21/11/2024 11:59
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La Hispanidad cultural es realidad. En un mundo hispano invadido de negatividad en la que nosotros nos volvemos contra nosotros mismos, en un ambiente político interno dentro de España desilusionante, donde el más listo es quien menos hable castellano, solo hay una ilusión de futuro: Hispanoamérica o nada.

En lo cultural no vamos a hablar de precedentes tales como los premios Nobel de literatura española, como ejemplo de que Hispanoamérica funciona en lo cultural concebida como un todo.

Se advierte, en un mundo privado como el de las redes, una presencia cada vez mayor de canales de profesores o artistas hispanoamericanos aportando cultura. Se observan, además, editoriales en Hispanoamérica cada vez más presentes y pujantes. Es una auténtica realidad observar que la mayor parte de los libros de cultura a nivel internacional empiezan a estar traducidos o comentados por editoriales, o fuentes de YouTube, procedentes de Hispanoamérica. Obviamente esto produce una enorme satisfacción, en especial porque sumando entre todos conseguimos cosas importantes; el mayor acceso a publicaciones de autores alemanes, ingleses, franceses en nuestra propia lengua, estudios y comentarios de distintas ramas y facetas en canales, vídeos, publicaciones, en español. La riqueza que está produciendo este fenómeno es enorme. Sumando fuerzas la voz hispana se tendrá que oír más, produciendo el efecto natural de un mayor eco de todo cuanto se haga en español.

Y también produce satisfacción la posible menor dependencia cultural respecto de otros ámbitos culturales. Es cierto que todavía nos queda mucho por avanzar, ya que en el mundo editorial lo anglosajón tiene unos enormes privilegios. Nos falta poder, aunque nos sobran medios. Tener una misma lengua, queramos o no, es un factor relevante de primer nivel (me remito a mi libro, con la editorial Aranzadi, La Comunidad Hispánica y su lengua, 2022). Poder sumar, de esta forma, al menos en lo cultural, contando no solo con publicaciones de españoles sino con publicaciones culturales literarias o artísticas de más de una decena de países, es un fenómeno digno de reflexión, sin perjuicio de las aportaciones en otros ámbitos como el científico.

Quizás no seamos todavía capaces de entender lo que está viniendo en este sentido: aprovecharse, por todos, de las publicaciones de todos (Argentina, México, Chile Colombia…); no digamos también en el cine o en el teatro. En el Derecho, curiosamente, los textos jurídicos de Argentina o México, se manejan en Costa Rica o Colombia, o viceversa, como si fueran textos del propio país, y se invocan en este sentido en las demandas o tribunales, ejemplo de cómo funciona de facto una comunidad cultural, pese a las fronteras. Existe una hermandad de facto. Quizás incluso Puerto Rico se libere algún día del imperio británico, donde está actualmente inmerso.

Este fenómeno todavía no ha desplegado todos sus efectos. Estos países tienen una presencia cada vez mayor en el mundo y van a enriquecer la cultura de los españoles de manera decisiva. Hispanoamérica no es solo lugar de exportación, sino que vamos a tener que aprender e importar fuentes culturales para nuestro propio beneficio. Este dato llena de optimismo. Es muy frecuente que, si uno por ejemplo quiere acceder a una publicación de uno de los críticos de arte más relevantes en el escenario internacional, acuda a una editorial de Argentina o de México etcétera. Hay editoriales en estos países que están desarrollando una labor impresionante en el plano de la difusión cultural, ya al mismo nivel que las españolas. Incluso se desarrolla literatura acaso menos comercial y de más calidad.

No  tener que leer en inglés o en francés o alemán es un fenómeno interesante. No todos pueden permitirse estas ventajas. La Comunidad cultural hispanoamericana está por venir. El futuro de España podría ser similar al de Inglaterra respecto de Estados Unidos, cuando Hispanoamérica avance. Desde luego, personalmente sigo cada vez con mayor interés todo lo que viene de los países hispanos del otro lado del océano. En definitiva, vamos a tener la fortuna de disfrutar mayormente del placer que produce la cultura.

Autor

Santiago González-Varas Ibáñez
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