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Francis Bacon, filósofo y científico inglés, decía que el camino del ser humano hacia la verdad se ve obstaculizado por cuatro ídolos, los de la caverna, los de la tribu, los del foro y los del teatro. Estos últimos se refieren a las figuras que aparecen en el teatro de la vida y a cuyas opiniones se atribuye un valor especial. La realidad es que, por miedo, adulación o fe ciega se han aceptado, como presuntamente ciertas, las palabras del padrecito Stalin, de Hitler, y de tantas otras figuras en diversos ámbitos de la vida, lo que en muchas ocasiones ha llevado, y lleva, a “verdades” sin demostrar e incluso peligrosas para el ser humano.

No cabe ignorar que, en muchos casos, ha sido el ámbito religioso el responsable de esas “certezas” incuestionables y de ahí el dicho “lo que ha dicho tal persona va a Misa”. Pero no cabe tampoco olvidar que igualmente, en nombre de la ciencia, se han esgrimido “verdades” como dogmas absolutos que han amparado regímenes criminales, ¿acaso no se ha tomado, y se sigue tomando, por muchos al marxismo como la clave de las ciencias sociales? Hay que tener mucho cuidado con las “verdades” que propugnen los ídolos del teatro. La responsabilidad individual del ser humano es irrenunciable, más aún si nos consideramos hechos a imagen y semejanza de Dios. Por ello, la verdad que creamos y defendamos no puede basarse meramente en la palabra de otro y menos aún en el siglo XXI.

Stephen Hawking (1942-2018), fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico. Miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Titular de la Catedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge, la misma que había ocupado Isaac Newton tres siglos antes. Honrado con doce doctorados honoris causa, galardonado con la Orden del Imperio Británico en 1982, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989, y con muchos otros más.

Por padecer un ELA (esclerosis lateral amiotrófica) se vio relegado a necesitar una silla de ruedas desde finales de los sesenta hasta su muerte. Su coraje, ante sus terribles circunstancias, es encomiable, así como sus esfuerzos como investigador y divulgador de los conocimientos actuales de la física y la cosmología. Ahora bien, sus mensajes pueden deben ser valorados y criticados. Hay que evitar caer en el error de que su persona se transforme en otro ídolo del teatro como los que rechazaba Francis Bacon.

Su libro póstumo “Breves respuestas a las grandes preguntas” fue realizado por un grupo de amigos que compilaron sus ideas básicas. En su primer capítulo, ¿Existe Dios?, Hawking se decanta por negar su existencia por considerar que no es necesario para explicar el origen y la evolución del Universo. Sus ideas tienen un contenido, mucho más filosófico que físico y matemático, del cual me permito discrepar, siempre con el mayor respeto para Stephen que creo se sentirá satisfecho de ver este escrito desde el mundo espiritual. De hecho, el profesor Kip S. Thorne, Premio Nobel de Física y gran amigo de Hawking, en su introducción al libro dice “En mi elogio de Stephen, en la ceremonia en que sus cenizas fueron depositadas en la abadía de Westminster en 2018, resumí su lucha con estas palabras: «Newton nos dio respuestas. Hawking nos dio preguntas. Y las preguntas de Hawking continúan dando, generando, avances décadas después. Cuando al fin lleguemos a dominar las leyes de la gravedad cuántica y comprendamos completamente el nacimiento de nuestro universo, será muy probablemente a hombros de Hawking». Comparto plenamente sus palabras pues Hawking nos dio preguntas, pero no siempre respuestas demostradas o evidentes.

Por ello voy a resaltar las ideas clave de Hawking utilizando las frases literales (en cursiva) que aparecen en el primer capítulo de su citado libro póstumo y manifestaré mi discrepancia haciendo un comentario a cada una de ellas.

