22/11/2024 08:48
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“No nos engañemos, el poder solo tolera las informaciones que le son útiles. Niega el derecho a la información a los periódicos que revelan las miserias y las rebeliones” Simone de Beauvoir, escritora y filósofa francesa

SARS-CoV-2 es el virus pendejo, puñetero, desalmado y nocivo que está haciendo estragos en la salud de las personas de todo el mundo. Pero existe un virus mucho más nocivo, mucho más letal: el virus de la información; no el virus informático, no, sino el virus de la información que los gobiernos y los medios de comunicación usan para producir efectos tóxicos en la mente de los ciudadanos. Este virus, del que ya hablaba Ibsen allá por el año 1882 y que más recientemente sacó a la luz Ryszard Kapuscinski, es mucho más letal que el covid-19 porque, mientras este causa muertes físicas, el virus informativo causa muertes mentales.

Desde que el hombre descubrió que la información era poder, un virus gestado por ella misma comenzó a expandirse por los cuatro puntos cardinales del planeta. Uno de los momentos de mayor expansión fue cuando Gutenberg inventó la imprenta y hoy, en este siglo XXI, con las nuevas tecnologías, el virus ha alcanzado tanto poder de contagio y expansión que se les está escapando de las manos a los que se sirven de él. Son los poderosos y los gobiernos a su servicio, los que, a través de sus medios de comunicación de toda clase y condición lo expanden por todo el mundo en la búsqueda secular de intoxicar las mentes de todos los ciudadanos para que no piensen, o mejor, solo piensen lo que la sesgada información de poderosos y gobiernos a su servicio amparados por los medios, les manden pensar. Este virus, al que podríamos dar el nombre de “informvirus” va introduciendo su veneno de forma gradual y progresiva en las neuronas y los entresijos sinápticos de la mente de las personas para que estas, dócilmente, sean fácil presa de la doctrina única de quienes manejan este mundo. El informvirus no busca la muerte de la persona en la que se introduce, no; busca su sumisión a través de las toxinas que invaden su cerebro, Pero el informvirus fracasaría a pesar de todo su poder intoxicante si, previamente, otro virus no le hubiera preparado el terreno. Ese virus que acompaña al ser humano desde los albores de la humanidad, que posee un poder de contagio estratosférico y que es el causante de casi todos los males, pandemias, guerras, catástrofes y miserias del hombre lleva el nombre de: virus de la estupidez humana.

Cuando dos o más sustancias actúan sinérgicamente, sus acciones se potencian. A esto se le llama sinergia. En medicina se sabe que esta facultad puede ser beneficiosa o perjudicial. Los virus, así como las bacterias, pueden formar entre sí sinergias. Desconozco si entre dos o más virus puede haberlas. Sin embargo, aquí en España se ha producido una sinergia muy perjudicial entre dos virus: el covid-19 y el informvirus. El informvirus ya venía de hace muchos años atrás y con los distintos gobiernos, pero con la llegada de su hermano SARS-CoV-2 y Pedro Sánchez como presidente, se ha hecho mucho más contagioso, mucho más letal. Este gobierno, nada más conocer la pandemia, artículo todos los mecanismos para sacar réditos políticos de ella sin importarle ni la crisis sanitaria con miles de muertos, ni la crisis económica con miles de afectados. Siguiendo las normas establecidas en Moncloa por ese Rasputín llamado Iván Redondo y sancionadas por Pedro Sánchez, esparcieron por toda la piel de toro el  informvirus a través de todos los medios de comunicación e información que están a su servicio – que son muchos – con el fin de, mediante una ingeniería social apoyada en la pandemia, introducir el tóxico en las mentes de los ciudadanos con el fin de que viéramos bien lo que estaba mal, asintiéramos con las informaciones que nos daban, siguiéramos sin chistar las medidas y viéramos en el gobierno y, sobre todo, en Pedro Sánchez, la única manera de vencer a quien todavía nos contagia y nos hace morir. Y TVE, El País, La sexta, Cadena SER, la Cuatro y demás medios afines, junto a los intelectuales, periodistas, presentadores, tertulianos apesebrados, soltaron al aire el informvirus por todos los rincones de España con el fin de intoxicar a los ciudadanos. Si los contagios del covid-19 se cuentan por centenas de miles, los muertos por decenas de miles; los contagiados por el informvirus se cuentan por millones, porque si no fuera así, las calles de todas las ciudades de España rebosarían de ciudadanos protestando por la malísima gestión de este gobierno al que tan solo le importa sacar réditos políticos de los contagiados, los muertos, los parados, los de los ERTES, los sanitarios contagiados etc.

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El informvirus ha colonizado las mentes de millones de ciudadanos haciendo penetrar su toxina en los entresijos cerebrales para hacer de la sociedad una masa amorfa, mansa y obediente a los dictados de este gobierno que tan solo busca mantenerse en el poder a cualquier precio y el mayor tiempo posible.

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