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Conocí a Tico Medina (don Escolástico Medina García) en aquel viejo “Pueblo”, primero en la calle Narváez y luego en la calle Huertas y desde entonces jamás le perdí la pista, como a casi todos aquellos “golfos” y genios que allí se formaron y nos formamos. Sería interminable recordar con exactitud lo que fueron aquellos años, al menos para mí, los mejores de mi vida, pero nombres como Antonio D. Olano y Yale (las estrellas que surgieron junto al gran Tico) Raúl del Pozo, José María García, Carmen Rigalt, Julita Navarro, Vicente Talón, Julio Camarero, Amilivia, Marlasca, Guarriarán, Calviño, Vicente Romero, Rosarito Marín Villacastín, Pilar Narvión, José Luis Navas, Manolo Molés, Miguel Ors, Francisco Cercadillo, Luis Climént ,José María Carrascal Verdúgo, Raúl Calcio, Felipe Mellizo, José Luis Balbín, Rosa Montero, Antonio Casado, Arturito Pérez Reverte… ¡Dios, y no sigo porque el cielo y el infierno se me quedan pequeños para mencionar a aquellos Dioses y a aquellos demonios que forman parte de mi vida! Y ha sido preciso que se muera Tico, mi amigo, para que la profesión entera salte como un autómata para contar lo grande que ha sido como periodista.

 

Tico, era, y lo fue hasta ayer mismo, un todoterreno, el periodista orquesta, ya que a veces era Director y con la batuta en sus manos dirigía, y a veces se sentaba ante la Reina de Inglaterra o se echaba al redondel con Antonio Ordoñez y Hemingway a su vera… o recorría los Mares del Sur para visitar al poeta Neruda, o a García Márquez, o a Vargas Llosa o al “cieguito”  Jorge Luis Borges.

 

Para Tico no había fronteras, ni razas, ni mares, ni océanos, ni grandes, ni ricos, ni pobres, ni toreros, ni futbolistas… quizás, también, porque Tico Medina fue siempre lo que ahora se dice y está de moda, un hombre global, un ciudadano del mundo… aunque con España en el corazón. Porque Tico era granadino de nacimiento, cordobés de adopción, andaluz, siempre andaluz y sobretodo español.

Sin embargo, hay un Tico Medina poco conocido a nivel nacional y que yo tuve la suerte de conocer a la llegada de mi Córdoba natal, tras un exilio voluntario en Madrid de 52 años. Porque Tico Medina, como descubrí nada más llegar, era un Dios para los cordobeses y la sección que hacía los domingos en la contraportada de “El Diario Córdoba” (“El Perol”) era la Capilla Sixtina de la Córdoba mora, cristiana, romana, judía, atlántica, mediterránea y cantaora.

Es muy difícil explicar lo que fue mientras salió a la luz (más de 20 años seguidos sin perder comba) “El Perol”, pero solo les puedo decir que salir en las páginas de “El Perol” de Tico Medina era como conseguir el Toisón de Oro de los Reyes de España. Yo sí lo viví de cerca y por ello un día, cuando supe que tenía dificultades para seguir, físicas y políticas, le escribí un articulito que hoy reproduzco con verdadero dolor, pero también como reconocimiento a lo que fue para los cordobeses y especialmente para mí. Fue este que salió en “El Diario Córdoba” con el título de:

                             

UN PIROPO PARA «EL PEROL»

                   Hoy me van a permitir que le diga por escrito y en público lo que me da reparo decirle en la cara y en persona: «Tico, eres EL REY DE LOS DOMINGOS. «El Perol» barre los domingos y es el desayuno obligado de los cordobeses, aunque estén de vacaciones, en la playa o en la Sierra… y te digo más, no puedes imaginarte lo que celebran estos paisanos salir en «El Perol» con foto o simplemente con su nombre en letras negritas. Hace tres semanas (domingo 15) recibí una llamada de una amiga a eso de las once y como nerviosa me invitaba a un perol que estaba montando para ese mismo día en su chalé del Brillante: «Merino, tienes que acudir, tú no me puedes fallar». «Pero, ¿qué pasa, qué celebras?» «Ah, entonces es que no las visto. Hoy me saca Tico Medina en «El Perol» y hasta con foto. Y eso hay que celebrarlo. No te puedes imaginar las llamadas que estoy teniendo…y como tú eres amigo de Tico tú no puedes fallar. Así que te espero a las 3 y si no tienes coche te mando recoger»… Y hablando de Tico Medina, de Yale, de Antonio D.Olano, de Julio Camarero, de Vicente Talón y Arturo Pérez Reverte (los más grandes reporteros que conocí en mi larga carrera profesional…¡y cómo no, de Emilio Romero! (el mejor Director de la Historia del Periodismo español),me pasé la tarde, entre cucharada y cucharada de arroz y jolgorio flamenco.