 

“Hoy en día, la ciencia proporciona respuestas mejores y más consistentes, pero las personas siempre se aferrarán a la religión, porque proporciona consuelo, y porque no confían ni entienden la ciencia… Si creemos en la ciencia, como yo creo, creemos que hay ciertas leyes que siempre se obedecen. Si lo deseamos, podemos decir que dichas leyes son obra de Dios, pero eso es más bien una definición de Dios que una demostración de su existencia… Creo que el descubrimiento de esas leyes ha sido el mayor logro de la humanidad, porque son esas leyes de la naturaleza, como ahora las llamamos, las que nos dirán si hace falta realmente un dios para explicar el universo… Si se acepta, como yo lo hago, que las leyes de la naturaleza son fijas, no tardamos en preguntarnos: qué papel queda para Dios…Podríamos definir a Dios como la encarnación de las leyes de la naturaleza. MIO: No considero que Dios sea una mera encarnación de las leyes de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza son una manifestación de la esencia de Dios.

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2.“Conocer la mente de Dios es conocer las leyes de la naturaleza”.

MIO: Conocer la mente de Dios sería conocer todo, parte del cual son las leyes de la naturaleza. Pero ¿es acaso el ser humano un mero animal más? Conocer la mente de Dios implicaría conocer no sólo las meras leyes de la naturaleza física, que dan armonía al Universo sino también las leyes que rigen (o deberían regir) el comportamiento humano que está hecho a imagen y semejanza de Dios y que darían armonía a la sociedad humana. Por ejemplo, ¿cuál es la diferencia entre el bien y el mal? ¿Cómo se originó? ¿Hay razones para la esperanza? ¿Estamos hechos para la felicidad? Hawking no da respuesta a estos interrogantes clave. 

 

3.“Mi predicción es que conoceremos la mente de Dios para el final de este siglo” MIO: En cuanto a predicciones podemos estar de acuerdo, pero son una mera afirmación emocional salvo que estén basadas en explicaciones racionales y en ese campo Hawking no entra, se queda en una mera predicción pendiente de que se cumpla.

 

4.“Un campo restante que la religión puede reclamar todavía para sí es el origen del universo; pero incluso ahí la ciencia está progresando, y pronto debería proporcionar una respuesta definitiva a cómo comenzó el universo”… “No deseo decir a nadie lo que debe creer, sino que me pregunto si la existencia de Dios es una pregunta válida para la ciencia”.  MIO: La ciencia puede entrar en esa desafiante pregunta. Ahora bien, el hecho de entrar no quiere decir que haya encontrado respuesta. Por ello los científicos deben ser humildes, al igual que el resto de los seres humanos, a la hora de diferenciar entre creencias y evidencias científicas

 

5.“Creo que el universo fue creado espontáneamente de la nada, según las leyes de la ciencia”. MIO: Como vemos Hawking manifiesta que cree en esta idea de una aparición espontánea desde la nada. Está en su derecho a creerlo. Se aproxima a Tomás de Aquino y a su propuesta de la “creatio ex nihilo”, (Dios creó de la nada). Yo considero más coherente creer que Dios ha creado el Universo desde Sí mismo y que su creación culminó con el ser humano, creado a su imagen y semejanza.

 

6.“Las leyes de la ciencia determinan la evolución del universo, dado su estado en un momento concreto. Esas leyes pueden, o no, haber sido decretadas por Dios, pero este no puede intervenir para transgredirlas, o no serían leyes. Eso deja a Dios la libertad de elegir el estado inicial del universo, pero incluso aquí, parece que pueda haber leyes. Si fuera así Dios no tendría ninguna libertad” MIO: Otra conclusión equivocada de Hawking. Olvida que la existencia no puede quedar separada de la esencia. En la propia esencia de Dios se hallarían también esas leyes. Si Dios pudiera incumplir sus propias leyes sería un Dios contradictorio que un día podría actuar de una forma bondadosa y al día siguiente de forma malvada. Ese no es un concepto coherente del Ser Original. Imaginemos un Universo físico en el que de vez en cuando dejara de funcionar la ley de la gravedad. Sería un caos galáctico. Igualmente, cabría decir que Dios sería caótico si no respetara permanentemente las leyes de armonía que están dentro de él.

