20/09/2024 09:44
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La batalla de Casado habrá terminado, pero la guerra de Feijóo, la verdadera, no ha empezado.

Confieso que en esta ocasión don Federico Jiménez Losantos, el espadachín de “Libertad Digital”, me ha jorobado, porque, sin yo esperarlo, ayer se adelantó a decir sobre la reunión de Casado con los líderes del jueves y lo que se debatió y se aprobó, fue lo que yo iba a decir, incluso lo que ya tenía escrito. Feijóo y los barones se han equivocado al permitirle un armisticio al ya vencido Casado y mantenerle “vivo” hasta el martes es un error. A un vencido no se le puede dar respiro, ni agua (eso quiso Napoleón cuando sus Mariscales le pedían la abdicación y el pueblo le pedía resistir. “48 horas, dejadme solo 48 horas” les decía suplicante el gran Napoleón cuando ya se sabía vencido, aunque convencido de que en 48 horas él podía darle la vuelta a la tortilla). Pues mientras que el vencido llore y se lamente, y más cuando se rinde diciendo “Yo habré hecho cosas mal, pero no he hecho nada malo”. Casado tenía que haber salido de esa reunión recogiendo sus papeles y entregando las llaves de su despacho.

“O sea, viene a decirle Jiménez Losantos a Alberto Núñez Feijóo que lo que mal empieza mal acaba” (1. ver artículo completo Jiménez Losantos al final)

Sin embargo, el verdadero problema que la nueva Directiva tendrá que afrontar está ahí todavía, el que han llevado la cabeza cobarde al PP al desastre y al abismo. Es el que la díscola e inteligente Cayetana Álvarez de Toledo viene señalando desde hace tiempo y la ha materializado en su libro “Políticamente indeseable”: LA BATALLA DE LAS IDEAS” (porque si la Izquierda sigue controlando y designando lo que es democrático, democráticamente correcto, lo que está demostrado, la Derecha estará perdida aunque sea, también con Feijóo)

Y esa batalla es a la que tiene que enfrentarse el nuevo PP si no quiere romper con la VOX de Abascal. El verdadero desafío al que va a tener que enfrentarse don Alberto Núñez Feijóo antes, en o después del Congreso Extraordinario ya anunciado para abril.

Porque según CÓMO ese nuevo PP esté dispuesto a negociar con VOX podría evitarse una guerra que seguiría siendo fatal para el Centroderecha.

Y los temas que pueden llevar a esa guerra son:

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La unidad de España, sin respiro alguno para los independentistas
Las Leyes de la Defensa de Género comunista
Las Leyes de la Memoria Histórica
Las Leyes de las Lenguas
Los “Chiringuitos” de las LGTBI+
Las Leyes de las Trasparencias Autonómicas y el Control de las Administraciones.

¿Cómo afrontará el Presidente Feijóó estos temas? Ya que en ello va la paz o la guerra con VOX. Y sin acuerdo entre VOX y el PP no habrá nada que hacer contra la Izquierda.

¿Aceptaría el señor Feijóo un Gobierno de Coalición aún en la discrepancia?

Pues eso, ese es el gran desafío que le espera al señor Feijóo.

(Y eso ya lo podemos ver algo muy pronto en Castilla-León, teniendo en cuenta que Feijóo, como ha dicho esta misma mañana el exMinistro Margallo, es un autonomista, centrista, reformista y europeísta  claro y seguro)

Julio MERINO

CASADO, MAL ENTERRADO

«Antes de empezar la guerra contra Sánchez, Feijóo ha perdido su primera batalla, contra Casado, Teodoro y los enemigos de Ayuso, dentro y fuera del PP. Porque no conseguir la dimisión la dimisión del líder que ha provocado la peor crisis en la historia del partido es una prueba de debilidad, alfombrada por el sentimentalismo mediático. Y lo que es peor, en alguien tan alabado por su talento, el fruto de un análisis radicalmente equivocado de la crisis.

      Recordemos cómo empezó. El miércoles por la noche, EL MUNDO publicó que el PP había intentado contratar a la agencia de detectives Mira para espiar a la familia y el entorno de Isabel Díaz Ayuso-el ex-marido, el ex-novio, la madre, el hermano para acusarla de corrupción y echarla del partido y de la política, operación urdida con Moncloa y respaldada por los medios de izquierdas. El jueves, ante las pruebas de que Casado intentaba su asesinato civil y político. Ayuso lo denunció públicamente. Teodoro la acusó entonces de corrupción y anunció que le abrían expediente por sus «acusaciones casi delictivas» a Casado. Y aunque EL MUNDO, otros medios y los detectives confirmaron el espionaje, Casado asumió el viernes que usaba documentos ilegales y que los Ayuso se forraban mientras morían Casado habría huido si Feijóo hubiera dicho que Ayuso es víctima de una mafia interna, compinchada con Pedro Sánchez 700 diarios por el Covip.

    Sin embargo, el sábado Teodoro dijo que las pruebas que presentó  Ayuso a la prensa eran convincentes y que cerraban el expediente. Querían desconvocar la manifestación del domingo en favor de Ayuso y contra ellos. Y fracasaron.

    El error de Feijóo parte de no ver en esa manifestación una crisis de legitimidad del PP no sólo de Casado. Y no anunciar que venía a limpiar de canallas el partido, su expulsión y denuncia ante los tribunales y escenificar que él estaba con Ayuso, no con los difamadores. Nunca debió aceptar, aunque lo criticara, que Madrid fuera representada por García Escudero.

Aunque no sea su estilo, debió pasearse con Ayuso por la calle, haciendo suya una legitimidad que no le dará ningún congreso extraordinario.

    Casado habría huido si Feijóo hubiera dicho que Ayuso es víctima de una mafia interna, compinchada con Sánchez. No lo hizo y aceptó de hecho el linchamiento delictivo de Ayuso por Casado. Le dejaron gimotear que se iba y se ha quedado. Pero Casado, que es Sánchez, no está muerto, sino mal enterrado. Y el enterrador, chasqueado, aún no entiende qué ha hecho mal.      

 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.