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Vox, silente. Felizmente ausentes. Tras la ida de Macarena Nada Molona (ahora, deviniendo acto penitencial, senderea hacia Compostela), sus encabronados y «rebeldes» votantes, de luto, hoy purita pesadumbre: intuyen/saben, como dice la canción, que todo se terminó. Y que, disidencia controlada de manual, eran un partido más, nada diferente a la podredumbre ofrecida por el corrupto, corruptísimo bipartidismo: con sus nutridas y ultranarcisistas ambiciones personales, ansias de suculenta nómina, anhelo de foco mediático y saga de dagas voladoras, en Bambú (sede nacional del pepé verde) y más allá.
Vox, del cielo al barro en escaso tiempo
En agosto, Vox agostándose. Un partido sin implantación territorial ni cuadros sólidos, ya en abierta descomposición. Flor de un día, efímera bengala, moribunda mariposa, perfecto engañabobos del “valiente” e hispánico facherío, Vox, de joven promesa a vieja gloria, bastante análogo a lo que ya sucedió antes, tanto a Podemos como a Ciudadanos, pero acelerándose todos los tiempos: del cielo al barro, rota fortunae, tan raudo el vidrioso e impresionante asunto.
La política de las emociones, tan movedizas y mudables, apenas racionalidad y flexibilidad (incluso con los mass mierdas antípodas: de sorpasar, en los tres casos, a la extinción. O, aún, peor: chuscos apósitos o apéndices de los «traidores»: para Vox, el Partido Putrefacto; para la Podemia, los sociatas).
Vox, irreal e inverosímil, desde su sionista principiar. Vendía diferencia, pero devenía igual que todos. Vendía disidencia, pero sobrevenía partido (o partida) megaborbónico, hipermilitarista y ultracapitalista. Ofrecía pueblo y transversalidad, pero hedía (y hiede) a rancia burguesía de privilegiados y yunqueros meapilas.
También mercadeaba gaseoso patrioterismo – España, dizque – y todo el puto día hablando del infausto Orban, o de Le Pen o del tito Donald, trío calavera tan poco español, basura totalitaria con apariencia “liberal”, nada cuestionadora por otra parte de la aciaga Agenda 2030 (memento, 14 de los 17 Objetivos de Demolición Social se hallan vinculados a la timokakunación: intuyo que esto lo sabe sobradamente el partido de Estigman/Esmegma). Evacuaba abundosa estosterona y, desde la salida de Olona, Fachascal/Cabrascal (y el resto de la cúpula), cobardeando en tablas, ni está ni se le espera.
Hacia las elecciones, sin Vox apenas
Año y medio de tabarra electoralista de la castuza política, Vox como el que más, y todo derrumbándose en nuestro derredor. El Partido Pútrido se metamorfoseará en el partido-refugio de todos los votantes (conservadores, liberales e incluso socialdemócratas) que quieren que en las próximas elecciones el Psicópata Cum Fraude abandone Moncloa. Y llegará Feijóoputa, el tirano covidiota, fiel edecán de narcos.
Y, tal vez, alguien, votante de Vox (o de la siniestra Díaz Ayuso), incluso de la húmeda socialdemocracia, llegue a la sabia y ponderada conclusión de que el mendaz y cleptocrático narcorrégimen del 78 no puede «cambiarse» desde dentro, dada su ínsita y hadal criminalidad. En fin.
https://cesarbakken.wordpress.com/2022/08/02/luys-coleto-macarena-olona-victima-de-la-vacuna-covid/
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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