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En 1928, en pleno centro de la barriada proletaria de Cuatros Caminos, concretamente en la madrileña calle de Bravo Murillo 160, se iniciaba la construcción del Cinema Europa. El edificio de estilo modernista, obra del arquitecto Luis Gutiérrez Soto,  fue dotado de todos los avances técnicos, ofreciendo a los espectadores un gran confort y comodidad, convirtiéndole, tras su inauguración en 1929, en, posiblemente, hasta la inauguración del cine Barceló, en el mejor Cinema de Madrid, pues contaba con platea, anfiteatro y palcos. Los propietarios, a partir de 1930, alquilaron, en horario de mañana, sobre todo los domingos,  la sala para la realización de mítines políticos.  

En aquel Cinema Europa, conectado por un revolucionario sistema de altavoces con el cine Padilla,  el día 2 de febrero de 1936, de cara a las cruciales elecciones del 16 del mismo mes, que darían, tras un escandaloso  y fraudulento pucherazo, el triunfo a las candidaturas del Frente Popular, José Antonio Primo de Rivera, pronunció uno de sus más brillantes discursos, ante un auditorio que llenó hasta los topes , incluso las calles aledañas, el elegante cinema, adornado con guiones, estandartes, y un gran telón de fondo, rojo y negro, donde se podían leer los nombres de los falangistas asesinados por el marxismo desde la fundación de Falange, en octubre de 1933 hasta la fecha.

José Antonio, entre arenga y poesía, estuvo brillantísimo, criticando con dureza el gobierno de radicales y cedistas, al que llamó “Bienio estéril y melancólico”. Convocó a las juventudes de España a la gran tarea  de la Unidad de la Patria, a través de un Frente Nacional que, en línea de combate, se enfrentase, de manera decidida, al frente asiático, torvo y amenazador de la revolución rusa, en su traducción española, como proféticamente había dicho en noviembre de 1935, en otro acto multitudinario celebrado en el Cine  Madrid de la Plaza del Carmen, de la capital de España.

José Antonio sabía que la Falange iba, a aquellas elecciones, completamente sola, sin posibilidades de triunfo. “ Por eso estamos solos”, dijo, “porque vemos que hay que hacer otra España, una España que se escape de la tenaza entre el rencor y el miedo por la única escapada alta y decente, por arriba, y de ahí por dónde nuestro grito de ”¡Arriba España!” resulta ahora más profético que nunca. Por arriba queremos que se escape una España que dé enteras, otra vez, a su pueblo las tres cosas que pregonamos en nuestro grito: la Patria, el Pan y la Justicia.”

“Y, por último, ¿qué se creen que es la revolución, qué se creen que es el comunismo estos que dicen que acudamos todos a votar sus candidaturas para que el comunismo no pase? ¿Quiénes les han dicho que la revolución se gana con candidaturas? Aunque triunfaran en España todas las candidaturas socialistas, vosotros, padres españoles, a cuyas hijas van a decir que el pudor es un prejuicio burgués; vosotros, militares españoles, a quienes van a decir que la Patria no existe, que vais a ver a vuestros soldados en indisciplina; vosotros, religiosos, católicos españoles, que vais a ver convertirlas las iglesias en museos de los sin Dios; vosotros, ¿acataríais el resultarlo electoral? Pues la Falange tampoco; la Falange no acataría el resultado electoral.”


José Antonio Primo de Rivera.

“Votad sin temor; no os asustéis de esos augurios. Si el resultado de los escrutinios es contrario, peligrosamente contrario a los eternos destinos de España, la Falange relegará con sus fuerzas las actas de escrutinio al último lugar del menosprecio. Si, después del escrutinio, triunfantes o vencidos, quieren otra vez los enemigos de España, los representantes de un sentido material que a España contradice, asaltar el Poder, entonces otra ve? la Falange, sin fanfarronadas, pero sin desmayo, estaría en su puesto como hace dos años, como hace un año, como ayer, como siempre.”

