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Las preguntas han roto las barreras oficiales y ya no hay quien las pare:

-Abuelo ¿tú fuiste al colegio?

-Claro que si; no por mucho tiempo; a los catorce años, igual que otros muchos chavales que no nos entraban en la cabeza las materias, empecé a trabajar como aprendiz en un taller de joyería, allí me hice oficial y allí mismo me jubilé.

-¿A los catorce años…?

-Esa era la edad oficial, aunque muchos críos, sobre todo en los pueblos, lo hacían antes ayudando en las labores del campo y en el cuidado de los animales.

-Abuelo ¿tu familia era rica, tenía dinero?

-No; mi padre trabajaba en Correos y mi madre, atendía a lo que se decía «labores propias de su sexo».

-Entonces tú, trabajando a sueldo en un taller ¿cómo te compraste este piso?. Quizás el suegro…

-No. Lo pagué con mi sueldo; la abuela, que trabajó en un laboratorio, tampoco venía de una familia pudiente, ella como mi madre, lo dejó al casarnos. Nos dieron a través de los sindicatos, parece ser que de una Fundación, nos dieron 3.000 pesetas por ser los dos nacidos en Madrid. Verás cómo fue: un día paseando vimos una obra y preguntamos el precio y las condiciones de pago. El precio de esta vivienda, 3 dormitorios, salón, cocina, el servicio con ducha y un largo pasillo, eran 180.000 pesetas, y el tiempo para pagarlo, seis años. Eso sí, después de firmar 72 letras…

-¿Tendrías un buen sueldo?

-Normal; el vecino al otro lado del tabique era uno de los albañiles que habían levantado los pisos.

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-Y para el pisito de Torrevieja ¿Cómo lo hicisteis la abuela y tú?.

-Pues con una hipoteca, ya pagada, que nos concedió Caja Madrid. Yo no fui nadie especial. Fueron muchísimos trabajadores madrileños a los que se hicieron, pagados de su sueldo, los que poblaron muchísimos pueblos del Levante  de España.

-¡Seis años! ¿Qué ha pasado? Abuelo ¿Qué es lo que ha pasado en España para que ni aun pudiéndolo pagar en cincuenta años, nadie, pero mucho menos los jóvenes con los sueldos que se están pagando, podríamos comprarnos una vivienda? Y tampoco nos da para un sencillo alquiler

-¿Qué ha pasado en España? Querido Luis; la podrida política; la política como vehículo para el medro personal.

-Pero lo que tú viviste en toda su extensión fue la terrible dictadura franquista…

-No, mi querido nieto; yo viví enteros los casi cuarenta años que duró el estado surgido del Movimiento Nacional, del que Francisco Franco fue su jefe. La asfixiante dictadura es la que, no sólo yo, sino todos los españoles estamos sufriendo desde 1975, empeorada en los últimos años.

 

*********

Empieza a notarse en nuestra atmósfera, venciendo a la polución, los malos olores, las gramíneas, el olor a sobaquina añeja del rojerío y demás sustancias provocadoras de las incómodas alergias, un suave y acariciador aroma absolutamente desconocido, que nada tiene que ver con los fétidos efluvios que continuamente emite esta peculiarísima Democracia, «made for spain», que tanto nos está jodiendo a los españoles. Tanto a los masocas rojos que no tienen «cartilla de racionamiento», como a las personas decentes y sencillas.

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Son muchas las personas, cada día más, que, teniendo la sensibilidad de percibirlo, se interesan y preguntan a los ancianos cercanos, los pocos que, entre unas y otras cosas vamos quedando -hijos cuarentones a sus padres; nietos a sus abuelos, etc.,- por el origen de ese aroma y la respuesta, a la mayoría, les deja absolutamente perplejos.

No entienden qué ha pasado para que estando tan cerca, tan a mano, porque ahí estuvo siempre, haya pasado desapercibido durante tantos años.

Cosas de la podrida Política.

Autor

Eloy R. Mirayo
Mi currículum es corto e intranscendente. El académico empezó a mis 7 años y terminó a mis 11 años y 4 meses.
El político empezó en Fuerza Nueva: subjefe de los distritos de C. Lineal-San Blas; siguió en Falange Española y terminó en  las extintas Juntas Españolas, donde llegué a ser presidente de Madrid.