21/09/2024 11:54
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Diego Chiaramoni (Buenos Aires, Argentina). Docente. Licenciado en Filosofía. Adscribe a la escuela de fenomenología realista con influencias del existencialismo. Escritor de artículos varios y «Liturgias del amor humano y otros ensayos peregrinos» (2007). En esta breve entrevista valora su incorporación a El Correo de España y analiza sus primeros artículos.

¿Cómo valora la valiente labor de El Correo de España en estos tiempos en donde impera el pensamiento único?

Decía Giovanni Papini, que cada héroe es hoy aquel que permanece despierto en un mundo de dormidos. Entiendo que El Correo de España es, a su modo, un tábano molesto de estos tiempos ante el somnífero del pensamiento políticamente correcto.

¿Qué supone para usted poder escribir en este medio?

España guarda una larga tradición en el arte de la columna y el artículo. No importa la filiación política de sus escritores, pero un González Ruano, un Manuel Alcántara, un Julio Camba, un Paco Umbral o más actual, un de Prada son nombres poderosos. También los que componen la familia de El Correo de España. Para mí supone un honor y una responsabilidad. Así como Posmodernia o El Manifiesto, me abrieron generosamente sus puertas, hoy lo hace esta casa y para mí es cumplir un sueño: escribir para la tierra de mis abuelos castellanos.

¿De qué temas va a escribir?

Uno no puede renunciar a su vocación, la filosofía. En tal sentido, intentaré alumbrar desde esa vocación la coyunturas del presente, sin renunciar a los grandes desvelos del hombre que no tienen tiempo pues son las preguntas esenciales por las que se vive y se sueña.

Empezó con una artículo titulado el arte de disentir. ¿Cuál es ese arte?

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Aquí en mi país, Alberto Buela ha despertado en muchos de nosotros la meditación en torno al disenso. El disenso es una actitud frente al falso consenso de los poderosos de turno. Ese «disentir» es un arte, pues requiere: intuición profunda en los intersticios de la realidad, cierta ironía socrática que oficie de partera de verdades necesarias y una problematización coherente de los grandes apotegmas del discurso dominante.

Igualmente potente fue el artículo ¡Han prohibido a Dostoievski!. ¿Por qué querrían prohibirlo?

Prohibir a Dostoievski, tal como queda afirmado en el artículo, es o bien un acto de ignorancia o una genuflexión condescendiente a ese discurso dominante. Dostoievski es una de las grandes claves para elucidar el trayecto del nihilismo contemporáneo y leerlo a conciencia es como un bautismo de fuego.

Por último quería comentar el artículo Sobre el liberalismo speed y la izquierda edulcorada. ¿Podría explicar estos conceptos?

Entre los jóvenes se instauró hace un tiempo una bebida «energética» llamada Speed. Un poco jugando con ello, y el nuevo discurso político imperante en Argentina, hijo del liberalismo que aquí llaman ahora «libertario», trato de exponer una crítica a las raíces de su doctrina, reconociendo a su vez alguna que otra virtud. Lo de «izquierda edulcorada» es un término que acuño para denominar a este nuevo rostro de la Izquierda que a la par de autoproclamarse anti-capitalista, se muestra militante en todas causas de los poderosos del mundo y su agenda.

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Diego Chiaramoni
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