El Foro Económico Mundial obliga a los gobiernos de todo el mundo a eliminar paulatinamente el uso privado del coche. Por Luys Coleto

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Tus peores pesadillas han llegado. El transhumanista y ciberpoligonero, a fuer de genocida, Klaus Schwab, jefazo del FEM (Fondo Económico Mundial) planea quitarte tu automóvil. No los suyos ni sus miles de jets privados o los Falcon ) que vuelan, por ejemplo, todos los años al conciliábulo de Davos, sino tu sacrosanto derecho a conducir tu propio coche: «La propiedad privada de automóviles es un ‘despilfarro’ y debe acabarse». Pretexto, farsa climática. Método para culminar otro – otro más – liberticidio: espectaculares subidas de los combustibles. Digamos que el artículo del FEM donde se explica lo anterior es lioso, contradictorio y completamente falso(al final). Básicamente exige el progresivo acabose de la producción de petróleo, gas y carbón, junto con impuestos desorejadamente más elevados. En fin.

Fin de tu alma, de tu propiedad, de tu libertad

Se sostiene, en el informe publicado hace escasos días por esta funesta institución globalista, órdenes estrictas a sus títeres («young leaders») pues, Sanchinflas incluido, que la gente puede «caminar o compartir». Incluso te proporciona una «alternativa» muy molona, muy inclusiva y muy ecopollas. Compartir automóviles en comunidad devendría parte de un «enfoque circular necesario para reducir la demanda global de metales preciosos y combustibles fósiles». Sic. El tito Klaus, junto a su reputada piara, promocionando la cruel y NEGRA estafa de las energías “verdes”, hipercontaminantes y neoesclavistas, dos a vuela teclado.

El fin de la propiedad privada es esencial, según el FEM, y se puede aplicar a todo, desde automóviles hasta casas privadas pasando por cualquier otra imaginable propiedad privada (¿hacia el comunismo sexual?): el Limosnero y Monstruoso Leviatán te proveerá con la paguita de marras (si eres «buen» ciudadadano NOM, claro). Renta básica, dizque. Ya saben, no tendrás nada y súper feliz, claro.

Con el óbolo de los nuevos menesterosos y un ocio casi gratuito (marihuana y orwelliano metaverso a gogó, por ejemplo), el Estado, inoculándote cada cierto tiempo sus atroces kakunas, te habrá arrebatado definitivamente el alma. Y la propiedad. Y la libertad. Salvo que luches sin desmayo y asumiendo las consecuencias – todas – hasta la hez. En fin.

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Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.