Un panorama de lo más sombrío y desolador. Por Eugenio Fernández Barallobre

Todavía recuerdo aquella tarde, no puedo precisar el año, tal vez 2012 o 2013, en la que alguien, muy llena de razón, me dijo, en referencia a la naciente malvada “podemia”, “estos si son inteligentes y preparados y no el Marianito”.

Y es que, efectivamente, ocultos tras la falsa piel de cordero de jóvenes y universitarios, como si tales cosas constituyesen aval alguno, se escondía toda una ideología perversa y miserable, mezcla de comunismo de salón, populismo y perroflautismo. Sin embargo, ese trasfondo no supo apreciarlo una buena parte del pueblo español, harto de políticos corruptos y de partidos cuyo único interés es el propio, quedando deslumbrados con todas aquellas frases huecas de que “seguiremos viviendo en nuestros barrios”, “no toleraremos la mínima muestra de corrupción”, “no admitiremos prebendas ni privilegios” y todo aquel bla, bla, bla, que venía después y que, por descontado, no pasó de una burda declaración de intenciones, que sabían no iban a cumplir, para engañar a incautos que, finalmente, picaron como tontos.

No sucedió lo mismo con los que los conocíamos y sabíamos cuál era su sustrato ideológico, de dónde venían y a dónde querían llevarnos. Pese a todo, de nada sirvieron las advertencias y, de repente, aquella marea de negro y sucio chapapote inundó media España, ocupando puestos en las Cámaras y haciéndose dueños de Ayuntamientos y otras Instituciones.

Luego, con el paso de los años, fuimos sabiendo de su manifiesta incompetencia, de su falta de preparación, de su desidia y, sobre todo, de su maldad perversa y miserable y, de esta suerte, tras una nueva cita electoral, comenzaron a ser borrados de la mayoría de los órganos de representación, aunque eso sí, tras haber llenado bien, como sucede siempre, sus bolsillos con el dinero de todos.

¿A qué podía aspirar toda esta colección de mediocres e indocumentados/as, más allá de vivir a cuenta de los demás, engañando a unos y a otros y tratando de convertir a España en el hazmerreir del mundo entero?

Todos estos miserables, en connivencia con los socialistas -otros que tal bailan-, han convertido o están convirtiendo a España en un auténtico erial donde una buena parte de los derechos y libertades se conculcan diariamente.

Vivimos en un país gobernado por una banda, una banda de auténticos indocumentados, especialmente esa malsana “podemía” -aquellos tan inteligentes y preparados-, la anti-España en estado puro.

La corrupción es galopante, motivo por el cual, para salvar el tipo in extremis, se cambian los tipos penales y así, los socialistas -el partido más corrupto de la Historia de España- con sus eres y los catalonios y podemitas con sus malversaciones, su porcentaje de mordida, etc., se pueden ir de rositas; el dinero público -aquel que aquella lumbrera aseguraba que no era de nadie- se derrocha en estupideces, la mayoría nacidas del escaso nivel intelectual de la otrora “favorita del harén del macho alfa” y de toda esa pléyade de indocumentados/as que le bailan el agua y le hacen la ola.

Se miente en todo de forma sistemática. Se oculta la situación económica real y se maquilla todo aquello que interesa para ofrecer una imagen irreal del estado actual de España. Este gobierno lleva mintiendo desde el minuto uno -no se pactará con podemos, jamás nos aliaremos con los independentistas, nunca nos sentaremos con los filoetarras-, ¿es qué nadie lo recuerda ya?

Se encausa -65 Policías Nacionales están procesados por los sucesos del 1-O- a los que, cumpliendo su sagrado deber, defienden la Unidad de España contra los que pretenden romperla y, sin embargo, los que han tratado de subvertir el orden constitucional, esos se van de rositas.