Ese mismo día, se daba a conocer en público, entonado por una multitud de arrebatados falangistas, un himno bellísimo de amor y guerra, sin una sola palabra de odio, y que durante cuarenta años llenó de música esperanzada, en los nobles y limpios destinos de la Patria, primero cárceles, trincheras y campos de batalla. Y en la Paz, calles,  plazas, campamentos, teatros y cines de la muy querida España: el Cara al Sol. 

Al estallar la Guerra Civil, y tras crearse, a primeros del mes de agosto, la primeras Checas de la Secretaria técnica  de la Dirección General de Seguridad y la del Círculo de Bellas Artes, que pasaría posteriormente a un edificio en la calle de Fomento, estas se expanden por el Madrid rojo, atribulado y siniestro. Va a dar comienzo la historia de sangre, terror, latrocinio y asesinato.

El Cinema Europa será incautado por milicias anarquistas de la CNT, para establecer en él, su cuartel general, al que llamarán Ateneo Libertario de Tetuán. En él va a operar una  terrorífica Checa, de las más crueles del Madrid rojo, comandada por un sujeto despreciable, un delincuente, llamado  Felipe Sandoval, conocido como el “ Doctor Muñiz”. Sandoval, nacido en Madrid en 1886, pasó su infancia en un orfanato. Trabajó como albañil en su juventud. Tras ello “trabajó” como pistolero al servicio de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), donde trabaría gran amistad con el siniestro Juan García Oliver, uno de los pistoleros más destacados de anarquismo en Barcelona, que ironías del destino y aquella “idílica II república” lo convertirían en, nada más y nada menos, que Ministro de Justicia, del gobierno presidido por el socialista Francisco Largo Caballero, cargo que ocuparía del 4 de noviembre de 1936 al 18 de mayo del 37. García Oliver había sido también consejero en el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, desde los sucesos del 19 de julio del 36.    

Volviendo a  Sandoval este se vería involucrado en un intento de atentado contra el Rey Alfonso XIII y cometería varios atracos a Bancos. Detenido y juzgado pasó varios años en prisión. En 1919, intentó escapar de una cárcel de Barcelona. Tras ser capturado de nuevo, recibió una gran paliza que le desfiguró para siempre el rostro.


Felipe Sandoval máximo dirigente de la Checa madrileña del Cinema Europa.

Con la llegada fraudulenta del Frente Popular en febrero de 1936,  las cárceles comenzaron a vaciarse de peligrosos delincuentes y llenándose de valientes y honrados patriotas. Sandoval, que se hallaba recluido en la cárcel Modelo de Madrid, debió ser considerado como muy peligroso, pues fue puesto en libertad, muchas semanas después, de que Azaña tomase de nuevo el poder. Con el triunfo de la revolución roja en Madrid, un delincuente convicto y confeso, pasó a ser agente de la autoridad con un poder omnímodo. Por supuesto, nada más ocupar su nuevo puesto, su primera orden fue la de destruir todos los expedientes, donde figuraban los antecedentes penales, entre ellos estaban también los suyos.

Con chulería, descaro y terror, se hizo el amo de la Checa que la CNT-FAI instaló en el cinema Europa. En los sótanos de aquel, en otras épocas, elegante cine, concretamente en los antiguos urinarios y zona de almacenes, se establecieron unos calabozos donde imperó  el terror, la maldad perversa y la tortura. Allí eran conducidos los sospechosos de simpatizar con los militares alzados, falangistas, monárquicos, personas acusadas de votar a un partido de derechas o simplemente de conservar objetos religiosos en casa. Tras tener, durante largo tiempo, a los detenidos en cuclillas y con las manos pasadas por debajo de las piernas, algo auténticamente insoportable, eran sacados al anochecer del cinema, escoltados por brigadistas, que momentos después les daban el siniestro paseo, en lugares de las afueras de Madrid    

