22/11/2024 02:11
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Javier Ignacio Maroto Aranzábal, Vicesecretario general de Organización del Partido Popular y actualmente portavoz del PP en el Senado, ha dicho hoy que en nombre de su Partido va a promover una Declaración Institucional en la Cámara Alta que «Respalda a todas aquellas instituciones públicas, Partidos políticos, agentes sociales, colectivos y ciudadanos que entiendan como prioritaria la lucha contra la violencia de género,  y la lucha contra la violencia que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo»… y con sorna recalcó que eso iba a ser la «prueba del algodón» para VOX.

Don Teodoro García Egea, actualmente Secretario General del PP, ha dicho hoy que la «presencia de VOX no ha servido para nada en el ámbito nacional político».

Y don  Pablo Casado, actual Presidente del Partido Popular,  dijo hace unos días que «el negacionismo de VOX es letal»… y eso,  tras el nefasto discurso que le dedicó a Don Santiago Abascal en el congreso el día de la moción de censura, acaba de definirlo para los restos.

Señores, si al decir de Unamuno, y siguiendo el listado de tontos que puede darse en la vida normal y en España, me he quedado con las ganas de saber cuál de las acepciones de «tonto» les puedo asignar a cada uno de ellos.

Porque al señor Maroto se le podría aplicar muy bien los de zoquete, badulaque o botarate, ya que hay que ser tonto para defender los «chiringuitos» de los Partidos en el Poder (el PSOE y Podemos) que tanto están dañando la economía española … ya es de tontos, sabiendo como se sabe que esos agentes sociales, esos colectivos y esos ciudadanos a los que quiere respaldar no son sino la «compra de votos» de este Gobierno socialista-comunista… y entiendo que VOX no quiera apoyar una Declaración que sirva para repartir millones sin control. Por tanto,  la «prueba del algodón» ya está siendo para él. Se puede ser tonto pero ser zoquete, badulaque o botarate es demasiado, como para coger las maletas y marcharse a casa.

Y lo del señor Egea es mucho más que de tontos, y si hubiese leído sus declaraciones don Miguel de Unamuno seguro que le habría asignado al menos ocho de su lista. Porque hay que ser idiota, bobo, imbécil, mentecato, burro, cernícalo, alcornoque y tonto de capirote para decir y afirmar que VOX no ha hecho nada de valor desde que apareció en la escena política. Olvidando, y, ciertamente hay que ser tonto de capirote, para olvidar que gracias a VOX están gobernando en Andalucía, en Madrid, en Murcia, y en muchos ayuntamientos de España.

Por ello, y esto ya es cosa mía, si yo fuese el señor Abascal me echaba al monte y le retiraba esos apoyos, aunque las tres Comunidades pasaran a control de las Izquierdas. Entre otras cosas porque el argumento principal que emplea el señor Abascal y por lo que se tragó y se sigue tragando el feroz ataque que le hizo el otro tonto de Casado en las Cortes para que se enterara si VOX había servido para algo o no había servido… ha cambiado porque si España ya no es España qué más da responderle al don Teodoro con lo que se merece, quitarle las tres Comunidades citadas.

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Y lo de Casado es para echarse a llorar. Este tonto no se está dando cuenta del ridículo que está haciendo de cara a la Historia. Por ello solo se le puede llamar, con el programa de Unamuno, «tonto constitucional«, que eran los que por su constitución mental y hasta física son tontos que se pasan la vida amparándose en la Constitución sin darse cuenta que aquí ya no hay Constitución, que aquí solo hay lo que quieran sacarse de la manga los dictadores de hoy, es decir, Pedro Sánchez y Pablo y Iglesias. Y son también «tontos constitucionales» por soñar con las urnas y las próximas elecciones para echar a este Gobierno, (que ya no sé cómo calificar) y recuperar el Poder, sabiendo ya que no habrá más elecciones… el señor Casado, es, sin duda, el Rey de los «tontos constitucionales«.

Y así, señores cómo podemos esperar que esto se arregle, si el primer Partido de la Oposición es la posada de todos los tontos de Unamuno.

