18/06/2024 13:28
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El 28-M ha conseguido el efecto contrario de lo que pretendía Feijóo en contra de España, facilitando la continuidad de la corrupción sanchista y demonizando cualquier trato con VOX que se ha convertido en la llave de gobierno de seis autonomías. A estas alturas nadie debería temer los pactos poselectorales del gallego que muy a su pesar deberá tender la mano a Santiago Abascal y disimular sus empeños socialdemócratas. De lo contrario, sería aún más necio como para evidenciar la imprudencia que podría provocar una rebelión interna. Su electorado ha dado la consigna junto al de VOX para que haya entendimiento de la derecha por la extinción del bloque frentepopulista en las decisivas elecciones de diciembre, si es que Sánchez llega. Aunque la bestia herida puede revolverse, no obstante tiene el control institucional tan sectariamente recabado a su favor. Sánchez será imprevisible con mayores justificaciones autócratas en la agonía. La unión de la derecha es obligada.

De Cataluña y el País Vasco se esperaba lo que Sánchez ha brindado por mantenerse en el poder: se ha reforzado el independentismo por los pactos de sangre rubricados en La Moncloa pero como contrapartida España ha apostado por la reunificación y el reforzamiento de las bases constitucionales. En consecuencia, ha surtido efecto el recelo que despertaba la hostilidad socialcomunista atacando la unidad de España; la unidad que los líderes políticos no afianzaban  hasta que los convocados a las urnas han decidido por ellos. No será por Santiago Abascal que siempre se mostró más cortés y condescendiente, dando la oportunidad al PP de Feijóo para retractarse y aceptar la mano constitucionalista frente a la amenaza de la fragmentación de la ultraizquierda instalada en La Moncloa.

La inteligencia política que no tuvo Feijóo la han demostrado con creces sus votantes, o mejor debería decirse los votantes del PP a pesar de Núñez Feijóo. Los bandazos han sido alarmantes pero las urnas han enderezado la dirección errática de un candidato a la presidencia menos aceptado que la gran triunfadora de la jornada, Isabel Díaz Ayuso, quien ha roto la tendencia de pactos con VOX afirmando una independencia de gobierno en la Comunidad de Madrid, además de debilitar a la ultraizquierda hasta el punto de marcar la extinción de la lacra podemita.Esta victoria incontestable refuerza la idea un liderazgo que para sí quisiera Feijóo como candidato a las Generales. Ayuso ha confirmado la madurez e independencia de un proyecto político propio, aun delimitado por la Directiva del partido en tanto seis autonomías se ven obligadas a seguir los dictados de la voluntad popular desafiando los criterios de pactos que Feijóo pretendía con el PSOE. Si Madrid ha madurado, las otras autonomías deberán demostrar que el entendimiento es posible reeditando los pactos en Castilla y León entre el PP y VOX. Si Ayuso aprueba con sobresaliente, otros todavía no se han examinado.

Los resultados demuestran inteligentemente que, principalmente, Feijóo está a prueba. La eficaz Díaz Ayuso ha tirado del carro de la aceptación pública y el electorado del PP la ha premiado no solo a pesar de Feijóo, Gamarra, Bendodo, Pons o Semper, sino también de los lastres que ha arrastrado obligada a seguir las instrucciones de Génova. La única manera de erradicar los pactos suicidas con el PSOE era reforzar el liderazgo de los populares a pesar de que el líder gallego había extraviado el norte liberal que ha retornado por sus propios fueros. España clama unísona por el retorno a la senda constitucionalista y el destierro del sectarismo socialcomunista, incluida la derogación de sus leyes tan aborrecidas como lo son sus ejecutores que ven peligrar las poltronas que ya no ceden los ex votantes. Madrid se ha convertido en bastión frente a los ataques de la ultraizquierda que se ve debilitada, quebrada y extraviada al comprobar que no cuajó la estrategia de la difamación. La irrelevancia de lo podemita marca el próximo destino de su extinción total siguiendo los pasos de Ciudadanos. La cizaña no dio los frutos de la disensión, antes bien reunificó la España víctima estos años de la estrategia frentepopulista, siendo nuclear el ejemplo de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid con que han premiado a Almeida.

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En definitiva, el PP debe calcular ahora con un inesperado crédito con el que no contaba Feijóo,  quien deberá demostrar la solvencia que requería para este primer embate electoral como previa derrota de Sánchez, y con estos resultados no convertirse en su cómplice, presa del derrotismo y la complacencia con los enemigos de España. VOX no es ultraderecha sino un partido constitucional y plenamente democrático. Con el horizonte en las Generales dotado de previsible autosuficiencia, el candidato Feijóo será observado con lupa por los triunfales barones que han salvado la coyuntura de crisis con un éxito descomunal, a pesar de los requiebros y lastres impuestos por el candidato a la presidencia que deberá rectificar las muchas incongruencias que acumula desde que tomó el testigo de Casado. Su ineludible prueba de fuego será entenderse con la solidez de VOX para expulsar al criminal de La Moncloa…

A modo de adenda quede dicho: las anteriores líneas eran el análisis poselectoral antes de que Pedro Sánchez haya anunciado la convocatoria de Elecciones Generales para este 23 de Julio. Decido dejar la primera exposición, antes de conocer el adelanto electoral, para contrastar la dificultad que suponía la resistencia de Sánchez y todos sus alardes de juego sucio, en comparación con esta evidente y sorprendente rendición ante los designios de la voluntad popular. A falta de ver si hay algún as bajo la manga puede que estemos viviendo el fin del sanchismo y el resurgimiento de una España despierta. Con todo, que esta aparente victoria no nos haga olvidar la tragedia, la miseria y la destrucción generalizada que ha supuesto la lacra socialcomunista en nuestras vidas y, dados los antecedentes de cinco años de pesadilla que nos ha hundido institucional,  social y económicamente, no demos por hecho el esforzadotrabajo que queda por hacer. En tanto, Viva España que empieza a resurgir.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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Aliena

Entiendo, PSOE y PP no son España, España sólo es VOX. Ya. Hay que ver, cuánto se parecen todos ustedes…

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