25/11/2024 07:30
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Si antes Ayuso salvó a Madrid de las arbitrariedades del presidente, ahora salva al ocio nocturno, a la hostelería y otros eventos.

Ese grano es el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, personificado en Isabel Díaz Ayuso, sin olvidar una de las figuras clave de ese tira y afloja entre Moncloa y Puerta del Sol. Me refiero a Miguel Ángel Rodríguez Bajón (M.A.R.), actual director del Gabinete de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Por mucho que intente correr el ‘Rasputín’ de Moncloa, dron de Pedro Sánchez (Iván Redondo), Miguel Ángel ya está de vuelta. Doy fe de que, tras seguir desde hace muchos años a M.A.R., compruebo que suele tener muy claros los objetivos a conseguir y, además, sabe despejar con precisión los caminos que conducen a ellos, sin dejar de evaluar cada una de las áreas de mejora.

No es casualidad que a estas alturas le debamos media docena de sombrerazos a Ayuso. “España está en deuda con esta reina”, en palabras del New York Times. Recuerden que siempre se ha anticipado a Moncloa y va por delante en resoluciones y soluciones; todas las medidas e ideas propuestas por ella han acabado saliendo adelante, a pesar del presidente; la hostelería puede presumir de no estar destrozada en Madrid, gracias a la gestión de Ayuso y las medidas de su equipo; el Hospital Enfermera Isabel Zendal ha acabado presumiendo de él en el exterior hasta el propio Sánchez y asintiendo ante la positiva opinión de miembros de la Comisión Europea; el ‘marqués’ Iglesias ha salido corriendo de la vicepresidencia segunda y fracasando en su proyecto personal para Madrid; Isa Serra terminó por renunciar al acta de la Asamblea de Madrid, tras ser condenada por agresión a una policía y recibir decenas de zascas, mantazos y corteses menosprecios por parte de la presidenta.

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La ínclita presidenta de Madrid se ha convertido en algo más que un grano en el trasero: es un forúnculo molesto y permanente. El último caso ha sido el de oponerse a las restricciones impuestas por las bravas por Carolina Darias, y en las que se ha visto apoyada por Cataluña, País Vasco, Andalucía, Galicia, Murcia, Castilla y León, incluso por la Audiencia Nacional. Ahora, la ministra Darias pretende subsanar sus reiteradas meteduras de pata y actitudes chulescas mostradas en el Consejo Interterritorial de Salud. Con ministras así, es mejor dejar vacante la titularidad de los ministerios. Y ese es el mismo caso de González Laya, Irene Montero, La Chiqui, Belarra, Yolanda ‘la comunista’, Marlasca, Ábalos, el astronauta… ¡Joder, qué tropa! Lo peor de cada casa.

La Audiencia Nacional ha aceptado la solicitud de Ayuso de paralizar las restricciones que aparecen en el BOE del sábado, como medida cautelarísima, por el daño “irreparable e insubsanable” al que darían lugar. Esta vez se han estrellado todos: la Secretaría de Estado de Sanidad, la propia ministra, el Gobierno y el incitador clon de España y mentiroso oficial del Consejo de ministros, Pedro Sánchez, alias ‘Doctor Cum fraude’. La comunidad madrileña está avalada por la Audiencia para no cumplir esas medidas. Y aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por Pucela, todos se agarran al carro de Madrid y se ponen del lado de Díaz Ayuso. Si antes salvó a Madrid de los atropellos del presidente, ahora salva al ocio nocturno, a la hostelería y a otros muchos eventos.

Muy en su papel de salvadora, Ayuso ha dicho a Sánchez que “para seguir arruinando a los españoles no cuenten con ella”. Hasta Darias ha quedado como despreciable mentirosa desde el momento en que afirmó que esas restricciones eran de obligado cumplimiento, sabiendo que las cuestiones sanitarias son competencia de las comunidades autónomas. Durante el estado de alarma fue otra cuestión bien distinta y, precisamente cuando el Gobierno de Sánchez tuvo todas las competencias y en exclusiva, fue cuando 30.000 ciudadanos fallecieron por falta de previsión, desidia e ineptitud.

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Ahora el Ministerio de Sanidad busca el consenso. De aquella imposición y traición quiere irse al polo opuesto. Ya se ha puesto en contacto el Ministerio de Sanidad con las consejerías afines, ante el temor de que las demás no quieran saber nada, como así debería ser. Carolina ya habla de un nuevo documento y de una nueva reunión de la Interterritorial. Garantiza que ahora no habrá imposiciones, lo que quiere decir que anteriormente sí la hubo. No olviden la chapuza imprevista de la selección española de fútbol, mal llamada ‘La Roja.

La semana pasada, Carolina y el ministerio mintieron. Ahora Sanidad recalca y difunde a los cuatro vientos que las medidas no son obligatorias dado que no existe el estado de alarma. Han sido tan cutres y mediocres que, si antes tenían un grano en el trasero con Ayuso, ahora tienen varios forúnculos dolorosos y dolores de muelas.

Autor

Jesús Salamanca Alonso