21/11/2024 12:29

El sospechoso Pedro Sánchez-por no decir el corrupto que toda España y el mundo conoce-se ha negado a declarar para no implicarse en su delictivo fango de corrupción que salpica a la imputada Begoña Gómez y a sí mismo. Es lo que se colige del encubrimiento de sus no declaraciones como testigo. La Moncloa se ha transformado en una sauna de prostitución estatal donde Sánchez manda entre vapores delicuescentes.

El titular del Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, investiga a Begoña Gómez por delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios y posee ciertas evidencias de la relación de Barrabés con Pedro Sánchez y asuntos turbios originados en La Moncloa. En consecuencia, el instructor se ha desplazado este martes al Palacio de La Moncloa para tomar declaración testifical al presidente del Gobierno. El magistrado acordaba que al interrogatorio asistieran las defensas de los tres investigados, es decir, de Begoña Gómez, el empresario Juan Carlos Barrabés y el rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Joaquín Goyache. También el fiscal del caso José Manuel San Baldomero, y la abogada de Vox, Marta Castro, en representación de todas las acusaciones populares. Además de la formación de Santiago Abascal, están personadas Iustitia Europa, Hazte Oír, Manos Limpias y Movimiento Regeneración Política de España.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) exime a cualquier persona citada como testigo en un procedimiento judicial de declarar en contra de su cónyuge. La dispensa a declarar se regula en el artículo 416 de esa ley y se aplica a «los parientes del procesado en líneas directa ascendente y descendente, su cónyuge o persona unida por relación de hecho análoga a la matrimonial, sus hermanos consanguíneos o uterinos y los colaterales consanguíneos hasta el segundo grado civil».

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Según fuentes de la acusación, Sánchez y Peinado apenas estuvieron veinte minutos juntos, en un despacho especialmente habilitado para la declaración. El presidente se habría mostrado «impávido» y «altanero» ante el juez. El instructor no ha dejado a la acusación popular formular sus preguntas después de que Sánchez decidiera no declarar. En este sentido, insistía en que para «garantizar el estricto cumplimiento del ordenamiento jurídico» y dadas las cuestiones que se investigan en la causa que dirige el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid la declaración «debe producirse conforme a lo establecido en el artículo 412.2 de la LECrim».

Así pues, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha negado a declarar ante el juez sobre el caso de su esposa Begoña Gómez. Fuentes jurídicas afirman que «Pedro Sánchez se ha acogido al artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) para no declarar».

La testifical se ha celebrado de manera presencial pese al intento de Sánchez que, en una carta dirigida al propio juez Peinado, solicitó que la misma tuviera lugar por escrito dado su cargo. De hecho, el juez Carlos del Valle, en sustitución de Juan Carlos Peinado, resolvió la semana pasada manteniendo esa presencialidad del interrogatorio. En la citada carta, el presidente del Gobierno indicaba al juez que tenía voluntad de «colaborar» con la Justicia, pero defendía que su declaración como testigo debía ser por escrito dado que su comparecencia «resulta inescindible» de su cargo. «Es mi deber preservar el sentido propio de la institución», añadía. Sánchez incidía en que la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) diferencia entre la declaración de un presidente por hechos de los que tenga conocimiento por «razón de su cargo» o por hechos ajenos a su ejercicio como presidente. En el primer caso, la norma da la posibilidad de declarar por escrito; en el segundo, no.

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Para querellarse por un delito de prevaricación contra el titular del Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha utilizado a la Abogacía General del Estado. Un órdago contra un juez en defensa de su deber como representante de la Justicia que convierte a Sánchez en sospechoso de hechos delictivos que intenta ocultar usando fulleramente al Estado para su propio beneficio. La imputación no debería hacerse esperar. La impecable actuación de Juan Carlos Peinado revuelve las tripas del capo que se defiende panza arriba para evitar la futurible cárcel.

Así es que el PSOE no descarta que el chulesco sospechoso de múltiples criminalidades sea imputado. Juan Carlos Peinado sigue jugando su papel como representante de la Justicia  a sabiendas de las cartas marcadas del fullero silencioso que sigue callado ala espera del próximo movimiento para abortar la investigación que condice a su condición presidencial como ejecutor de todas las corrupciones del partido socialista ejerciendo torticeramente el poder.

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María del Espino Utrera

CUANDO CALLA, TANTA PORQUERIA TIENE QUE ES DESCARADO. CAIGA SOBRE EL TODO EL PESO DE LA LEY Y LA INHABILITACION Y LA CARCEL MAS LARGA. QUE DESEAMOS TODOS LOS ESPAÑOLES.

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