Huelga indefinida del Transporte, Noviembre 2022: Crisis agravada hasta extremos insoportables. Por Ignacio Fernández Candela

Y no por la guerra de Ucrania. Convendría recordar que la situación límite del sector primario se viene gestando desde que el gobierno socialcomunista ha intervenido la economía con una oscura agenda de desintegración nacional que ha puesto en jaque la subsistencia de millones de ciudadanos que, antes de los destrozos generalizados del sanchismo, poseían capacidad de gestión con un normal funcionamiento de los servicios. La crisis es extensiva a la Agricultura y la Ganadería. Ante la expectativa de la ruina definitiva, podrían secundar la huelga en ciernes, junto a los taxistas y conductores de grúa en asistencia, convocada por los transportistas hartos de trabajar a pérdidas. 

 

Institucionalmente, la deriva totalitaria contra el contribuyente aboca a un desmoronamiento del Estado de Bienestar en conflicto también con el Estado de Derecho, con una gran parte de las PYMES y autónomos acosados fiscalmente y atrapados en un callejón sin salida de incremento desorbitante de los precios que en muchos casos aboca a la inviabilidad del trabajo. La cuota de género en los ministerios parece conllevar una competencia por la inutilidad donde destaca, entre todas las otras en niveles de incompetencia e ínfulas totalitarias, la ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana- rimbombante descripción de un ministerio plagado de ineptitud-Raquel Sánchez,  quien no parece tener interés en salvar un sector al borde del abismo. Antes bien, parece que la infame política del desgobierno sanchista tiene como objetivo arruinar al sector, colocando entre la espada fiscal y la pared del artificioso incremento del coste de la vida a empresarios al borde de una extinción programática. 

 

Los exabruptos cometidos por el sanchismo alteran el funcionamiento económico de España, con sus altos y bajos  durante cuarenta años, hoy sumida en un caos siendo los transportistas el indignado reflejo de quienes deberían denominarse víctimas del sanchismo; en definitiva, millones de ciudadanos fuera de las prebendas sectarias dilapidando los recursos saqueados al consumidor que paga impuestos ilimitados. Víctimas todos.

 

De cara a las próximas elecciones se percibirá un totum revolutum de huelgas, no solo manipuladas por la tramposa izquierda contra el feudo de Madrid usando como ariete la Sanidad Pública, sino también originadas por el descontento popular sobre el que no tienen control los sindicatos comprados y untados por la radical Yolanda Díaz, la estafadora contra el empleo que hace un lavado de cara a Sánchez contra millones de desasistidos desempleados.

 

A pesar del sectarismo de los medios de comunicación prostituidos que usan como portavoces de diversos sectores a podemitas reconocidos públicamente y tildan de ultraderechistas a los manifestantes, la imperiosa necesidad de la supervivencia debería desbordarlo todo, señalando al único culpable de las ruinas generalizadas: el fuera de la ley por dictámenes del Tribunal Constitucional, el mendaz doctor cum fraude, ilegítimo presidente de la España desvalijada sectariamente y sin escrúpulos, Pedro Sánchez.

 

Este domingo de madrugada al lunes 14 de noviembre, convoca huelga indefinida la Plataforma en Defensa del Transporte de Mercancías que no forma parte del interlocutor con el Gobierno, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), con propia y numerosa influencia en la negociación al estar asociaciones como Fenadismer y la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM). Se retoman las protestas de marzo con la problemática agravada al juzgar que no se cumple la ley de la Cadena del Transporte que impide a los camioneros trabajar a pérdidas. Lo cierto es que hay muchos más motivos para este paro nacional, entre ellos el desorbitado precio del combustible, con políticas oscuras del Gobierno que parecen implicar un plan de extinción en los sectores fundamentales de la economía.

 

Es deseable la solidaridad con este paro significado que representa el incremento del malestar hacia el ejecutivo que despelleja a millones de contribuyentes, en tanto malgasta criminalmente los muchos recursos que permitirían el restablecimiento de las industrias y la mejora del Estado de Bienestar, como fue durante cuarenta años antes de que un miserable sanchismo decidiera que el dinero está mejor en manos del Estado antes que en las de los ciudadanos, Patxi López dixit. Con esa declaración de intenciones todavía no se entiende que España entera no esté en las calles. Ojalá el Transporte pudiese dar masivo ejemplo.

 

Aún por confirmar la eficacia de este nuevo parón en la cadena de suministros-desgraciadamente, la España indolente sigue sin despertar-, son unas reivindicaciones justas y necesarias, con un margen agotado y de riesgo mayor cada día que continúa Pedro Sánchez en La Moncloa, además descubierto en la intención de perpetuarse al margen de la democracia.