¿Qué se oculta tras ese afán de bajarse los pantalones ante el gran moro marroquí?, ¿qué sabe su servicio de inteligencia que los españolitos desconocemos? Tal vez, el día que se sepa, más de uno tendrá que sentarse en el banquillo acusado de alta traición y algún partido desaparezca para siempre. ¿Dónde está la pijoprogresía podemita a la hora de exigir justicia para el pobre del sacristán asesinado vilmente por un moro canalla?

Aquí, las mujeres tienen más derechos que los hombres, cuando los derechos son de carácter universal. Sin embargo, depende de que mujeres ya que las que son violadas salvajemente por el moro ilegal, esas no son sujetas a derecho alguno y todo el mundo -prensa comprada incluida y sobre todo esas podemitas, las del “si es si”, “adalides” de la defensa de la mujer- calla, como si nada hubiera pasado; en igual medida, determinadas opciones sexuales gozan de más privilegios que otras, como si se tratase de un mérito, a la hora de acceder a un puesto de trabajo; los animales están más protegidos que las personas; los ilegales y los okupas campan por sus fueros en menoscabo de los nacionales que pagamos, religiosamente, los impuestos y de la gente de bien en general.

Que a nadie se le ocurra matar a un animal por dañino que sea, pues puede acabar con sus huesos en prisión o con un agujero en su bolsillo tras satisfacer la multa correspondiente; sin embargo, matar a un niño en el vientre materno es un derecho que no puede ser siquiera debatido hasta el punto de que este gobierno advierte de una posible intervención en Castilla y León -no lo hace con los catalonios que amenazan con independizarse, se venden al “oro de Moscú”, prohíben el uso del español, etc.- por llevarles la contraria en este asunto.

En el colmo de la estultez, ese payaso -otro de los jóvenes muy preparados- que pretende que todos comamos carne sintética cuándo él se zampa buenos chuletones, se ha atrevido a decir que su hijo, recién nacido, nació porque quiso; en consecuencia, los que matan los abortos, esos, simplemente, no nacieron porque quisieron morir ¿no? A ver si responde ese imbécil comunistoide de salón.

¿Quién sale beneficiado de los pingües beneficios de las clínicas abortistas?, ¿por qué ese interés perverso y malsano de que ni tan siquiera se pueda ofrecer, sin coacción, a las embarazadas información sobre los peligros que conlleva el aborto o se les invite a escuchar el latido del corazón de su hijo? Habría que preguntase quién sale beneficiado indirectamente de todo esto. Tal vez, así nos podríamos explicar el derroche en compras de chalets con piscina, los alquileres de locales en los centros de las ciudades para uso de determinados partidos políticos, el incremento patrimonial de algunos de los miembros de esos partidos que no tenían donde caerse muertos, etc.

La mayoría de las leyes aprobadas, entre muestras de alborozo de las bancadas de lametraserillos de la izquierda, están tratando de acabar con España. Se persigue su historia para borrarla. Aquí, de 1812, fecha en la que parece que empezó todo, se pasa sin solución de continuidad a abril de 1931 y de 1939 saltamos a 1983. El resto de nuestra gloriosa Historia ni la hemos escrito generaciones de españoles ni merece ser estudiada por los que vienen detrás de nosotros.

Desde las propias instancias del poder se fomenta la leyenda negra, aquella que, para desprestigiarnos cuando éramos la cabeza del mundo, escribieron nuestros enemigos ocultando, eso sí, sus propias vergüenzas y desmanes.

Se deforma a nuestras juventudes hablándoles de lo criminal de nuestra conquista de América y se tolera que, siguiendo la doctrina yanki, se ofrezca una imagen distorsionada de aquel glorioso episodio. ¿De verdad alguien puede creer que Hernán Cortes y un puñado de hombres fueron capaces en solitario de acabar con un imperio? De ser así, el problema radica en lo poco aguerridos que debían ser los aztecas ya que de otra forma no se explica tal hazaña, salvo que fuese, como fue, en connivencia con otros pueblos que estaban hartos de la tiranía y de la opresión de aquella clase gobernante.