Y para que no haya dudas les reproduzco el artículo sobre «Los tontos de Unamuno» que publiqué hace algún tiempo en este mismo diario. 

LOS TONTOS DE UNAMUNO

Yo no sé si fue un don que Dios le dio o que, ciertamente, nació con una estrella en la frente, porque el «hecho diferencial» de Don Miguel con respecto a los demás hombres de su generación, de las siguientes y quizás de todas las pasadas y futuras es que allá donde fija su mirada nace una flor… y no la toques más que así es la rosa. Si escribe del Quijote te embauca, si escribe del Cristo de Velázquez, te emociona, si escribe de España te haces legionario, si escribe  de la Iglesia te borras, si escribe del «problema catalán» te tiras al mar… o sea, que escriba de lo que escriba te embauca y te hace «unamuniano» para toda la vida. Hoy voy a transcribir algo de lo que escribió sobre «los tontos», aunque sólo sea para demostrarles que contra lo que le critican algunos de sus envidiosos, también sabe ser irónico y humorista cuando quiere.

Pero, empecemos por saber qué es un tonto o quién es tonto para Don Miguel. Un tonto es aquel que utiliza siempre el sentido común (o sea lugares comunes), pero jamás el sentido propio. Un tonto es el que no sabe que lo es, o el que cree que los tontos son todos los demás, o el que cree que lo sabe todo y piensa que es más listo que nadie. Claro que más tonto que el tonto normal es el architonto, el que ya no puede ser más tonto, el tonto rematado y sin remedio…y ojo, que al tonto corriente también se le llama -dice en este caso el ensayista-:  zoquete, soso, idiota, bobo, fatuo, tundido, imbécil, mentecato, estúpido, burro, cernícalo, congrio, besugo, percebe, alcornoque, bellotero, tonto de capirote («es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial». Unamuno 1923 en «Caras y caretas»), tonto de atar, majadero, adoquín, memo, badulaque, botarate, simplón, pazguato, mequetefre, chisgarabís, zanguango, mamarracho, zampatortas, papanatas, papamoscas, tonto-tonto … y no sigo porque dice cosas más interesantes.

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Por ejemplo, cuando trae a la palestra la Biblia y cita a San Mateo (por supuesto para criticarle). Capítulo V, versículo 22: «Quien llamare tonto a su hermano, es reo del fuego eterno», en otros Evangelios se dice en lugar  de tonto, idiota y fatuo… y  Don Miguel se lleva las manos a la cabeza y alerta: «Fijaos que dice tonto y no asesino, o ladrón, o bandido, o estafador, o cobarde, o hijo de…mala madre, o cabrón, o liberal, o político?… ¿por qué? ¿acaso porque un tonto es más peligroso que todos los demás?.

            Naturalmente, hay muchas clases de tontos (para Wikipedia más de 50 y hasta por orden alfabético. El tonto alegre, el ambicioso, el campeón, el ciego, el demagogo, el ecológico (es tonto por naturaleza), el filósofo, el hiperactivo, el incubadora (es tonto de nacimiento), el musical, el ocupado (no es más tonto porque no tiene tiempo), el plano, el sincero, el tijera, el utópico y el valiente). Pero para Unamuno sólo hay tres clases: a) los que inventan tonterías nuevas, que son los tontos originales, b) los que no hacen sino repetir las tonterías inventadas por otros c) los de curso forzoso y lugares comunes, cuyo símbolo es Pero Grullo. (y hablando de tonterías aprovecha para referirse «a las que envenenan los separatistas vascos, cuya enfermiza vanidad están cultivando estos que fingen creerse redentores de pueblos oprimidos por el incomprensivo imperialismo centralista-castellano»).

«Uno de los tontos insignes de Unamuno -escribe Pedro de Tena-  es el tonto constitucional. No se trata, no, de torpes defensores  de una Constitución política, aunque abundan mucho, sino que se refiere a quien es constitucionalmente tonto, esto es, tonto por constitución fisiológica , a nativitate, irremediable, tonto absoluto si se prefiere… los tontos de verdad, son soberbios a quienes no puede explicárseles lo tontos que son». 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.