06/10/2024 05:21
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Hace pocos días les hablaba del último gobernante que se oponía al diseñado Nuevo Orden Mundial, Lukashenko. A los que se opusieron desde el principio a la ínsita mentira de falsa pandemia, martillazo. Cayeron Johnson, Bolsonaro y, con matices, Trump. Tan solo resistía el presidente bielorruso. Tarde o temprano, tan lógico, irían a por él. Y, súbito, no podía faltar en la farsa el filósofo farsante, Bernard Henri-Levy.

Es un hijo de perra, pero es mi hijo de perra

¿Me gusta Aleksandr Grigórievich Lukashenko? En absoluto. Representa lo contrario a lo que entiendo por vivir libre y suelto. Pero sus enemigos no van a por él por sus dejes abusivos y neoestalistas. Quia. Van a por él porque se opone rotunda y radicalmente (de raíz) a la miríada de liberticidas mierdas – objetivos – globalistas. La mierda pandémica, aceleradora de todo ello.

Lukashenko ganó las elecciones con casi un 80% de los votos. Su pueblo le apoya. Y valora esa cosita tan desusada hoy como la soberanía nacional. Mejor o peor, pero sois  tú y los tuyos, el ideal, los que tomáis las decisiones que deben tomarse sobre tu patria. Vamos, tu gobernante puede ser un hijo de perra – memento adagio Somoza-  pero es tu hijo de perra. Y eso parece no gustar, por ejemplo, al sórdido y “patriota” Josep Borrell, a la sazón “ministro” de “exteriores” de la asquerosa Ue.

“Oposición” bielorrusa teledirigida

En estos momentos, sus enemigos le montan manifas y pajarracas a todas horas. La líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, hembra alfa del intento de golpe de Estado en Bielorrusia, se apandilló hace escasos días con el filósofo Bernard Henri-Levy, la «eminencia gris” de la “democracia” con label yanqui. Actuando, a la sazón, tal François Leclerc du Tremblay, conocido como padre José, fraile capuchino francés, consejero del cardenal Richelieu. Exportar la memocracia en todo el orbe planetario. Y todo deviene matemático. Preciso reloj. Donde asoma el mediocre filósofo Bernard, veloz comenzará una invasión, desequilibrio, golpe, revolución de “colores” o guerra. Vamos, sumario, toda basura globalista disimulada bajo “valores liberales”, y exportada durante los últimos decenios, ha tenido lugar con su participación.

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Bernard Henry-Levy, perejil de todas las salsas

La historia de este mediocre filósofo es acojonante. En el libro que publicó junto al eximio Michel Houellebecq – intercambios de correos electrónicos-, éste desnudaba, en su brutal y único estilo, sus falsarias tramoyas políticas. Por ejemplo, el colega Bernard, en 1999, demandó a Occidente que apoyara al Ejército de Liberación de Kosovo (vil grupo narcoterrorista) y al despreciable presidente de Ichkeria, Aslan Maskhadov. En 2003, otra vuelta de tuerca, apoyó la «revolución» en Georgia y reclamó estrujar a Putin durante la guerra de 2008. En 2012, con su directísima participación, se decidió el abyecto e indecente destino de Gaddafi.  En 2013, requirió resolver el «problema» con Bashar al-Assad, siguiendo las mismas pautas del circo libio. Y, por supuesto, en 2014 apoyó enérgicamente al Maidan ucraniano. Y tantos y tantos rollos patateros de este embaucador pagafantas.

Y ahora apoyando a la «oposición» bielorrusa. Descojonación, otra vez. Lukashenko debe resistir. Y Rusia apoyar a su vecino. En este caso, mal menor. Pero mal, no lo olviden. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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