Con el mismo fin ocuparon también un colegio cercano al cine, el Jaime Vera. En aquella siniestra checa, Sandoval contó con la “inestimable ayuda” de otro delincuente Santiago Aliques Bermúdez, de profesión pintor, conocido malhechor, reclamado por la Autoridad judicial desde el año 1920, nueve veces por hurto, tres por estafa, dos por atentado, dos por usurpación de funciones, uno por lesiones, uno por malos tratos, uno por abusos deshonestos y uno por robo a mano armada, habiendo sido condenado en el año 1925 a ocho años, cuatro meses y ocho días de presidio por hurto, atentado y usurpación de funciones. Tras el comienzo de la guerra fue liberado de la cárcel donde cumplía condena y pasó a formar parte del grupo de defensa de la Checa del Europa. Participó en la saca de la cárcel de Ventas, que terminó con los asesinatos del cementerio de Aravaca y en otras numerosas matanzas. Se dio el caso de que en la Checa del Cinema Europa hubo dos grupos un capitaneado por Sandoval y Aliques y otro liderado por Alberto Solana, cuyo mote, “El Fundi”, aludía a su oficio  de fundidor.

Efectivos de la Guardia de Asalto a caballo controlan la salida de un mitin celebrado en el Cinema Europa.

Junto a  ellos otros sanguinarios miembros de aquella atroz checa fueron Alberto Chenel de La Cal; los hermanos Brígido, Gregorio y Juan Gómez Barba, que acompañaron, según declaración del propio Sandoval, a este, en el asesinato en la carretera de Fuencarral de un matrimonio que vivía en una casa de la zona de Retiro. Antonio Prieto Blázquez  a quien se le atribuyó el asesinato de un bibliotecario, Florián Ruiz Egea. Igualmente Prieto participó  en el asesinato del Cónsul de Bélgica en Madrid Barón de Bochgrave. Enrique Merino del Ojo, acusado de asesinar al obispo de Sigüenza; Pedro Sanz Labanda, contable de la checa; Manuel, “el Penchi”; Manuel Martínez, el “Bartolo” y Justo Fariñas, el chófer de Aliques.

Antonio Segura,  Marcelino Rodríguez, Vicente Díaz, Antonio Serrano, Andrés Amores, Luis Peña, Eugenio Corredera, Serafín Gutiérrez, José Calviño, José Mas y el mencionado contable Pedro Sanz, que actuaba también como uno de los secretarios, junto a Andrés  Amores, eran los   que generalmente formaban, junto a  Sandoval y Aliques “el tribunal”, que tomaba sus acuerdos a puerta cerrada. Tras esas reuniones los individuos del comité salían a prestar el servicio “que ellos llamaban de investigación” y que suponía en unos casos conducir a los detenidos a lugares alejados para darles el Siniestro “paseo” y en otros asaltar apartamentos y casas. De la cercana comisaria de Cuatro Caminos, los chekistas recababan información, comprobaban los detenidos de ese día y fijaban los siguientes objetivos de sus registros.

Otro miembros de aquella sanguinaria  checa fueron Serafín Gutiérrez, Leoncio Sánchez, Vicente Izquierdo,  Máximo Belloso, Félix González Díez, Juan Gutiérrez Villegas; Isaac Sánchez Guimaray, Higinio Viela Lafuente, Cristóbal Villar Galán, Saturnino Andrés Alba, Ramón Ayuso García, y uno conocido con el mote de “El Chaparro”, miembros todos ellos  de los grupos de ejecución.

La actividad de la Checa del Cinema Europa no se limitaba  a hacer detenciones y juicios. También sus miembros participaron en exacciones de presos sobre todo de la cárcel de Ventas a los que asesinaron en lugares apartados como la Dehesa de la Villa, en la carretera de Aravaca o un lugar sito en Fuencarral denominado “La Vaquería” Las joyas robadas a los cadáveres, así como algunas armas y explosivos, eran enterradas en el jardín del propio cine o repartidas entre las novias o queridas de los miembros de la propia Checa.  

La checa del Cinema Europa tenía también un cuartel en el pueblo de Hortaleza, donde se cometieron  varios asesinatos.  Pedro Sanz, el contable  y Rosendo  Martín eran los encargados de abrir las fosas, en un lugar del cuartel llamado “el gallinero”, cuando les comunicaban el envío, de forma eufemística, de “algún paquete” lo que significaba personas que iban a ser asesinadas. Pablo González Cubillo, era el ejecutor de los asesinatos.

