20/09/2024 14:22
Getting your Trinity Audio player ready...

Durante la Guerra Civil española Madrid fue primera línea de frente. Desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1937, fecha en que el frente se estabilizó, sus habitantes fueron testigos y protagonistas de una de las más importante batallas de un conflicto que empezó con la sublevación de la mayoría del ejército en contra del Gobierno republicano el 18 de julio de 1936, apoyado por diversas fuerzas políticas, y que no tardarían en autodenominarse nacionales. La sublevación militar fracasó en Cataluña, Valencia y Madrid y el cuartel de la Montaña, donde se atrincheraron las tropas rebeldes, fue asaltado y tomado por las milicias de los partidos de izquierda y de los anarquistas. En cambio, la rebelión triunfó en el noreste de España, Navarra, parte de Andalucía y norte de Marruecos, entonces colonia española. Desde esas zonas el ejército sublevado se dirigió hacia la capital de España en un rápido avance en dos direcciones, por el norte bajo el mando del general Emilio Mola y por el suroeste por las tropas del general de Brigada José Enrique Varela. 

 

Muchos sublevados del Cuartel de la Montaña murieron en los enfrentamientos y, posteriormente, tras la toma del cuartel por las milicias republicanas y grupos anarquistas. Madrid, 20-7-1936

 

 

En la capital española, la acción de ciertas milicias armadas de los partidos y sindicatos obreros desencadenaron una oleada de asesinatos en el verano de 1936 contra sospechosos de formar parte de la “Quinta columna” o simpatizar con la sublevación. Estos grupos actuaban extrajudicialmente y se incautaban de los bienes de los detenidos tras asesinarlos, como esta Milicia Popular de Investigación, llamada la “escuadrilla del amanecer” que aparece en la foto dirigida por Agapito García Atadell, (con gafas), y acompañado de algunos de los milicianos que trabajaban a sus órdenes. Cuando los nacionales se acercaron a Madrid, en noviembre de 1936, Atadell huyó hacia Francia y luego, en un barco, intentó llegar desde Marsella hasta América con un cuantioso botín. Sin embargo, el barco hizo escala en un puerto de las islas Canarias y García Atadell fue detenido y, posteriormente, ejecutado por los sublevados.
Madrid, 18-8-1936

 

A partir de noviembre de 1936, los republicanos consiguieron imponer su autoridad sobre los grupos autónomos anarquistas y milicias de los distintos partidos que actuaban por su cuenta y constituir el embrión del futuro ejército republicano que siempre estuvo supeditado a la intromisión de los distintos partidos políticos. En cuanto a las tareas de represión participaron casi todos, incluso órganos del Gobierno con la ayuda soviética, momento en que se produjo el traslado de parte de los presos políticos a Valencia y que terminó en un fusilamiento masivo en las afueras de Madrid. En la imagen, anarquistas pertenecientes al «Ateneo Libertario de las Cuarenta Fanegas»

 

Mapa de España en noviembre de 1936 con las dos zonas en manos de ambos contendientes. En azul los franquistas y en rojo los republicanos.

 

 

 

Primer Gobierno del Frente Popular de mayoría socialista presidido por el dirigente Francisco Largo Caballero, y en el que estaban integrados también republicanos, nacionalistas catalanes y vascos, y comunistas. De izquierda a derecha: Bernardo Giner de los Rios (Comunicaciones); Anastasio de Gracia (Industria y Comercio); José Tomás y Piera (Trabajo y Sanidad); José Giral (Sin Cartera); Julio Álvarez del Vayo (Estado); Largo Caballero (Presidente); Mariano Ruiz Funes (Justicia); Ángel Galarza (Gobernación); Indalecio Prieto (Marina y Aire); Jesús Hernández (Instrucción Pública y Bellas Artes) y Vicente Uribe (Agricultura). Madrid, 4-9-1936

 

Mejor suerte tuvieron las fuerzas sublevadas procedentes del sur de España que avanzaron con rapidez hacia Madrid y lo avistaron en noviembre de 1936. El Gobierno republicano abandonó Madrid y el general José Miaja, al frente de la Junta de Defensa encabezó la resistencia republicana. En la foto se ve a tropas del ejército nacional que atacan una posición enemiga cerca del sur de Madrid. Octubre 1936.

 

 

 

GENERAL MIAJA

El general José Miaja Menant, figura clave de las tropas republicanas durante la defensa de Madrid en la Guerra Civil española, nació el 20 de abril de 1878 en Oviedo y murió exiliado en México el 14 de  enero de 1958. Militar de carrera, participó en la guerra colonial en Marruecos. En 1932, durante la II República, ascendió a general y cuatro años después fue nombrado ministro de la Guerra. Ante los avances de las tropas nacionales, el Gobierno republicano se trasladó a Valencia y se le encomendó organizar la defensa de la capital de España logrando detener al enemigo en la Ciudad de Universitaria, al oeste de la ciudad.
El general Miaja fue también el responsable del frente republicano en otras significadas batallas de la contienda española. De hecho, en el transcurso de la guerra concentró más poder militar que ningún otro general republicano

 

 

Avance de las tropas nacionales al inicio de la batalla de Madrid en noviembre de 1936 con los responsables nacionales y republicanos de los distintos sectores del frente.

 

 

 

Mas vale ser viuda de héroe que mujer de cobarde”. Madrid, 14-10-1936

DOLORES IBÁRRURI GÓMEZ “LA PASIONARIA”, fue una figura histórica del comunismo español, que nació en Gallarta (País Vasco) el 9 de diciembre de 1895. El pseudónimo con el que fue conocida, «Pasionaria», se lo puso ella misma, y era el sobrenombre que usaba en sus colaboraciones periodísticas como dirigente del Partido Comunista de España (PCE). Diputada durante la II República (1931-1939), con la Guerra Civil se convirtió en una de las líderes republicanas y lanzó la consigna de «No pasarán» para animar a la resistencia contra las tropas sublevadas. Al final de la Guerra Civil se exilió a Rusia, regresó a España en mayo de 1977 y falleció el 12 de noviembre de 1989 en Madrid. En la foto, la dirigente comunista Dolores Ibarruri interviene en un mitin en apoyo de la defensa de Madrid organizado por el Frente Popular. Madrid, 14-10-1936

 

 

Ante la imposibilidad de tomar Madrid, las tropas rebeldes se atrincheran en el cuartel de la Montaña, que es asaltado por las distintas milicias de los partidos de izquierda y los anarquistas. Madrid, 20-7-1936

 

 

Varios militares republicanos observan a unos sesenta kilómetros de Madrid al enemigo desde una posición servida por una ametralladora Hotchkiss de 7 mm, de 1922, modelo reglamentario del Ejército español en 1936. Octubre 1936

 

El líder anarquista Buenaventura Durruti (c), jefe de la columna que llevaba su nombre, y arquetipo del hombre de acción anarquista, antes y durante la Guerra Civil, tras participar en diferentes combates durante los meses iniciales de la Guerra Civil, encontraría la muerte en la Ciudad Universitaria de Madrid el 20 de noviembre por una bala perdida. En la foto se le ve junto al alférez Antonino Uriel (2ºd), y un periodista de un diario republicano. Hacia noviembre 1936.

«Existen sólo dos caminos, victoria para la clase trabajadora, libertad, o victoria para los fascistas lo cual significa tiranía. Ambos combatientes saben lo que le espera al perdedor. Nosotros estamos listos para dar fin al fascismo de una vez por todas, incluso a pesar del gobierno Republicano”: Buenaventura Durruti

 

 

Grupo de soldados de las brigadas internacionales del batallón «Commune de Paris», integrados en la XI Brigada a su llegada a Madrid. Portan amplia boina negra de los alpinos franceses y un coleto de cuero de origen inglés. Las Brigadas Internacionales, tropas formadas por voluntarios de 54 países, fueron creadas por la Internacional Comunista y llegaron a tener en distintas fases, unos 40.000 combatientes (de los cuales unos 10.000 eran franceses) y resultaron decisivos en la detención de la ofensiva franquista en la Ciudad Universitaria. Madrid, 8-11-1936

 

 

FRENTE DE MADRID: SIERRA DE GUADARRAMA

En la sierra del norte de Madrid el frente quedó estabilizado aunque hubo continuas escaramuzas. Aquí se ve a soldados nacionales, parapetados en la nieve en sus trincheras de la Sierra de Guadarrama, en el norte de Madrid. Enero 1937 

 

 

 

La URSS proporcionó a la República unos 700 aviones y unos 400 tanques, además de armamento, técnicos, pilotos, asesores militares y agentes del servicios de espionaje, aparte de combustible, ropa y alimentos, parte de ellos sufragados con donaciones populares, pagos directos y en parte con las reservas del oro del banco de España. Los tanque rusos T-26 tripulados por soviéticos y los aviones participaron en la batalla de Madrid.

En la foto se ve a soldados republicanos que saludan puño en alto, subidos en un carro de combate T-26 B de fabricación soviética en el frente de Madrid, hacia 1937

 

 

Desde ese año, la defensa de la capital se convirtió en una larga guerra de trincheras que duraría hasta el final de la contienda. En la foto, puesto de transmisiones de la 21º Brigada Mixta republicana al mando del comandante Juan de Pablo Janssen. Usera (Madrid), 13-6-1937

 

 

El dirigente comunista Enrique Líster tuvo a su cargo la defensa de un sector de la cuidad durante la Batalla de Madrid, al mando de la 1ª Brigada Mixta del EPR. Luego fue responsable de una de las mejores divisiones del ejército republicano que participó en las batallas más duras. En la foto se le ve son oficiales y soldados de su división después de la batalla de Brunete. Julio 1937

LEER MÁS:  Por un clavo...se perdió un reino. Por General Salvador Fontenla Ballesta (R)

 

Soldados republicanos se protegen tras sacos terreros durante la defensa de Madrid. Frente de Madrid, 1937

 

Escena de la vida cotidiana junto a una fortificación en el barrio de Argüelles. Madrid, abril 1937

 

 

 

La vida cotidiana en el Madrid durante la Guerra Civil se vio alterado aparte por el conflicto bélico, que trajo consigo el estallido de una revolución que tuvo su apogeo en los primeros meses de guerra, por fenómenos desconocidos como los bombardeos y los refugiados, estampas habituales de los sucesivos conflictos pero que Madrid estrenó. Sin embargo, fiel a sus costumbres, los habitantes de la ciudad siguieron haciendo su vida «normal» pese al drama de los niños, la sucesión de éxodos, la tragedia de los bombardeos y la lucha por la supervivencia sin que faltaran entre medias costumbres tan españolas como el fútbol, los toros y diversos espectáculos como los clubes o el paseo y que dieron lugar a las dos caras de la ciudad, la de la guerra y la que prefería olvidar y sobrevivir.  En la foto, puesto de reparto de juguetes para los niños de Madrid, con motivo del día de Reyes. Madrid, 6-1-1937

 

 

Vida cotidiana: Niños aprendiendo instrucción y doctrina socialista. Madrid, 10-8-1936

  

Equipos de fútbol saludan con el puño en alto antes de iniciar un partido en el estadio de Chamartín, como homenaje a la 21ª Brigada Mixta. Madrid, mayo 1937

 

 

Un grupo de viandantes en la Puerta del Sol observan los combates aéreos entre aviones republicanos y nacionales. Mientras la mayoría los aparatos de la aviación republicana eran rusos, los de los nacionales eran italianos. Madrid, 29-10-1936

 

 

Fachada de una farmacia ubicada en la Gran Vía protegida con sacos terreros de los bombardeos. Madrid, hacia diciembre 1936

Recogida de donativos para la cena de Nochebuena de los milicianos que luchan en el frente de Madrid. Madrid, 20-12-1936

  

Mujeres confeccionando prendas para soldados republicanos en un taller de costura. Madrid, hacia julio 1936

 

Así fue el día de la victoria

«En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.»

 

Las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo de 1939 tras la rendición de las fuerzas republicanas del coronel Segismundo Casado que dio un golpe de Estado en contra de las fuerzas comunistas contrarias a rendirse. El 1 de abril el ejército republicano se rindió en toda España. En la foto un grupo de muchachas recorren alegres las calles de Madrid, con un retrato de Franco y la bandera roja y gualda. Madrid, 7-4-1939. El general FRANCISCO FRANCO , jefe del Estado español entre 1939 y 1975, nació en el Ferrol el 4 de diciembre de 1892. Realizó una brillante carrera militar que le convirtió en el general más joven de España en su época. El 18 de julio de 1936 participó en el levantamiento contra el Gobierno de la II República que desembocó en la Guerra Civil que se prolongó hasta 1939. Tras imponerse como jefe de los sublevados y ganar la guerra, estableció un régimen dictatorial con un marcado perfil conservador, católico y anticomunista. Después de casi cuatro décadas de dictadura, murió el 20 de noviembre de 1975 en Madrid. «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.» (Parte oficial de guerra del 1 de abril de 1939, que puso fin a la Guerra Civil Española)

 

 

 

 

 

Relato de las navidades

madrileñas de 1936

Escribe: Eduardo Andradas

 

Nos complace reproducir el relato novelesco Madrid-Fuencarral-Alcobendas del 23 y 24 de Diciembre de 1936.

