Anteponemos la Monarquía supuestamente católica, a la República que ya damos por sentado que sería atea. Por Pablo Gasco de la Rocha

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España está desechando valores morales absolutos y razones únicas. De esta forma, más que resolver, lo que se hace es una manipulación por medio del lenguaje para establecer nuevos valores, reexaminando y retorciendo argumentos no porque sean buenos, sino porque tienen un reconocimiento social. El criterio, en el mejor de los casos está claro, es la utilidad. Así, no importa qué hay que pensar, sino como pensamos. Y lo más destructivo es que a eso llaman libertad. Ahora bien, ¿no hay acaso una ética objetiva y un saber propio de la naturaleza de las cosas?

Sostener que la Monarquía que encarna Felipe VI es Católica, es de una falsedad que raya lo burdo y además contraviene lo que el mismo Felipe VI quiso dejar claro en su jura y proclamación como Rey de España con la ausencia de cualquier signo de fe religiosa-católica. Recordemos que no hubo ni Crucifijo ni el Libro de los Evangelios. Y que tampoco se celebró la tradicional Misa del Espíritu Santo. ¿Se corresponde esto con una Monarquía católica? O ¿son simples concepciones artificiales que elaboramos algunos?

No hay duda. La Monarquía que encarna Felipe VI cree que fue instaurada en España por aclamación popular, el 19 de junio de 2014, y con esa creencia no se siente sujeta a más tradiciones que respetar las fiestas populares, y en la parte de tradición dinástica, ser fiel a las regatas.

¿Han observado ustedes que Leticia Ortiz Rocasolano no se persigna al entrar, con ocasión de algún acto, en las iglesias? ¿Recordamos que se la tuvo que dar un “seminario” de catequesis antes de casarse por segunda vez? ¿Qué piensa esta señora que se hace en estos recintos? ¿Por qué los actos en reconocimiento o recuerdo a víctimas de esto y de lo otro son actos laicistas, pese a la fe de los fallecidos? ¿Qué nos intentan decir, y que no entienden algunos?

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Hay lo que hay, no el modo de decir de algunos, mayormente con descalificaciones e insultos. Pero miren ustedes, lo sensible, ofrecido por los sentidos, elabora conceptos. Y tal es así, que la realidad que observamos es portadora de una verdad que no se escapa y que nuestra mente es capaz de leer a partir de la observación y la experiencia, aplicando simplemente la capacidad de pensar.

O es que caso, ¿sólo existen triángulos?