 

Entrada principal de la Cárcel Modelo de Madrid.

El día 21 de agosto de 1936, ante el rumor, aireado por algún periódico como Claridad, de que varios presos de ideología falangista planeaban una fuga carcelaria, el Comité Provincial de Investigación Publica, con la autorización  del Director General de Seguridad Manuel Muñoz,  decidió enviar  a la cárcel Modelo un “heroico grupo” entre los que destacaban el socialista Enrique Puente y  los miembros de aquella Checa del Cinema Europa, Santiago Aliques Bermúdez, Pablo González Cubillo, Máximo Belloso Barbado, Miguel Cantalapiedra Martín,  Alberto Chenel de la Cal,  Antonio Martínez Rojas, Antonio y Narciso Segura Germán, con Sandoval al frente, como máximo responsable, con la intención de  realizar registros, con la principal misión de investigar a los militares y presos falangistas y derechistas. Los interrogatorios, dirigidos por Saldoval y Aliques, se completaron con el robo de objetos de carácter personal, dinero, relojes, cadenas de oro,  sortijas, que tenían los interrogados.

Tras subir a los tejados del recinto penitenciario y colocarse en estratégicas posiciones, provocaron un incendio en el interior de la Modelo, obligando a los reclusos a salir a los patios, donde los ametrallarían sin piedad, provocando la muerte de un gran número de ellos. Tras ello, asaltaron los archivos y tras una selección fueron buscando, celda por celda, a diferente y conocidos políticos a los que asesinaron sin contemplaciones ni piedad, de ningún tipo.

Entre los asesinados estaban Melquíades Álvarez, antiguo presidente de las Cortes Españolas, decano del Colegio de Abogados de Madrid y presidente del partido Republicano Liberal Demócrata,; Jesús Martínez de Velasco, Ministro de Estado de octubre a diciembre de 1935 en el gobierno presidido por Joaquín Chapaprieta y jefe del Partido Agrario; Julio Ruiz de Alda, capitán aviador militar, héroe del Vuelo Plus Ultra, junto al Comandante Ramón Franco, el Teniente de Navío Juan Manuel Duran y el mecánico Pablo Rada, al lograr la gran hazaña de cruzar el océano Atlántico sur en 1926  y posteriormente uno de los fundadores de Falange Española; Fernando Primo de Rivera, médico militar, hermano de José Antonio y militante de Falange Española; Manuel Rico Avelló, exministro y antiguo alto comisario de España en Marruecos; el ex ministro republicano Ramón Álvarez Valdés que ocupó la cartera de Justicia entre diciembre de 1933 y abril de 1934, en los gabinetes presididos Alejandro Lerroux; José María Albiñana, médico y político; los generales  Rafael Villegas, sublevado en Madrid en julio de 1936 y Oswaldo  Capaz, primer militar español que ocupó el territorio de Sid Ifni en abril de 1934, así como el Teniente Fanjul Sedeño, hijo del general Joaquín Fanjul Goñi, detenido en el asalto al Cuartel de la Montana el día 20 de julio de 1936 y posteriormente fusilado;  el comisario Santiago Martín Báguenas, que había sido comisario-jefe del Cuerpo de Investigación y Vigilancia y el Falangista, antiguo miembro del PCE, Enrique Matorras, entre otros.

El heroico aviador Militar Julio Ruiz de Alda, asesinado en el asalto a la cárcel Modelo de Madrid en agosto de 1936.

La brutalidad, la sed de sangre, el odio desenfrenado, que empleó aquella cuadrilla de asesinos de la checa del Cinema Europa, en el asalto a la cárcel Modelo, hizo exclamar al  líder socialista Indalecio Prieto, tras visitar la Modelo después de las ejecuciones y comprobar que muchas autoridades frente populistas allí presentes, entre ellas el Director General de Seguridad y prisiones, Manuel Muñoz, y el ministro de gobernación, general Sebastián Pozas, que no tomaron ninguna medida por impedir la matanza: “La brutalidad de lo que aquí acaba de ocurrir significa, nada menos, que con esto hemos perdido la guerra”.