Ahí vimos el otro día -2 de enero-, a ese grupito de botarates descerebrados podemitas, sin peso específico alguno, clamar contra la conquista de Granada por los Reyes Católicos, aduciendo que se trató de un genocidio. Qué forma tan burda de mentir, de engañar, tratando de desprestigiar nuestra historia como Nación desde sus propios orígenes. Al final, va a resultar que el moro nos invadió en 711 de forma pacífica y no “manu militari”, algo que deberíamos encima de agradecerles.

¿Qué se puede esperar de un país en el que su idioma está proscrito? Ahí está el ejemplo de esa tipeja burda y miserable que desgobierna Barcelona, convirtiéndola en la ciudad con mayor índice de delincuencia y el emporio de los okupas, que pretende multar a quien no atienda en catalán en los establecimientos comerciales. ¿Dónde están los derechos, dónde la libertad?

Algunos que somos más inteligentes que otros, al menos más observadores, sabíamos de sobra quien era esta gentuza de la “podemía”, “los inteligentes y preparados” que me dijo aquella, cuáles eran sus ideas y de dónde venían. Lo advertimos, sin embargo, ni siquiera nos prestaron atención.

Vivimos en un país donde los que lo gobiernan -la “podemía” está en ese gobierno- persiguen con afán su destrucción, ese es su único y primordial objetivo. Amparados en esa perversa Agenda 2030, la de Davos, la del gobierno mundial, la de la moneda única, la de la sistemática limitación de libertades y derechos, la de la falacia del cambio climático, la de las pseudo-vacunas, buscan socavar todos nuestros cimientos como Nación, dándole pábulo y, en ocasiones, la última palabra a los que tratan de sustraernos una parte del territorio nacional o a los herederos de los asesinos etarras.

Buscan terminar con nuestra economía convirtiéndonos en subsidiarios de otros países. En breve, aquí no se cultivará nada de nada y los grandes cultivos y nuestra rica huerta serán sustituidos por molinillos eólicos y placas solares. La ganadería se extinguirá ya que tiene más derechos el lobo que el ganadero. La industria ya se la cargaron los socialistas tiempo atrás, al igual que la mayor parte de la riqueza del sector primario. Las explotaciones mineras se cierran. Se niega a determinadas regiones el derecho al agua que, al parecer, es un bien propiedad exclusiva de aquellas tierras regadas por los ríos, etc.

Pretenden modificar nuestras conductas alimentarias. Que nadie olvide que, desde ya, se puede usar el resultante del molido de grillos como sustitutivo de la harina de toda la vida para la fabricación de galletas y otros productos.

Cada vez hay más imbéciles que se dejan engañar por el abuso de las nuevas tecnologías. Tal vez, todos esos/esas que, en un pretendido gesto de modernidad, efectúan los pagos con su móvil o con su reloj, desconozcan el nivel de control de movimientos al que están siendo sometidos y ya no digamos todos esos/esas que permiten que les implanten un chip en su organismo para, según creen, hacerles más fácil la vida.

Se acabará con los conceptos de familia y de religión. Nuestras costumbres y tradiciones, nuestra tradicional forma de ser tan solo será un recuerdo de épocas mejores ya que, en ese supuesto mundo feliz donde ninguno tendremos nada -esa es otra falacia ya que la oligarquía internacional, la masonería y los globalitarios lo poseerán todo- todos seremos iguales, percibiremos una paguita para callarnos la boca y estaremos gobernados por un poder supremo, no elegido por nadie, que regirá nuestros destinos.

Y todo aquel que se oponga, de palabra o hecho, a estos oscuros designios de esa oligarquía mundial será señalado con el dedo acusador y tildado de facha como no podía ser de otra manera ya que es el único argumento, muy manido, que puede esgrimir esta izquierda y ultraizquierda para desprestigiar a sus contrarios.

Un panorama de lo más sombrío y desolador.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre

José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:

"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).

Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".

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