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Hijuela de la deplorable ONU, la Organización Mafiosa de la Salud siempre siguió los pasos de su madre. FARMAFIA, su gran financiador. El genocida vacunero, Bill Gates, top. Siempre sometiéndose, esta pandilla de mafiosos radicada en Ginebra, estados y poderosos lobbies. FARMAFIA, clave. También sometida, hasta hace no mucho, a la industria tabaquera. O a la letal química. Y, desde luego, a la atroz industria nuclear. Lo de siempre, la hidra de Lerna rediviva, bicéfala, sanguinaria: Gran Capital y Leviatán.  La «filantropía» que hay detrás de la creación de la corporación mundial que dirige y destruye nuestra  vida a través de la «salud». ¿Qué podemos esperar de lo que venga después, es decir, podemos confiar? Obvia y rotundamente no.

Crimen, putrefacción, opacidad

Toques lo que toques, en la OMS, solo crimen y corrupción. La negación durante decenios de la nocividad del tabaco. O el montaje de la falsa pandemia de la gripe A de 2009. O la radiación del accidente nuclear de Fukushima. En el documental del que les hablo aparece gente como Alice Katz. “Después de Fukushima, todo el mundo sabe, que hay una especie de encubrimiento oficial y de alto nivel y que la OMS está involucrada”, aseguraba Katz, una exempleada de la OMS, que trabajó durante dieciocho años dentro de la organización y que hoy colabora con la ONG, “OMS Independiente”. Vamos, revela Katz, múltiples conflictos de intereses y extrañamente vinculada al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

También vemos al gran «desmontador» de esta camorra ginebrina, Robert Parsons. Y, desde luego al gran Ian Fairlie, radiobiólogo. Nos recuerda este canadiense las nulas recomendaciones que se emitieron después del accidente nuclear de Fukushima. Esta opacidad suscitó muchas dudas razonables, sobre si la OMS estaba quitando importancia a los peligros de la radiación nuclear, como ya ocurrió con Chernóbil. “Dijimos que preveíamos entre 30 y 60.000 muertes, porque la nube de Chernóbil se extendió por el mundo. Hay 600 millones solo en Europa y afectó a todos”, confiesa el radiobiólogo Ian Fairlie. ¿La labor de la OMS en Chernóbil o Fukushima? Ya que negar los evidentes datos – profusos cánceres de tiroides infantiles, pero no solo, ni mucho menos- no puede, minimizar. Mentir, obvio.

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Muchísima pasta en juego a costa de nuestra salud

También aparece en el docu Wolfganf Wodarg, antiguo miembro Consejo de Europa, una de los primeros que denunció ya en febrero de este año la falsa pandemia del coronavirus.  Algo sabía de falsas pandemias. En 2009, la gestión del turre de la gripe porcina, por la que Alemania, Francia, Italia y Reino Unido cerraron acuerdos secretos con FARMAFIA para la adquisición de las vacunas, cuando la OMS declarase el nivel 6 de pandemia endémica, evidenció su nula credibilidad. “Como no podían vender la vacuna, porque no había pandemia, ni indicios de un brote de gripe, se la inventaron”, aclara Wolfgang Wodarg.

Pues igualito que ahora. Hay que vender la vacuna, planetariamente en esta ocasión. ¿Qué hacemos, pues? Inventarnos un nuevo coronavirus, una nueva enfermedad y una falsa pandemia. Y por supuesto, vemos a  Germán Velásquez, exdirector de medicamentos de la OMS que fue el primero en denunciar el abuso de las multinacionales farmacéuticas sobre los países pobres y puso en juego su vida. Tras la publicación de su Libro Rojo, desvelando toda la podredumbre, Germán Velásquez no pudo ni quiso parar. Las amenazas que ha recibido por parte de los grandes prebostes de FARMAFIA a raíz de sus críticas contra el sórdido sistema de patentes, continuas. Puso nombres, desde luego, negro sobre blanco, en el informe antedicho. 

La propia Organización Mafiosa de la Salud, la Fundación Bill y Melinda Gates, la IFPMA (Asociación Internacional de Productores de Medicamentos), AFIDRO (Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación) y el laboratorio suizo Novartis, entre otros muchísimos del lucrativo pastel. Velásquez asevera que » hoy en día tenemos sentados en los comités de expertos técnicos a representantes, por ejemplo, de la Fundación Bill y Melinda Gates, que también tienen representación permanente en el Consejo de administración del fondo Global y de Gavi, la alianza para las vacunas. Esa fundación, que es la segunda mayor donante de la OMS, le ha hecho un daño muy muy grave a la salud pública mundial«. Para Velásquez, colombiano manizaleño, la futura vacuna será un espantoso mal para la humanidad. Tan obvio. Y algo sabe del asunto.

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Entre todos, terroristas, arruinan de nuestra salud

Y aparece Margaret Chan, directora general de la Organización Mafiosa de la Salud entre 2007 y 2017 Margaret Chan. Tan corrompida como el actual Adhanom, pero menos terrorista. El menda etíope actual, antiguo currela de Gates, miembro de la marxista banda asesina Frente de Liberación Popular de Tigray. Y cuando los terroristas llegaron al poder, más terrorismo, esta vez gubernamental: fiables acusaciones de perpetrar delitos de genocidio y lesa humanidad.

Rueda de prensa, finisterre del documental, tal vez el momento más fallido, esas extemporáneas referencias a la trola del cambio climático. “¿Y si le digo que en la OMS como organización sólo el 30% del presupuesto son fondos previsibles? El 70% restante debo ir por el mundo pasando el sombrero para recaudarlo, siempre aceptando las propuestas de los pagadores«, manifiesta Margaret Chan. Condena y confesión de parte. Sin más.

Coda germano austriaca

Portentoso documental. Producido por la germana austriaca OVALmedia. Merece muchísimo la pena. En fin. 

https://www.youtube.com/watch?v=nZPTP4eZmEw

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.