Los chekistas del Cinema Europa, hasta la desaparición del tétrico lugar, asaltaron sedes diplomáticas de otras Naciones, donde se habían refugiado mucho españoles y extranjeros amenazados con la muerte por las milicias socialistas, comunistas y anarquistas.

Entre sus “heroicas acciones” se halló la del secuestro y posterior asesinato de Consuelo y Dolores Aguiar-Mella Díaz, de 18 y 23 años, hermanas del Cónsul de Uruguay, y cuyos cadáveres aparecieron tirados en una cuneta con signos de violación en la carretera de Andalucía. La República Oriental de Uruguay, ante la repercusión de aquellos asesinatos, rompió relaciones con el gobierno del Frente Popular pues nada hizo en investigar el crimen ni buscar a los culpables. Las hermanas Aguilar vivían con unas monjas escolapias, colaborando con ellas en alimentar a necesitados de Madrid. Dolores fue detenida, a pesar de portar en su brazo un brazalete con la bandera del Uruguay,  en la calle de Ferraz y de seguido los milicianos de la checa del Europa fueron a buscar a Consuelo, a la que engañaron diciéndole que acudiera con su documentación uruguaya y quedarían libres. Los dos hermanas han sido beatificadas.

También participaron en el cruel asesinato del médico de la Cárcel Modelo de Madrid, Gabriel Pomares Dicenta, al que obligaron a bajar de un vehículo perteneciente a la Embajada de Noruega y le asesinaron en plena calle.  Tras el cierre de aquella checa, Sandoval pasaría a formar parte del terrible S.I.M, encargado de detener a los miembros de la quinta columna, compuesta por decididos, arriesgados  y valerosos partidarios del bando Nacional como los componentes de  las organizaciones Lucero Verde, Rosal, Villapalos, Antonio (creada por el Teniente de Intendencia Antonio Rodríguez Aguado), el Auxilio Azul de las hermanas Unciti,  que se  dedicaban, además esconder a perseguidos y pasar gente a la zona Nacional, a labores de espionaje y sabotaje.

Fernando Primo de Rivera, médico militar, hermano menor de José Antonio, asesinado en el asalto a la cárcel Modelo de Madrid, el 23 de agosto de 1936.

Unos días antes de que el Generalísimo Franco firmase el último parte de guerra, del día 1 de abril de 1939, dando así fin a la guerra de Liberación Española, Sandoval huyó a Alicante con intención de embarcarse en algún barco que lo alejase de España. Detenido por las autoridades Nacionales fue enviado a  Madrid, donde se le trasladó a una antigua comisaría de Policía, situada en la calle Almagro, 36. La denuncia efectuada ante el Servicio de Información de Policía Militar, por el comandante de artillería en el servicio de aviación y jefe de armamento del Estado Mayor del Aire, Alejandro Sirvent,  hijo del  General de Artillería, Juan Sirvent Berganza, y cuñado de José Palma Campos, Fiscal de la Audiencia de Madrid, asesinados, el día 14 de noviembre de 1936, por integrantes de la Checa del Cinema Europa, en la carretera de Francia, término de Fuencarral, sirvió para la detención de numerosos individuos, entre ellos Aliques y el conocimiento de las abominables “actividades” de la siniestra checa que operó en el Cinema Europa.

Tras varios interrogatorios, donde delató a numerosos compinches de sus correrías y andanzas  sangrientas, aprovechando un descuido de sus captores, Felipe Sandoval se arrojó por una ventana, poniendo así fin a una vida de crímenes y asesinatos. Ningún familiar se interesó por su cuerpo, siendo enterrado el día 6 de julio de 1939 en una tumba de las de tercera del cementerio del este de Madrid. Aliques, por su parte, fue juzgado y condenado a muerte y ejecutado en Madrid en 1941.

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.

 
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