Miércoles 23 de Diciembre de 1936, la tierra de la Ciudad Universitaria esta aburrida de tanta bala, la metralla golpea los parapetos que rodean la Casa de Velázquez y aquí en Madrid, sigue la Republica en pie, no dejando pasar al fascismo a su capital de la gloria. El Coronel Azulgaray, como el General Miaja, opinan que los facciosos quieren entrar por la localidad de Fuencarral, a ese “poblachón mal construido” del que hablaba D. Manuel Azaña y que en este invierno se calienta de obuses y bombas enemigas.

Abandono las trincheras, en ese punto en donde hace unos meses se educaba media España y se hacía doctorada. Como la estación del Norte, está en guerra, subo hasta el Barrio de Noviciado en un auto rayado de pintada de la JSU, un viejo deportivo Hiparco, que tuvo que pertenecer algún señorito del Barrio de Salamanca para sus ligoteos de campo y mantel en la Pradera de San Isidro. Alcanzo a paso el metro de la línea dos de Noviciado, a sus puertas me encuentro a Joaquín Andradas, al que conocí en las razzias en las sierras del Guadarrama en el movido Julio pasado. Es un socialista de Largo Caballero, que vive en una buhardilla en la próxima Calle Limón. Es mínimo de estatura y abraza un máuser de 1893 en sus manos pequeñas. Me estrecha a él y comienza a hablar de los combates del 9 de Noviembre en los que participo en la Casa de Campo. De tanto disparar se daño el hombro por el retroceso fuerte del fusil. No pasaron repite constantemente.

Me despido de él con un leve salud y una sonrisa compinche. En el suburbano la luz es ligera y la oscuridad tapa a cientos de refugiados en sus andenes. Sentados en el vagón a mi lado, va una familia de la Calle Hilarión Eslava, pregunto al más pequeño su nombre, Pepe Gómez Palacios me responde en una voz canija. Prende en su jersey de lana, una estrella de las Juventudes Socialistas Unificadas, parece un pionero ruso y le regalo una peseta de plata y una carantoña en su pelo negro revuelto. Recale en Cuatro Caminos, donde hice trasbordo para Tetuán de las Victorias. Me entretengo en la vagoneta con lectura del Mundo Deportivo, que le quite hace semanas a un voluntario catalán de la Columna Durruti. Se está disputando el campeonato de Cataluña, con dominio que se disputan Barcelona, Gerona y Español. Soy más de Semanario Grafico As, pero se dejo de editar en el verano y de leer La Libertad en las mañanas paradas del domingo.

Salgo a la superficie, ando por Cuatro Caminos, a la altura de su plaza de Toros, ya pellizcada por los bombardeos y me detengo en el campo de Futbol del Metropolitano, donde marcaba goles el Athletic Club De Madrid a chute de Gaspar Rubio y Elícegui y paraba la pelota

Duran, hoy en nuestras milicias y en la UGT en ingenieros. Por la Iglesia de Sales, se agitan los camaradas del Quinto Regimiento, a los que pregunto por un transporte al pueblo de Fuencarral. Es mediodía y el cielo de esta antigua villa de castilla, parece un avispero, un Potez-54 de los que envió León Blum es perseguido por cinco Fiat CR 32 pardos, a su encuentro seis chatos rojos que los dan caza, las alas y motores que trajo Mussolini a la península, ponen huida de nuevo al resguardo de su zona.

En el cuartel de estos guerreros del PCE, una radio emite el sorteo de lotería de navidad, este año desde Valencia y cantan el “gordo” los niños del colegio “Ferrer y Guardia” en el premiado numero 27.471.

Se me busca un camión soviético ZIS “3HC”, o castizamente llamados “Tres hermanos comunistas”. Es conducido por Enrique Casas, recientemente carabinero y miembro del comité de la JSU del Ayuntamiento de Madrid, este joven muchacho del Barrio de Diego León, me cuenta que es aficionado al ciclismo y amigo de la familia Pena Brea, de la que destaca José en las filas de sus juventudes.

Cogemos en la Glorieta de Cuatro Caminos la carretera de Francia y vamos dejando casas blancas y tejas en barbecho, donde suena el viento frio y se abre por él las chimeneas encendidas a leña. Ya se ven los campos secos de Cebada, centeno y sin el amarrillo de los trigos.

