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Aunque sería más correcto denominarla Organización Mafiosa de la Promoción de la Enfermedad, todos apelan a ella: referencia inapelable, horror indubitable, ininteligible abismo. Mugen, lo ha dicho la OMS. Vamos, expertuzos. Ahora, su práctica del terrorismo de masas modifica, levemente, la senda: rebrotes.

La camorra médica

En principio, la conocida como la Organización Mundial de la Salud (OMS) – una especie de Ministerio de Sanidad de la ONU- deviene absoluto y fiero gang manejado absolutamente por el colosal poder de la pasta. La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la “política de enfermedad” en todas las naciones mundiales. Todo el mundo tiene que obedecer ciegamente las pautas de la OMS. No hay fuga posible. Exactamente, desde 1978, con la Declaración de Alma Ata, nadie puede desbandarse de su control. Cualquier ápice de soberanía nacional sanitaria, desvanecido.

En dicha declaración se proporciona a la OMS los medios para establecer los criterios, normas y directrices internacionales de práctica médica. Se desposee concluyente e irreversiblemente a cualquier país del orbe de su autonomía sanitaria. Todo se transfiere a un gobierno mundial jamás elegido por nadie cuyo “ministerio de salud” es la OMS. Desde entonces, incluso mucho antes, “derecho a la salud” se traduce como “derecho a la medicación”. Forma sencilla y magistral de imponer las letales vacunas y las químicas drogas médicas a toda la población mundial.

Gates, cómo no

El gran y maligno financiador y, sobre todo, enredador y liante dentro de esta abyecto hampa se llama, obvio, Bill Gates. Dos asociaciones de Gates manejan despóticamente el cotarro. La Fundación Bill&Melinda Gates contribuye con casi un diez por ciento del presupuesto. Y la GAVI Alliance, – recientemente premiada por la nieta del emérito cazaelefantes – sociedad dedicada a la vacunación planetaria, el 8,39%. Es decir, el filántropo de los cojones, para algunos una suerte de Anticristo, aporta, a través de dos estas dos veredas, casi mil millones de dólares a la OMS. Pero más que el parné, el poder dentro de ella. Su sueño húmedo: (nano)vacunación universal obligatoria, destrozando nuestro ARN ( ¿ y ADN? ) con chips incorporados.

Tedros Adhanom, terrorista

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Cum Fraude tiene estrecho contacto y colaboración con organizaciones globalistas (Instituto Aspen, Alianza GAVI, Open Society Foundation, Rockefeller Foundation), con quienes comparte objetivos y medios. El chiringo gansteril de Gates, clave. La Organización Mafiosa de la Promoción de la Enfermedad. Con su chico de los recados al frente, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Adhanom, terrorista, ahora de rebrotes. Antes del marxista Frente de Liberación Popular de Tigray, además de ex-miembro del cleptómano gobierno totalitario de Etiopía. Tedros Adhanom perteneció a una banda criminal, el Frente de Liberación del Pueblo Tigray que, poco después gobernó Etiopía. Ese gobierno cometió innúmeros y salvajes crímenes. Sistemáticas violaciones e implacable represión política.

Genocida, impune responsable de crímenes contra la humanidad, mega corrupto, Tedros Adhanom fue acusado de provocar centenares de muertos en su país de origen, Etiopía, por no haber informado de las tres epidemias de cólera cuando fue ministro de Sanidad, en 2006, 2009 y 2011.

Sánchez, ¿terrorista?

El terrorista Adhanom, como Pinocho Sánchez, se empeña una vez más en causar pánico con la circulación de informaciones no contrastadas y conjugadas por la Universidad John Hopkins o instituciones como ISGlobal. La Organización Mafiosa de la Salud y sus macizos lazos financieros con abyectas instituciones globalistas. Lo de siempre. Ahí seguimos. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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