7.“El gran misterio central del Big Bang es explicar cómo todo un universo increíblemente enorme en espacio y en energía puede materializarse de la nada…. El Big Bang produjo una gran cantidad de energía positiva, simultáneamente produjo la misma cantidad de energía negativa. De esa manera, la energía positiva y la negativa suman siempre cero. Es otra ley de la naturaleza”. MIO: Esa ley relativa a la energía positiva y negativa encaja perfectamente en la esencia de las leyes que están en Dios.

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8.“Pero ¿qué significa esto en nuestra búsqueda para descubrir si hay un Dios? Significa que, si el universo no agrega nada, entonces no necesitamos un Dios para crearlo” MIO: El Universo no agrega nada porque surge del propio Dios. Pero la cuestión es ¿cómo se inició el Big Bang?

 

9.“¿Qué podría causar la aparición espontánea de un universo?… ¿Creó Dios las leyes cuánticas que permitieron que ocurriera el Big Bang? En pocas palabras, ¿hace falta un Dios para poder hacer que el Big Bang hubiera estallado?… Mio: Sí. Para explicar por qué estalló el Big Bang. Hawking presume que el Universo se crea y se destruye por efecto del azar. Atribuye al azar un poder creador, lo cual es posible en su plano más básico, es decir en la creación de los átomos, moléculas, estrellas, planetas y galaxias por la acción de las cuatro grandes leyes la gravitacional, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte. Pero es mucho más dudoso pretender que el azar ha dado lugar al paso de la materia inerte a la vida en sus diversos reinos. Los conocimientos actuales de la Bioquímica, de la Genética y de la Paleontología no permiten considerar demostrado que la evolución haya sido un mero resultado del azar. Hawking ciegamente cree en la teoría de la evolución materialista que en mi opinión es mucho menos coherente que la evolución como resultado de un Diseño Inteligente.

 

“En el instante del Big Bang, algo maravilloso sucedió con el tiempo. El tiempo mismo comenzó…Para mí eso significa que no hay posibilidad de un creador, porque no existía tiempo en el que pudiera existir un creador” MIO: La cuestión de la eternidad es un concepto inexplicable tanto para los ateos como para los creyentes en Dios, pero necesario ya que algo, sea Dios o la energía, ha tenido que existir desde siempre. Por tanto, la eternidad no es argumento para negar la existencia de Dios. En mi opinión, la clave para llegar a esa conclusión sería demostrar que la evolución del universo y de todos sus seres ha sido efecto del azar. Pero como he dicho eso no está en absoluto demostrado.

 

 

En conclusión, hay que reconocer a Hawking sus aportaciones y su esfuerzo por hacer más comprensibles las teorías cosmológicas al ciudadano medio. No obstante, son muy discutibles las consecuencias filosóficas que infiere de sus teorías. 

Un concepto de Dios como Ser Original, que existió desde el origen y que incluyera una parte espiritual, por llamarla de algún modo, en la cual residieran la conciencia, inteligencia, voluntad, sentimiento, y otra, que pudiéramos llamar material, constituida por las leyes físico químicas y por la propia energía original, no estaría en contradicción con las teorías de Hawking. En efecto, no sería necesario que Dios crease las leyes y la energía de la nada porque estarían en Él, en su propia esencia. 

El punto débil clave en la concepción filosófica de este gran investigador, es que asume como axioma lo que exige, aun hoy, ser demostrado ya que la mera existencia, desde siempre, desde el origen, de unas leyes y unos materiales no explica, necesariamente, todo lo que vemos. En efecto, el conocimiento de las leyes de la mecánica y de las características de los materiales explica cómo se sostiene un puente, pero no permite afirmar que se haya construido sin necesidad de constructores.

Autor

Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado.