20/05/2024 14:02
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Los grandes adoctrinadores de masas, que llevamos sufriendo y padeciendo desde el año 1976, no cabe la menor duda, que son unos magníficos magos, para modificación de las conductas y pensamientos de un pueblo.

La guerra de las ideas, empezó, en actos diferentes, pero todos unidos entre sí para llegar a la meta, en la que estamos.

Fallecido el General Invicto, se nos dijo, que al fin los españoles habíamos llegado a la gran “Democracia Liberal”, que nos proporcionaba, los más sustanciosos y largos años de Paz, no sé, si estas diabólicas figuras, se referían a la “Paz Eterna y Amén”

Nos enfocaron, que lo que nosotros vivimos, en el Régimen del 18 de Julio, había sido todo una entelequia, propia de nuestras mentes encarceladas, por un Régimen atroz y una tiranía dictatorial en la que habíamos sufrido, multitud de pruebas criminales contra nosotros como población.

Nos hicieron ver que aquél que nos sacó de la tragedia comunista y criminal, era un genocida, un tirano, un dictador, … y nosotros no lo creímos.

Nos montaron en su gran barco, lleno de cucarachas y ratas infectas y nos dijeron que era la Santa Democracia, la mejor del mundo y para sostenerla, teníamos que votar cada 4 años y que el barco, nos llevara al Paraíso terrenal y lo hicimos.

Nos embardunaban la mente, con frases bellas y bonitas, por el cambio de nuestras vidas y nos advirtieron, que ello tenía un precio y que de buen español sería costearlo, para llegar a la libertad absoluta del individuo y poder recibir la panacea de un Sistema, que causó sensación en el mundo entero. Así que, nos pusimos a votar como posesos, a los que decían que representaban la Democracia y el fin de nuestros días de cárcel y sufrimientos.

Acudíamos a las urnas, como personas libres, votando al que más y mejor hablaba. Votamos al que más nos prometía y nos hablaba de un Edén, que podíamos conseguir para nuestras vidas, … y lo hicimos.

Tú ¿A quién has votado? Pues yo he votado a éste y ¿Tú?, pues yo he votado al oeste. Todos eufóricos, orgullosos de haber votado a nuestro “Salvador”, escogido por su Partido dictatorialmente, sin la intervención del pueblo.

Van pasando los años, todos los días una bomba, por allí, otra por aquí; Dos muertos, cuatro, diez, .. No pasa nada, es que quieren acabar con nuestra Insigne Democracia, seguid votando. Y votábamos mientras se acumulaban los muertos inocentes a nuestros alrededor. Unos vivas, unos aplausos, una salida de la voz del iluminado y todos tan contentos. Un día más. Mucha desolación. Muchos muertos, pero somos felices, porque: “A mí no me ha tocado”.

Nos proponen que es de justicia, acabar con millones de niños, a los que debemos negar ver la luz, para proteger a pobres madres, que sufren un calvario, con el hinchazón de sus barrigas. Pues nada, quitemósnos esa “pesada mochila” y vaciémosla. Es en legítima defensa de una pobre embarazada, para que evitar un trauma al ser madre. Casi tres millones de niños asesinados. Nada, no pasa nada, vamos a una iglesia, rezamos un Padre Nuestro y todo arreglado.

Nos suben la luz, el agua, la gasolina, los Impuestos, nos lo obligan a pagar al millón por cien. No pasa nada, es la “Democracia”. Todo por la democracia. Todo por nuestros amados políticos, porque ellos solo buscan el bien para nosotros y nuestra familia. Sigamos votándoles.

Vemos, que delante de nuestras narices, roban unos y otros, pero no pasa nada, pues la mayoría no lo hace, “será porque no puede”. Sigamos votando a este o aquel Partido y así quitemos a esos buscadores de fortunas, malas personas, que se aprovechan de nuestra maravillosa democracia.

Aprueban la Ley de eutanasia, para eliminar a los ancianos, que son un estorbo y nos cuesta mucho mantenerlos. Perfecto, que acaben con ellos, son unos miserables ancianos, que ya han vivido demasiado. Yo tengo 40 años y voto para que así sea. Estupendo, uno menos, dos, menos, cien menos, cien mil menos, … Adelante demócratas, sabemos que todo lo hacéis por nosotros y nuestro bien.

Pero llega un día, que nos levantamos, nos restregamos los ojos, nos echamos agua fría en la cara, nos despertamos y empezamos a ver claro y nos preguntamos:

¿Dónde está mi mujer y mis hijos, no los veo, se han ido, me han dejado solo?

¿Dónde está mi segunda vivienda, allí en la playa?

¿Dónde está mi cartilla de ahorros, en la que tenía guardados 100.000 €.?

¿Dónde está mi sueldo, me lo he comido y estamos a día 20 del mes?

¿Dónde está mi Patria, por la que tanto luché?

¿Y ahora que hago?  

Me encuentro solo, sin mi mujer, sin el piso que yo con mis esfuerzos compré, mis hijos no quieren hablar conmigo, dicen que soy malo, veo cartas de Hacienda por todos lados, reclamándome Impuestos que al parecer no he pagado, por estar mi cuenta a cero. Otra carta, esta vez, de la Compañía de la luz, que dicen que si no pago en 10 días me la cortan. Abro el grifo  y no sale agua. Abro el frigorífico y hay un yogur y un pimiento; ¿Cuál me tomo primero?

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Pongo la televisión y veo al Carlos Sobera, al Jesús Vázquez, al Jorge Javier Vázquez, …, todos contentos cobrando millones de euros, … y pienso, pues debe ser un problema mío, porque la gente sigue viviendo bien y todos aplaudiéndoles.

Desesperación y pobreza en España

 

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Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.