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Resumo lo que su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, el héroe de la noche del 23 de febrero de 1981, que jugándose la vida, paró el “Golpe criminal de Tejero” y salvó la Democracia… El Rey de todos los españoles que enterró la dictadura del asesino Caudillo Franco y trajo las libertades todas y la Democracia, tras una Transición modélica que asombró al mundo, LE DIJO A SU SECRETARIO (el monárquico, no el asturiano español Don Sabino) EL GENERAL ARMADA COMÍN en distintas fechas para cambiar el rumbo de aquella Democracia que de la mano del analfabeto Don Adolfo Suárez caía ya al abismo marxista. Fueron estas:

Navidades de 1979

El origen de todo estuvo en unas amplias conversaciones que mantuve con el Rey y la Reina en Baqueira las Navidades de 1979. Durante la comida el tema de conversación fue el terrorismo, las muertes de los militares y de la Guardia Civil y la Policía. Te aseguro que hubo momentos que se excitaba y hasta daba puñetazos en la mesa, mientras exclamaba.

 — ¡HAY QUE ACABAR CON ESTO COMO SEA!…  No me extraña que los militares estén hartos.

Sí, pero eso es cosa del Gobierno…

— ¿Del Gobierno? Pero, si Suárez está «cagao»,  ese ya no hace nada.

 

Después de la comida en un paseo

—  ALFONSO, ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ Y SUÁREZ YA NO ME SIRVE… QUIERO QUE ESTUDIES CÓMO NOS  PODEMOS CARGAR AL DE CEBREROS, DE ACUERDO CON LA CONSTITUCIÓN, CLARO, Y QUE SONDEES A LOS GENERALES MÁS AMIGOS PARA VER CÓMO RESPIRAN. 

 

Señor, tendré que hablar con alguien que conozca bien el tejemaneje constitucional…

Hombre, sí, pero, cuidado Alfonso, que ya sabes que los de la Izquierda están ansiosos de Poder… y esos a lo mejor prefieren que siga, ya sabes, cuanto peor, mejor para ellos. ¡Ah, y no le digas nada a Sabino, yo hablaré con él!…

 

En Mallorca durante la Semana Santa

y con la presencia del Conde de Barcelona

Señor, pero eso quiere decir que habrá que conectar con algún Partido. -dije dirigiéndome a Don Juan.

— Sí, —respondió de inmediato el Sr. Conde— pero, yo empezaría por los socialistas, la Izquierda tiene que estar en el Gobierno…

— Sí,  —intervino S.M—, y a mí me cae muy bien Felipe.

— Bien, Majestad, eso quiere decir que puedo hablar en nombre del Rey.

— No, Armada, eso ni hablar —dijo Don Juan— usted puede dar a entender lo que quiera, pero nunca  poniendo al Rey de por medio… tantee, ofrezca, mueva vanidades, pero siempre  a título personal y como cosa suya.

— Pues, ya lo sabes, Alfonso. Al tajo.

— Siempre al Servicio de la Corona, Señor.

 

Baqueira Beret 5 de enero de 1981

—Pero, Alfonso, ¿estás seguro que Felipe ha visto bien y ha aceptado lo de la Moción de Censura? – me insistió.

— Señor, yo no he hablado personalmente con Felipe, pero Múgica me lo ha asegurado…. Y como acabo de contarle parece que es él quien se está encargando de mover los hilos.

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— Por favor, Alfonso, asegúrate bien de todo. Es muy serio lo que estamos planificando… ¿No habrás dicho que yo estoy informado?

 — Majestad, en absoluto, Y cuando me lo preguntó Múgica se lo negué de inmediato.

 Está bien, es fundamental que la Moción sea cosa de los socialistas, como lo fue la otra.

 — ¿Y del Presidente, qué me dice, Majestad?

