Madrid, tan lejos del mar, no oye el rugido de la marabunta (I Parte). Por Pablo Gasco de la Rocha

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Se ha dicho en este Diario, y lo hemos dicho muchos, que el mayor y más grave problema de España es la inmigración “desbordada”. Un problema al que no se da solución real, contentándonos con propuestas que de ningún modo resuelven el problema. Y tan ineficaces y poco creíbles son estas propuestas, que los propios inmigrantes que nos llegan, de la forma que sea, saben de antemano que vienen para quedarse. Tal es esta convicción entre ellos, que el español es ya el primer idioma que se aprende en todo el mundo, y no precisamente por amor a la lengua de Cervantes.

De ahí, principalmente, que VOX haya alcanzado la dimensión que hoy tiene, aunque me temo que con la incorporación de GONZALO SANTONJA al gobierno de Castilla y León, un sujeto que desde hace mucho ha sido calificado de “absolutamente impresentable”, la ascensión de la formación que lidera el señor Abascal puede empezar a ir en picado… YO DESDE LUEGO YA ME DESMARCO DE LA MARCA.

Sin querer ser exhaustivo, y mucho menos repetitivo, me fijo en lo ocurría ayer mismo…

Entre Almería y Motril llegaban 117 inmigrantes (90 varones). En Valencia cuatro inmigrantes (varones) llegaban en patera a una cala de La Vila, dándose la noticia por parte de los medios de comunicación de “que todos habían llegado en perfecto estado de salud”. Por lo que respecta a las islas Canarias, donde la inmigración ha crecido más de un 59 % en los tres primero meses de 2020, en las últimas veinticuatro horas llegaban 131 inmigrantes (130 varones). Y si es de hablar de esta invasión en general, decir que en lo que va de año, 7 de cada 10 inmigrantes que han entrado en España, lo hicieron por Ceuta y Melilla.

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Obsérvese, además, que quienes están entrando son mayoritariamente varones. Varones vigorosos, con necesidades de todo tipo y ocultas pulsiones, dato que si ponemos en relación con las estadísticas que nacen más hombres que mujeres, debería hacernos pensar. Ahí tienen ustedes como dato real, las cada más frecuentes violaciones a nuestras jóvenes por parte de individuos mayormente extranjeros. Aunque en los medios de comunicación ESTÉ PROHIBIDO DAR LA NACIONALIDAD DEL AGRESOR, a menos que sea español de origen o en su caso “nacionalizado”, porque entonces se dice sencillamente que es “español”.

Y mientras esto ocurre, e igualmente en las últimas veinticuatro horas, se nos comunica como gran triunfo que “la Seguridad Social gana 40.155 extranjeros en marzo”. Que el Gobierno “sigue asumiendo la integración de los inmigrantes como apuesta por la dinamización demográfica”. Y que “Cataluña acoge a 769 MENAS”.

Y si estos son los datos de las últimas VEINTICUATRO HORAS. ¿Suponen ustedes lo que será recoger los datos de un año?

He empleado en el título de este artículo el término “marabunta”, porque es ante lo que estamos. Una invasión de especies étnicas de diferentes subfamilias y géneros que en muchos casos se caracterizan por su agresivo comportamiento para entrar, muchos de ellos nómadas, compuesto por una población mayormente de machos adultos que se mueven casi sin cesar durante su existencia, que devoraran nuestra cultura, y que se adentran en nuestro territorio como evolución convergente