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Ante la aberración inequívoca del pensamiento corrupto de Irene Montero, urge la protección de los niños españoles, con un plan de acción decidido para erradicar las prácticas pedófilas que se están sucediendo en los colegios de poblaciones dirigidas por la izquierda radical de corte podemita e independentista. Aunque los medios de comunicación prostituidos o periodistas beneficiados por las prebendas sanchistas han salido en defensa de la miserable, las declaraciones acerca del consentimiento de un niño para mantener relaciones con un adulto han sido asertivas, indubitables y, por la actitud mantenida de soberbia en la manifestación, constitutivas de delito por apología de la pederastia, con encaje penal agravado por la posición de responsabilidad como ministro del Gobieno, es un decir, de España.
No han faltado inescrupulosos comparsas de esta ultraizquierda canalla que han pretendido matizar la verborrea de Irene Montero, aduciendo que el consentimiento de la exposición se refería a un menor de dieciséis años, cumpliendo el requisito legal. Hay que tener mente sucia para añadir matizaciones que no realizó la sospechosa. No cabía matiz en lo expresado, ninguno, pues la interpretación de las intenciones en la expresión alude con certeza a los niños como responsables de su propia sexualidad consentida con adultos. No excusa mediación de los majaderos de turno que se aprestan a tapar cuanto trapo sucio emerge del albañal sanchista y de sus cómplices bolivarianos e independentistas. En este caso, Irene Montero debería ser juzgada después de dimitir o ser cesada si no apoyan la tesis los socios de correrías delictivas, más disimuladas. Si niegan la exacta interpretación de lo que se escuchó por la bocaza de la cajera, es fácil imaginar el grado de hipocresía satánica a la hora de interpretar la memoria histórica.
La exigencia de la dimisión debe ser taxativa, perseverante y concluyente. Después de esas declaraciones, se comprende que el núcleo de corrupción contra los menores se ubica en el sectario y sucio Ministerio de Igual-da, creado ad hoc para vulnerar derechos fundamentales y maniobrar en contra de los valores tradicionales de la familia por los que se rigen millones de ciudadanos que han constatado el peligro subyacente contra sus hijos, en tanto la trastornada siga al frente de un ministerio inútil y regado con recursos que podrían paliar problemáticas derivadas de la crisis económica provocada por el desgobierno Frankenstein.
Asimismo, deberían ponerse en marcha los mecanismos de la ley para proteger de influencias pederastas a los hijos de tan singulares progenitores que pueden estar provocando daños psicológicos irreversibles, sobre todo si son heredados de la madre y que podrían desembocar en perjuicios contra la sociedad como los demostrados por el padre. Entiéndase la ironía.
Por otro lado, cabe la posibilidad de que los que cierran filas, política y mediáticamente, apoyando la barbaridad de la ministro, culpando de campaña mediática y juego sucio a la inexistente «ultraderecha», no sean tan «hijoputas» de corromper la vida de los niños; o sí. Cabe la posibilidad de que en su vehemencia, el apasionamiento por la verborrea envanecida , la marquesa no supiera explicarse. Siendo así que nada la exculpe de ser juzgada, aunque sea por gilipollas.
¿Dimisión de Irene Montero? Mejor pensar para algunos que podría tratarse de un malentendido, pese a que todo indica encontrarnos ante un paso más de iniquidad que caracteriza, literalmente, a tanto hijo de Satanás que no oculta las más desalmadas y delictivas intenciones incluso contra la infancia. Con Sánchez todo es así de repugnante y rastrero. Suman y siguen.
Por lo pronto, VOX ha presentado una querella en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, al igual que la asociación Liberum, por un delito de incitación de corrupción a menores. Puede que la cajera se haya encontrado con la horma de su zapato por la defensa de la pedofilia en el seno de un desgobierno criminal cada vez más retratado.
Autor
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Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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