 — Pues, yo digo lo que tú, me parece que tú no debes serlo, parecería que te he puesto yo y eso no sería bueno. Cualquier otro que  elijan los socialistas será bueno para mí…. Alfonso, tenemos que conseguir que esta sea una operación del PSOE, y si quieren un militar que sean ellos los que lo propongan.

Día 3 de febrero de 1981

Y efectivamente el día 3, ya de febrero del 81, me llamó desde Barajas ( se iba, como me dijo, a Grecia, al entierro de la Reina Federica, la suegra) para darme la noticia: “Alfonso, el Gobierno te nombra Segundo Jefe del Estado Mayor. Me voy a Grecia, en cuanto llegues a Madrid te quiero ver en la Zarzuela”.

— Pues, Señor, ya sabe, siempre a su servicio.

Y así, en esa situación, me presenté en la Zarzuela el día 13 a las 10:00 de la mañana, pues aunque estaba citado para las 10:30 quise saludarte antes a ti, como recordarás, y a Nicolás.

 

Día 13 de febrero Palacio de la Zarzuela

En primer lugar, y después de hablar de Suárez, te puedes imaginar lo contento que estaba… hasta que de pronto me dijo:

Bien Alfonso, de una manera o de otra Suárez ya está fuera, pero… y aquí te juro que hizo una larga pausa- ahora te voy a decir, de verdad, lo que a mí me gustaría.

— Señor, decidme.

  Alfonso, tienes que estudiarme cómo podríamos hacer Presidente a Felipe, ya sabes lo que siempre dijo mi abuelo y dice mi padre, que la Monarquía no estará consolidada hasta que no haya un Gobierno de Izquierdas y no pase nada.

—  Señor, yo estoy seguro que el PSOE barrerá en las próximas elecciones…

 —  Largo me lo fiáis, Alfonso, no habrá elecciones hasta 1983 y eso es demasiado tiempo…A mí me gustaría que fuese antes, ya.

 — Majestad, puedo sondear a Múgica, ya me he hecho buen amigo suyo. Es más, después de todo lo que hemos hablado creemos que podría haber otro tipo de Moción.

¿Y eso? ¿cuál? ¿cómo?

— Casi como se hizo en Francia con De Gaulle en 1958.

— A ver, explícate.               

— Señor, aquí le traigo  el «Plan de Operaciones» que le hemos preparado:

(y le entregué el texto ya conocido con los 9 puntos acordados)

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— A ver, a ver, explícame esto, ¿qué es esto?

— Señor, es un plan que hemos ideado Múgica y yo para poder hacer Presidente a Felipe González… como ha fallado la Moción de Censura hemos pensado que por esta vía también conseguimos lo que  S.M. quería.

— Alfonso ¿estás loco?

— No, Majestad, si todo se hace y sale como lo hemos planificado puede salir adelante.

— Pero ¿eso es constitucional?

— Sí, porque, en realidad, son los Diputados los que eligen al Presidente…

Bueno, Sabino, que después de casi dos horas repasando el “Plan de Operaciones” el Rey me dijo:

Mira, Alfonso, yo no lo veo, pero si tú y Múgica  y si es Múgica el que está contigo, quiero pensar que detrás está Felipe, yo no voy a oponerme. Por supuesto, tampoco lo apruebo oficialmente. Así que si vosotros lo lleváis adelante vosotros seréis los responsables. El Rey no puede ni aparecer… Que sale bien, al Gobierno, que sale mal a la cárcel. Bien lo sabes  tú como militar: o  Poder o Paredón.

Señor, yo estoy convencido de que todo puede salir bien.

Ojo, Alfonso, y una condición sine qua non te pongo: si hay violencia o tiros, heridos o muertos, me pondré totalmente en contra. Por encima de todo la Monarquía y España. Pero, bueno, Suerte y al Toro

 

Señores, no hay más que hablar. Estas fueron las palabras que se cruzaron entre el Rey Juan Carlos y el general Armada antes del “23-F”… “La verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero” (Antonio Machado).

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.