edificio. Desde el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España y sus Colegios Profesionales, de manera continua se realizan actividades formativas adaptadas a las últimas tecnologías y se traslada la información relevante en cuanto a normativa y sistemas a todos sus Colegiados.

ESTRATEGIA.-La estrategia general debería seguir el siguiente orden:

La reducción de la demanda. No hay mayor ahorro de energía que aquella que no se necesita. Las medidas pasivas que reducen la demanda de energía son las más eficaces y duraderas en el tiempo: La demanda de energía en un edificio se puede reducir con diversas estrategias, siendo la más eficaz la incorporación y/o aumento del aislamiento térmico de la envolvente, pero existen otras como la reducción de puentes térmicos, la sustitución de carpinterías exteriores o la incorporación de sistemas de control solar.
Mejora del rendimiento de las instalaciones y equipos, sería el segundo paso, evitando aquellos combustibles más contaminantes, incorporando nuevas tecnologías y maquinaria de última generación, así como buscando la electrificación del sector, cuyo objetivo actual sería el 100% de electrificación para el año 2050.
Tratar de conseguir que el pequeño gasto energético resultante fuera cubierto en su gran mayoría mediante energías alternativas y renovables, tales como la energía solar tanto térmica como fotovoltaica, la aerotermia o la geotermia, entre otras.

Aquí si están ordenadas las prioridades, Reducción, mejora de rendimiento y SOLO AL FINAL, que la energía sea, en la medida de lo posible, lo más limpia según nuestras posibilidades

La escala mínima recomendable será la de un edificio completo, consiguiendo mejores ahorros energéticos con menores inversiones si se consigue intervenir varios edificios de forma simultánea o incluso un barrio completo.  Sin embargo, también es cierto que cuanto mayor es la escala, aunque los resultados y eficiencia de la intervención mejoran en gran medida, las dificultades y barreras también lo hacen.

VENTAJAS DE LA REHABILITACIÓN

En resumen, las ventajas de acometer esta labor hercúlea de mejorar nuestro parque de viviendas tienen las siguientes ventajas:

Cumplimiento de los objetivos europeos. El cumplimiento de los compromisos adquiridos es una obligación, y como se ha argumentado previamente, o se actúa sobre el parque edificado o no será posible cumplir con los mismos.
Reducción del consumo energético. La rehabilitación energética a gran escala permitirá reducir en cantidades muy significativas el consumo de energía en los edificios, fundamentalmente de energías procedentes de combustibles fósiles, Tan solo la mejora de una letra en la calificación energética de los edificios residenciales puede suponer ahorros por encima de 10.000 Kcal·h/año por vivienda.
Reducción de emisiones. La reducción del consumo de energía, lleva aparejado en la misma proporción, reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Mejora del confort y salud. La rehabilitación energética no sólo se traduce en ahorros de kW y emisiones, también permite obtener un grado de confort interior en las viviendas que mejora el bienestar y la salud de sus ocupantes. Patologías como dolores de cabeza, fatiga, pérdida de capacidad de trabajo y concentración, irritabilidad y alteraciones cardiacas pueden estar relacionadas con condiciones térmicas desfavorables.
Mejora de los edificios. Reparación de otro tipo de patologías. Las obras de rehabilitación energética llevarán aparejadas otras mejoras como el aspecto estético del edificio, la mejora del aislamiento acústico, instalaciones, fachadas y cubiertas, impermeabilización, espacios comunes, …
Revalorización de inmuebles y ahorros económicos. Precisará de recursos económicos para llevarse a cabo, pero también puede conseguir grandes ahorros económicos. Un salto de letra en la calificación energética en zonas climáticas D y E, puede ahorros en su factura energética superiores a los 600-900 € anuales.
Reducción de la pobreza energética.
Generación de riqueza y empleo. Si se potencia la rehabilitación hasta los límites propuestos base al cumplimiento del PNIEC, se crearían entre 33 mil y 88 mil nuevos puestos de trabajo entre 2021 y 2030 (ya han visto de 30.000 viviendas rehabilitadas al año a 350.000, trabajo para todos).

Si quiere saber cuánto dinero perdemos por la NO REHABILITACION puede consultarlo aquí y aquí. ¿No será mejor invertir en nuestro patrimonio construido que en más km de Ave? Puede ser, nuestro mejor plan de pensiones.

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