21/11/2024 19:22
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Después de la reunión del Consejo Interterritorial de Salud por la injustificada alarma creada en torno a la llamada viruela del mono, celebrado el día 24 de mayo, el Ministerio de Sanidad anuncia que comprará inútiles medicamentos antivirales y peligrosas vacunas, para la vacunación “en anillo”, es decir para ser ofrecidas a los contactos de personas diagnosticadas, como ya se está haciendo en el Reino Unido.

Voy a intentar desmenuzar estas contundentes afirmaciones que, al lector inadvertido le sonarán tal vez, como excesivas.

1º) Alarma injustificada:

Si leemos las noticias en la prensa mayoritaria no nos aclaramos: ¿20 casos confirmados? ¿otros 40 en estudio? ¿59 casos PCR positiva? Desgraciadamente tenemos demasiado próxima la forma en que se armó una pandemia artificial en base a test PCR y asintomáticos. ¿Se puede repetir la historia? No debería, porque la viruela produce unas lesiones características en la piel que ofrecen poca duda y el DIAGNÓSTICO CLÍNICO es, o debería ser, el fundamental en cualquier enfermedad. De lo contario, cualquier lesión cutánea con PCR positiva puede pasar a engrosar las listas del miedo.

Un poco de historia sobre la viruela del mono:

La viruela humana es una enfermedad epidémica de curso generalmente grave, se decretó oficialmente erradicada en 1980 y ya desde los años 70 se dejó de vacunar en muchos países. En el año 1958 se detecta por primera vez la viruela del simio, en unos monos procedentes de África, en un zoológico de Copenhague (Dinamarca), es decir como una enfermedad artificial, por producirse en condiciones de cautividad y en condiciones climáticas inadecuadas para estos animales.

El primer caso humano se notifica en 1970, en un niño africano que había comido carne de mono y a partir de aquí se informa de dos posibles focos o reservorios en África Central (Congo) y Occidental (Nigeria). Desde entonces se han notificado casos restringidos, no constitutivos de epidemia, ya que la cadena de trasmisión mayor que se conoce afecta sólo a seis personas y, además, es un cuadro clínico que no reviste la gravedad de la viruela humana por lo que la muerte es inusual. Finalmente se detecta que el reservorio no son los primates sino los roedores, por lo que el nombre de “viruela del mono” no es demasiado adecuado.

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Desde que se conoce que un cuadro relacionado con ortopoxvirus (virus de ADN asociados a la viruela) puede infectar a primates, se inicia una cadena de investigación con la supuesta intención de poder evitar una epidemia humana, que culmina a principios de los dos mil en USA con experimentos de ganancia de función, curiosamente los mismos que dieron origen a los coronavirus de tipo SARS. Entre ellos destacan los realizados por el Dr R. Mark Buller en la  Universidad americana de S. Louis y financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, sí ese mismo que dirige Anthony Fauci). Estos estudios se enfocaron principalmente en la viruela del ratón, que es el verdadero reservorio y consiguieron,  mediante manipulación genética, crear un virus letal para el pobre ratón, pero que no afectaba a los humanos. Colaborando en estos experimentos de ganancia de función del Mousepox encontramos  también a personajes conocidos como Ralph Baric y James Leduc relacionados con el infame Instituto de Wuhan.

Por supuesto, en estas investigaciones participó también el Instituto de biodefensa del Ejército en Ford Detrick, Maryland, creando un virus letal de viruela bovina que sí puede infectar a humanos, aunque la enfermedad resultante sea más leve y sean estos virus de viruela bovina los  que se utilizan en la fabricación de vacunas contra la viruela.

Todos estos estudios de ganancia de función, cuya intención oculta era fabricar armas biológicas, suscitaron una fuerte controversia en USA y fueron prohibidos durante la administración Obama, aunque continuaron siendo financiados por el NIAID  por ejemplo en Wuhan, y ahora sabemos que hay numerosos de estos biolaboratorios en distintos países, como los recientemente descubiertos en Ucrania.

El principal experto en virus de viruela (ortopoxvirus) el Dr. Mark Buller, escribió varios artículos científicos al respecto y su conclusión fue que la vacuna antivariólica no debía usarse como prevención en los países africanos, debido a la frecuente inmunodeficiencia que existía en estas poblaciones. Trágicamente falleció después de hacer estas afirmaciones, fue atropellado mientras circulaba en su bicicleta en la que solía desplazarse a la Universidad.

2º) Vacuna peligrosa

A pesar de que los casos detectados en Europa son escasos y no revisten gravedad, UK ya está ofreciendo la vacuna tras declarar ¿transmisión comunitaria? y España anunció que compraría  dicha vacuna a la empresa danesa Bavarian Nordic, una filial de GSK que registró un producto llamado Jynneos en Estados Unidos y Imvanex en Europa en 2019.

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La vacuna IMVANEX es una vacuna clásica de virus vivos  producida a partir de la cepa modificada Vaccinia Ankara, cultivada en embrión de pollo. Estos virus vivos son capaces de replicarse, por mucho que en los prospectos digan lo contrario, por eso son “virus vivos”, aunque atenuados por pases de cultivo y en personas inmunodeprimidas pueden ser muy peligrosos. Pero ¿la población occidental es una población inmunodeprimida? Desgraciadamente la población hipervacunada con la inoculación génica para covid sí, esa es una consecuencia comprobada de estas mal llamadas vacunas: la inmunodepresión y si además, sus niveles sanguíneos de vitamina D son bajos, tenemos el cóctel perfecto para que una emergencia esporádica e insignificante de casos de viruela del mono se convierta en una verdadera epidemia tras la vacunación.

Para colmo esta vacuna no ofrece tampoco una protección completa, no se han realizado con ella estudios de carcinogenicidad, genotoxicidad y afectación de la fertilidad y es bien conocida su relación con casos de miocarditis.

 

REFERENCIAS:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28169076/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12617510/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15120802/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19181475/

https://www.nytimes.com/2003/11/01/us/bioterror-researchers-build-a-more-lethal-mousepox.html

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17661673

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23626656/

Judicial Watch sobre James Leduc / Wuhan: https://www.judicialwatch.org/wuhan-lab-fauci-grants/

Informe del Centro Nacional de Capacitación en Biocontención de Leduc: https://apps.dtic.mil/sti/pdfs/AD1022067.pdf

Autor

Doctora Albarracín
Doctora Albarracín
Estudió Medicina en la Universidad de Murcia, España. Es catedrática de Procesos Diagnósticos Clínicos, así como profesora de Bioquímica, Inmunología y Técnicas Instrumentales de Laboratorio. Tiene posgrados en medicina alternativa como homeopatía. Considera que todos los médicos deben unirse para combatir las supuestas falsedades de la pandemia y forma parte del grupo Médicos por la Verdad.