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Lo respeto, lo  admiro, lo envidio, lo  leo…y lamento que también a él le haya rozado el criminal virus éste que nos tiene enjaulados a todos y a muchos, además, «acojonaos», pero, veo que los años no perdonan y que a los 85 años a mi amigo de antaño, Luis María Ansón, se le ha ido aquella visión de futuro que tenía cuando escribió «La Monarquía de todos» (germen de su tragedia posterior). Es cierto que su pluma sigue siendo la de siempre y por ello hay que leer sus «Canelas finas» de hoy, aunque cada vez, cada día que pasa, le encuentro más desnortado, como ido, como un sonámbulo de sí mismo, que no sabe cuando está dormido y cuando, despierto, o en qué mundo está., hasta el punto de decir alguna que otra idiotez y, sobre todo, de no ser capaz de ver que, por ejemplo, a la Monarquía (no a la suya, que la suya murió con su Don Juan III) le quedan tres telediarios si el actual Monarca no sigue los consejos de su bisabuelo, Don Alfonso XIII, y pone por encima de todo y de todos a España, «José María, no hay que dudarlo, por encima de la Monarquía o de la República, tiene que estar España, siempre España»  (la Izquierda le echó el 14 de abril del 31 y la Izquierda puede mandar a Cartagena al biznieto otro 14 de abril, a las puertas está), que los dos sujetos que hoy usan y abusan del Poder son más Dictadores que el Dictador, aquel Franco que cometió el crimen de enviarte a Hongkon (porque son más listos y frente a la Dictadura militar ellos han descubierto y están imponiendo la Dictadura Democrática, con la diferencia que aquel Dictador tuvo que ganar una Guerra y a estos les ha bastado una «Moción de censura» comprada a los nacionalistas independentistas y demás ralea con dinero de los españolitos de Machado)), que Casado es un pobre diablo  (¡Dios, como puede un hombre tan inteligente como tú y con la clarivedencia que has tenido siempre dedicarle los piropos que le dedicabas hace unos días a ese «muchachito acobardado»  que casi pones al nivel de un Cánovas, de un Maura o incluso de un Fraga!), que España, esta España, es ya un mero recuerdo de aquella España, en la que tú llegaste a ser un «niño mimado» de la Fortuna… y que la única salida de esta DICTADURA  está en aliarse  con el pelotón de Spengler: Espartero, Narváez, Pavía, Martínez Campos, Primo de Rivera, Sanjurjo,  Franco, Milán del Bosch

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                  Mi querido y admirado Luis María, despierta, que estos son más dañinos que tu criminal general Franco, y me atrevería a decir que incluso más que Azaña y Largo Caballero… y como tú lo sabes todo, lo has leído todo y tienes  (o tenías) una memoria de elefante te sugiero que releas dos «obritas» interesantes e históricas: la Ley de Defensa de la República, de «Don Manuel», Azaña, claro) y el «Discurso Secreto» del camarada Kruschev que desenmascaró al «padrecito» Stalin… aunque sólo sea para saber en qué España estás, estamos, ya. (y te añado  algo interesante para que abras los ojos:  mandé hace unos días copia de ese «Discurso Secreto» contra Stalin,  aprovechando el aniversario de la Revolución Rusa, a varios periódicos españoles, digitales y de papel, entre ellos el tuyo, y hasta ahora sólo lo ha publicado «El Correo de España», este periódico que va a terminar siendo, o ya lo es, «el último de Filipinas»).

         Y dicho esto, te sugiero que leas, o releas, si el virus traidor te lo permite,  la «Ley de Defensa» Azaña (que por cierto, también la publica hoy «El Correo de España» en recuerdo de «el hombre de la República», que como sabes murió el 3 de octubre de 1940, hace 80 años) Pero, por si acaso no puedes, te adelanto algunos párrafos de su articulado: Será penado con cárcel la difusión de noticias o comentarios que puedan dañar, quebrantar o perturbar la paz o el orden público. Se castigará cualquier tipo de apología del Régimen monárquico. Se suspenderán temporalmente o se cerrarán aquellas publicaciones o emisoras de Radio (de TV no, porque no había) o cualquier otro Medio de Comunicación que no se ajuste a la Legalidad republicana (128 periódicos cerrados y  otras tantas emisoras).. y lo más peligroso:  que el Ministro de la Gobernación podrá ordenar y ejecutar estas medidas sin intervención judicial… y no sigo ¿para què?… si ya es demasiado tarde y lo que nos merecemos es lo que tenemos ya sobre nuestras cabezas y lo que viene… y amigo mío, mi admirado Luis María Ansón, y si dudas de lo que viene te sugiero, como te decía antes, que leas el «Discurso Secreto» de Kruschev contra Stalin, porque seguro que te cura del virus de los cojones. Yo, por si acaso, te adelanto  algo:

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                     «Camaradas, ningún marxista-leninista, ni ninguna persona de sentido común, como se puede comprender, puede responsablizar por actividades hostiles a un Gobierno a naciones enteras, incluyendo, mujeres, niños y ancianos, comunistas o no y deportar a tantísima gente y exponerla a la miseria y sufrimientos increibles…¡pues, eso hizo el camarada Stalin»…

                     «Camaradas, debemos declarar que, después de la Guerra, la situación fue a peor… Stalin se volvió más caprichoso, más irritable y, sobre todo, más brutal. Sus manias de persecución alcanzaron dimensiones increibles… Hasta el punto, y esto lo hemos vivido todos, que daba hasta miedo hablar o acercarse a él, porque por una palabra que no le gustase o un gesto que le molestara se podía salir de su despacho camino de Siberia o directamente a la Lubianka…o a Ekaterimburgo. Todo, absolutamente todo, lo decidía él,  sin escuchar a nadie…»

                     Señor Ansón, mi admirado Luis María, y estás tan ciego, y estáis tan preocupados por el buen o mal funcionamiento del Parlamento. o por el diálogo y el consenso de Estado…cuando ya estamos en manos de la mayoría parlamentaria de la Dictadura comunista, Yo, por si acaso, ya me estoy preparando mi exilio a Hongkon… o a la espera de los 4 tiros de Maeztu… Claro que luego con decir me equivoqué…

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.