 

Y ahora déjame que te cuente mi experiencia con «El Perol». Llevaba yo ya casi un año viviendo en Córdoba, tras los 50 de exilio voluntario que pasé en Madrid, y poco a poco me había ido colando en una tertulia que se reunía en «El Rincón», el bar que hay en la calle María Cristina, justo enfrente de mi casa, cuando un domingo entré a la hora del aperitivo y me sorprendió uno de los tertulianos: «Hombre, Don Julio, ahora sí que he visto que es usted un hombre importante. He visto su foto en «El Perol». «¿Y por eso soy importante?. » Hombre, yo llevo años intentándolo y no lo consigo, por lo que se ve ese Tico Medina sólo saca a los importantes». O a los que hacen algo importante… «Ya lo ves, amigo mío, no soy importante por mis 120 libros publicados, ni por mis 3 Premios Nacionales, ni por haber sido Subdirector del gran «Pueblo», ni Director de «El Imparcial» ni del «Diario de Barcelona»… lo soy por haber salido un domingo en «El Perol». Y por ello te envidio, por lo que has llegado a ser para los cordobeses, tan importante que Paco Luis Córdoba, el sibilino director del «Diario CÓRDOBA!, lo sabe y no te ha dado ni las vacaciones de Agosto. A los demás sí, al «Perol», no. Ese es tu éxito.

                    Pero ya puestos, querido Tico, te voy a contar lo que me pasó el verano pasado en Fuengirola. Alquilé para todo el mes de agosto un chalecito con piscina y jardín cerca de «Los Boliches» y cada mañana me acercaba al quiosco a comprar los periódicos («El País»,»La Razón»,»El Mundo» y el «Córdoba»).Pues, resultó que cuando fui el domingo el «Córdoba» se había agotado y tuve que darme otra caminata hasta otro quiosco…y también se había agotado. Entonces ya quise saber qué pasaba con el «Córdoba», por si había pasado algo en Córdoba…y el quiosquero me sacó de mi estupor enseguida: «Oiga, Señor, no pasa nada, pasa que hoy es domingo y sale «El Perol» …y ante mi gesto de sorpresa añadió:»No olvide que estamos en «Los Boliches» y esto en verano es como Córdoba, aquí veranean hasta los curas de la Catedral». Así que ese  domingo me tuve que conformar con ver tu «Perol» en el bar más cercano…y eso sí, dejarlo encargado para los demás domingos.

                   Lo dicho, y no es peloteo de amigo, eres EL REY DE LOS Domingos. Claro que no a todos los Reyes les va tan bien como al de «El Perol». Yo que tú sacaba al Rey Felipe el domingo que viene y le regalaba alguno de esos piropos que tú manejas como nadie, pues buena le espera el 17 en Barcelona.

Pero, también pude conocerle mejor el día de la presentación de mi obra “Retratos Políticos” porque él fue aquel día el Director de orquesta, en uno de los bellos salones de “El Círculo de la Amistad de Córdoba”. Curiosamente aquel salón se llama “el salón de los suspiros” y en un suspiro, al final, se nos ha ido un hombre al que todos admirábamos. Aquel Domingo me concedió en “El Perol” el Toisón de Oro, el que significaba que te dedicara tres líneas y que sacara tu foto. A mí me dedicó estas tres líneas que me hicieron ser más conocido en Córdoba que tras mis más de 100 libros publicados. Escribió Tico:

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“Julio Merino ha publicado un nueva novela,   que se titula “Yo nací así” y es la primera de la segunda Trilogía Erótica que viene escribiendo. En la portada una foto de una niña como su madre la parió con una jaula vacía en la mano y a su lado dos palomas, sueltas, libres, que zurean sobre un lecho de hojas secas con esta dedicatoria que dice: otro libro más para ti, pero que sepas que el día que deje de escribir seré hombre muerto. Algo parecido me escribió un día Arturo Pérez Reverte, escritor, reportero y académico, cuando dijo de su puño y letra: “Tico Medina no para porque sabe que, si para, la palma” dixit, y es verdad”.

Pero, sería una injusticia por mi parte no recordar en estos momentos el detalle que tuvo conmigo cuando supo que estaba escribiendo “Las vísperas del “23-F”” y un día me llamó y me dijo: “No sé si habrás leído la entrevista que le hice este verano pasado a don Juan (Don Juan era el Conde de Barcelona), pero creo que te puede servir para lo que estás escribiendo”…. Y me entregó la entrevista que se había publicado en “ABC” y que había tenido tanta repercusión que hasta había salido en el primer juicio del “23-F”. Era aquella en la que el padre del Rey había dicho “no puede ser, no puede ser, esto no puede seguir así”. Por su interés y como homenaje y en recuerdo suyo me complace reproducir la entrevista en otras páginas de este mismo periódico, tan cariñoso y tan valiente siempre “El Correo de España”.

Señores, Dios no está siendo justo con los que vivimos aquellos años gloriosos de “Pueblo” con Emilio Romero al frente, porque sin compasión se nos va llevando y los que vamos quedando solo sabemos ya vivir y dormir rodeado de recuerdos. Pero estoy seguro, que allá donde esté eso que los católicos llaman “Cielo” o “Gloria” ya estará en la imprenta y a punto de salir el nuevo “Pueblo”, ya que allí están, juntos otra vez,  tal vez, los mejores.

 

Alea iacta est.

Y, curiosamente, ha muerto el día que yo estaba tratando de montar con José Luis Navas, otro de los viejos roqueros, una Convención de SUPERVIVIENTES del “Pueblo” de Emilio Romero… para vernos, contarnos y decirnos, quizás, un último adiós, ya que el que más y el que menos andamos ya en la frontera de los 80. Un recuerdo y un abrazo para todos.

 

 

 

 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.