Están quietos los arados en la escarcha y los vencejos revolotean por las copas de los pocos olivos e Higueras que nos dan la bienvenida a Fuencarral.

Se equivoca el invierno instalándose en las viñas y dejándolas áridas estos meses. Se duerme el día en el atardecer del monte del Pardo, con el ruido de fogonazos de artillería. Desde aquí la antigua Magerit musulmana, no parece el goloso antifascista del mundo y si una tragedia griega, hoy más que nunca como decía Mariano José de Larra “Escribir en Madrid es llorar…”.

Nos reciben en la “Casa Grande” de la población, los miembros de la Federación local de Edificaciones de la UGT, que nos explican que las vacas que vimos a la entrada de la localidad, están colectivizadas por el Sindicato de Oficios Varios de la CNT, junto a la cercana finca de las Jarillas. Según nos dicen en el Barrio del Pinar los socialistas son mayoritarios, pero en los adentros del pueblo mandan los Anarcosindicalistas. En Fuencarral Izquierda Republicana era el que más afiliados tenia, por encima del PSOE, ahora creció el Partido Comunista y los anarquistas. Que son los que más se oponen al proceso de militarización de milicias que esta centralizando el Ayuntamiento.

La urbe fue en años anteriores, sede de reuniones de las Logias Masónicas de la región. Nos cuentan que los del Comité de Incautación confiscaron las propiedades de Francisca Román y se las entregaron al Frente Popular, que decidió en algunos locales apropiados dárselos a la educación pública.

Se hace luna la atmosfera, abrazo a Enrique Casas que regresa a Madrid y tomo un trago de agua de la fuente del “Saceral”, por estas alamedas anexas, se cogió a hombros a González Peña el 23 de Febrero y llevado hasta la Casa del Pueblo del PSOE, donde se le obligo pronunciar un discurso improvisado, donde relatan que los aplausos para este héroe de la Revolución de Asturias de 1934, duraron minuto tras minuto. Y es que Fuencarral es roja y obrera, la tiene miedo la derecha más reaccionaria, dos días después de lo anterior, se asalto el círculo de la Juventud Tradicionalista, a bandera y puño en alto y sillas que salieron por la ventana.

Y es que la Republica trato bien a Fuencarral, en Marzo le comenzó a colocar un sanatorio anti-tuberculoso y adecento calles y plazas.

La Falange venia antes del 18 de Julio hacer prácticas de pistola, el 14 de Abril, la Guardia Civil detuvo a cinco de ellos, temiendo actos terroristas de los mismos. La población gusta del toro y el capote, exceptuando los militantes de la CNT, que se quedaron los terrenos del ex torero José Roger “Valencia”. Se me presenta Vidal Navas Robisco de la Sociedad de Trabajadores de la Tierra de UGT, que me invita a compartir, fuego, vino, pan, cebolla y mesa. Vidal detalla que el 21 de Julio muchos paisanos se subieron a la sierra y cita a su vecino Casto Villa, que estuvo con el Comandante Juan Perea en Lozoya.

Hace 5 semanas un piloto de nuestra aviación, fue abatido en combate aéreo sobre Fuencarral, según Vidal, era un ruso. El hielo se sujeta a la ventana y el compañero Navas, me convida a ver “Los marinos del Cronstadt” que están echando estos días los Brigadistas Internacionales estacionados en la localidad y que se reponen de las refriegas del frente.

89 minutos más tarde, de drama y heroísmos, pienso que Madrid es esa fortaleza de Kronstadt y los ejércitos Blancos se estrellaran ante ella. Antes de posarme en la cama, me lavo con un jabón de una fábrica contigua. Ya no se escucha al tranvía presentarse y seguir a Colmenar Viejo. En la almohada solo me entero de las estrellas y de mis sueños.

Jueves 24, amanece como prologo de la Nochebuena, en nuestra estimada URSS hoy es un día laborable, proletario, desde el año pasado, se celebra Nochevieja de nuevo, en España, en el otro bando 30 kilómetros mas allá, es tan importante que parece otro primero de Octubre donde se corono a Franco, tradición, espada, religión y poder otra vez en unidad.

Nadie puso fecha al nacimiento de Jesús de Nazaret, en el 221 se extendió el 25 como probable, sin que lo historiadores lo registrasen.

