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Lo he dicho muchas veces y lo vuelvo a decir hoy. Yo no tengo nada contra la LGTBIQ+ ni contra sus asociados, amigos o simpatizantes, pero no estoy con que acuerdo que todas sus actividades las haga con dinero público. Hay que acabar con los “chiringuitos” sean del color que sean y aunque sus labores puedan ser complementarias de las oficiales. La Sanidad, la Educación, la Formación Profesional y otras cosas no pueden estar en manos del “Imperio Arco Iris”.
Pero, lean ustedes la información que reproduzco de “Libertad Digital” de hoy y que firma Carlos Cuesta. Seguro que a ustedes les llamará la atención el vocabulario y los objetivos de la “Revolución” que pone en marcha la Diputación de Córdoba, al frente de la cual está el socialista Antonio Ruiz Cruz.
“El PSOE no pierde el tiempo en materia de adoctrinamiento sexual: ya ultima su primera oleada de «Agentes LGBTi». Todo un ejército de delatores sexuales formados con dinero de las diputaciones.
La Diputación de Córdoba, en manos del socialista Antonio Ruiz Cruz, se ha lanzado ya a la formación de agentes LGBTi. Lo hace con fondos públicos y, como la propia entidad destaca en su promoción del «I Curso», «la Delegación de Igualdad de la Diputación de Córdoba da un paso más en su lucha por la igualdad y la no discriminación, poniendo en marcha este curso con la finalidad de adquirir competencias y conocimientos sobre orientación e identidad de género y sexual, conocer el marco legislativo, y las políticas públicas actuales en materia LGBTI».
El curso en cuestión «consta de 3 módulos diferentes:
Módulo 1.- Diversidad sexo-genérica y evolución sexual.
Módulo 2.- Planificación de la investigación e intervención.
Módulo 3.- Áreas de influencia, transversalidad e interseccionalidad.
Y merece la pena destacar ese punto dos, centrado en «investigación» e «intervención». Porque uno de los cometidos de los agentes LGBTI es precisamente el de denunciar las prácticas contrarias a la ley de ideología de género.
Las «personas destinatarias» quedan definidas de la siguiente manera: «El presente curso va destinado a cualquier persona que tenga inquietud en formarse en temática LGBTI». Sin más requisitos: lo importante es sumarse al ejército de «agentes LGBTI».
El curso «tiene una duración total de 40 horas, repartidas en dos semanas en horario de tarde de 16.00 h a 20.00 h, durante los días del 7 de noviembre al 18 de noviembre». Y el local empleado, obviamente, es público: «Aulas de formación de la Diputación de Córdoba. Avda. del Mediterráneo s/n (antiguos colegios provinciales)».
Todo ello va ligado al «Plan Transversal LGBTi de la Diputación de Córdoba». Y se trata de un modelo impulsado a escala nacional.
El «I Plan LGBTI de la Diputación de Córdoba tiene como fin último la garantía de una igualdad plena y efectiva para todas las personas independientemente de su identidad/orientación sexual así como la erradicación de cualquier tipo de violencia hacia las personas que pertenecen al colectivo LGBTI», señala su documentación.
Para pasar, acto seguido, a señalar que «a pesar de que los derechos de estas personas están garantizados en normativa internacional, nacional y autonómica, el colectivo sigue sufriendo una discriminación estructural en todos los ámbitos de la vida como resultado de su condición, como reconoce el Informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos sobre Leyes y prácticas discriminatorias y actos de violencia cometidos contra personas por su identidad de género y orientación sexual emitido por la ONU en el año 2011» y que por eso «la Diputación de Córdoba adquiere el compromiso de dedicar tiempo y recursos para alcanzar el fin propuesto», que pasa, según ellos, por «la visibilización de activistas LGBTI que han participado en el movimiento para establecer una genealogía del colectivo y generar referentes para la población más joven».
«Para ello es importante que la provincia promueva recursos de apoyo a las entidades sociales que trabajan en la materia y faciliten la difusión de la información, especialmente en las zonas rurales. Este eje también persigue conseguir el empoderamiento del colectivo LGBTI otorgándole un espacio de toma de decisiones en el diseño y aplicación de las políticas municipales para la diversidad sexual y de género».
Y añade que deben crearse con esos activistas y agentes «entornos no discriminatorios para las personas LGBTI que les permitan desarrollarse y lograr sus objetivos en igualdad de oportunidades en la provincia de Córdoba. Así mismo pretende visibilizar la violencia intragénero en entornos deportivos, en servicios y programas de personas mayores y entre los programas y servicios de población joven». Y todo ello pasa por las denuncias.”
Por la transcripción Julio Merino
Autor
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Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.
Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.
Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.
En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.
En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.
Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.
Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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