La Iglesia católica metió en la superestructura su calendario y creencias, a modo de dominio social, ¿Se debe celebrar el comienzo de un credo que subyuga al hombre y le hace siervo de un Dios? Jesús, el carpintero, el que echo a los mercaderes del templo y se enfrento a lo Mahatma Gandhi al imperialismo de Roma, puede que merezca unas copas y unos abrazos esta noche. La Iglesia que bendice a los del otro lado, que puso 50000 europeos en las hogueras por brujería o juzgo a Galileo y a la ciencia, no.

Desayuno, un vaso de leche cálido y un trozo de pan y mantequilla, doy con la luz del día y me cruzo con el luto de una mujer menuda, conforme dice Vidal, es la madre de Francisco del Pozo Garcia, fundador de la Falange local, de 22 años, se lo llevaron milicianos foráneos y le asesinaron a primeros de Agosto, pienso que cuantos lutos habrán dejado los Franciscos del Pozo de mas allá de la Casa de Campo. Por el camino del quemadero, me detengo a observar el musgo en la piedra, queda belleza en esta España abierta de sangre.

Confluimos con Gerardo Baena Gracia, unos de los primeros en entrar en el ayuntamiento el 14 de Abril de 1931 y proclamar la II Republica. También con Pablo Pérez Rubio, uno de los agitadores del Frente Popular y la maestra Eugenia Ayala Ortiz, la administración republicana construyo escuela nueva y saneada me dice la docente.

Es hora de irse quiero estar en Alcobendas al mediodía, por casualidad se halla en Fuencarral, unidades de lo que va a ser la Primera División en pocos días, según decreto del gobierno y se estacionara en Lozoyuela, al mando del Teniente Coronel Enrique Jurado. Trepo a un camión Ford y un casi soldado, todavía miliciano, ofrece salazón de esturión ruso, de los que envía Stalin, por esto me puntualiza que el simpatiza con el POUM, porque era amigo intimo de Jesús Blanco, secretario general de la Juventud Comunista Ibérica, recientemente fallecido en la guerra. El peleo en Sigüenza y Guadalajara en Agosto y ahora se dirige a Somosierra.

Cruzamos el minúsculo chorro de agua del Arroyo de la vega, lo demás es hielo, por el puente de hierro de Alcobendas, dejamos la fábrica de tejas a nuestra derecha y el control de la Guardia de Asalto. Por la travesía de Madrid desde la camioneta saludo a Francisco Ceballos Pardinas, que en Julio le recuerdo penetrando en la iglesia muy anticlericalmente, lleva una cesta de huevos, esta noche cenara tortilla, pero conociéndole mas será por la Saturnalia romana, que por el Jesús de Palestina. Bajo en la Plaza de la Republica, frente a la Casa del Pueblo de UGT, de ella sale, Alfonso García Mínguez, acompañado de su hermano Idelfonso. Tras los saludos, preguntan por las noticias actuales del Frente de Madrid, les respondo con un corto, No Pasaran.

Ya piso mi calle la de Fermín Galán, en su final está el lavandero de Las Charcas, por allí juega el niño Baldomero Rodríguez “Mero”, al que le regalo unos Caramelos Paco, que compre en su tienda en la calle Toledo numero 55 de Madrid. Unida al pilón, blanca a la manera del azahar y el pelo rubio terso, esta ella, dando limpieza a la ropa. La soplo en el cabello y me devuelve una sonrisa blanda y un beso compacto en mi boca. Sus ojos son una catarata de sentimientos, retira mi pistola Astra 902 de mi cintura, la suelta al suelo y se encoge en mis brazos. Mi corazón casi se pone a cantar a modo de Angelillo y a ella la haría una Pilar Muñoz a lo Federico García Lorca.

Cae el sol tímido de hoy, que resiste a morir rápidamente. Cuerpo a cuerpo, desordenamos la cama, la achucho de labio y que mejor cena grata y nocturnidad buena, que el amarse, sin misas de por medio.

Feliz Navidad desde el viernes 25 de Diciembre de 1936…Y siguen sin pasar.

PD: Todos los hechos, lugares y nombres que aparecen en esta historieta, son verídicos y existieron y solo han sido unidos, por mi yo trasladado a Diciembre de 1936.

* Eduardo Andradas es Poeta e investigador Histórico.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
LEER MÁS:  6 de Octubre de 1934: Así fue el golpe de Estado del Presidente Companys y así respondió la República. Por Julio Merino
Últimas entradas