21/11/2024 07:23

El psicópata Sánchez aprovecha el crimen de la Dana, desasistidas las víctimas que lo han perdido todo junto a sus seres queridos, para anunciar en el G-20 que España donará, además de su nauseabundo protagonismo, gustosa y puntualmente, 400 millones de euros para combatir la pobreza en el mundo. Antes la excusa de la farsa climática para empobrecer España. El cinismo de este desalmado sólo tendrá fin cuando Pedro Botero se lo lleve de un zarpazo sulfúrico de esta tierra que soporta su demente engreimiento.

Los militares desplazados con cuenta gotas denuncian que recibieron órdenes expresas de no auxiliar a las víctimas, al igual que los policías amenazados por el canalla Marlasca. La ola de digna solidaridad ha sido frenada en seco ante la desesperación de quienes están al límite de su resistencia… Niños, jóvenes, matrimonios, ancianos… Hijos de mala madre, basta observar someramente en los demonios cómo no pueden evitar cierto rictus de satisfacción vengativa por el sufrimiento que han conseguido. En esa venganza queda implícita también la chulería de seguir al asalto de las instituciones, cuando a sabiendas de la catástrofe aprovecharon las ratas para tomar rastreramente RTVE. Todos ellos poseen rasgos de psicopatía y lo llevan en las caras. «Politizar el dolor» que preconizaba un auténtico malparido, ha sido uno de las premisas consolidadas con cierto aire triunfal que sulfura los aguantes de una España harta de súcubos e íncubos de la cuerda sanchista.

Policía en la zona cero denuncia la carroña política, culpable de las tragedias de España,  y radiografía con claridad meridiana a los malditos responsables

No es un rizar el rizo baladí e injustificado. Es un criterio que abrasa las entrañas tener la certeza de que Pedro Sánchez es responsable directo del crimen de la Dana. De Pedro Sánchez y la banda de forajidos que anda encaramada como monos al poder más canallesco hay que creerlo todo. En el 2020 con una chulesca inhumanidad gestionaron al antojo criminal una plandemia que provocó decenas de miles de muertos por un protocolo de eutanasia generalizada que se encargaron de encubrir con una maquinaria sádica de complicidad institucional, con las serpientes y escorpiones apostados con carné socialista para que el genocidio quedara impune. Fue la primera riada mortal de la bestia desatada que suponía Sánchez para España, con merecida fama de psicópata del que ya advertían que haría cosas que helarían la sangre. De un forajido sin entrañas como es el tramposo que llegó con engaños a La Moncloa, sólo podía esperarse que contagiara la malignidad a cuantos estaban dispuestos a vender el alma al diablo por un sustento vitalicio de estafa política saqueando a los ciudadanos.

¿En qué país civilizado se acordonan y militarizan zonas para ocultar actividades de rescate? ¿Qué ocultan que no sepamos ya?

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Los que viviendo en nuestras propias carnes la tragedia sabíamos con brutal certeza que estábamos en manos de delincuentes de todo percal, cada cuál potenciales suscriptores de delitos según su grado de bajeza moral, con la barra libre del latrocinio abierta por el detestable Sánchez, sabíamos que no había límites en quienes han mostrado ser carroña con apariencia humana, una miserable iniquidad, el aquelarre satánico de la complacencia con todo mal que representa al completo este desgobierno socialcomunista que ha encubierto durante 7 años una estafa descomunal caracterizada por la inhumanidad, la carencia de honra y el oportunismo más salvaje aderezado de una inmunda codicia que no ha dudado en sembrar cizaña, violentar una sociedad avanzada y hasta asesinar si es necesario para la consecución de fines inconfesables.

Los ciudadanos investigan y comprueban que los principales embalses están vacíos a pesar de la cantidad de agua llovida. Un seguro de responsabilidad civil a tiempo… Con la fetidez del paso de la Dana física aún se ha convertido en mayor pestilencia la sospecha ingente, la certeza intuida de millones de ciudadanos-los primeros los damnificados que denuncian las extrañas maniobras oscurantistas del aparente despliegue de rescate, en realidad coercitivo-de que la tragedia de Valencia, también de otras provincias afectadas, ha sido tan premeditada como la falta elemental de empatía por el sufrimiento de miles de víctimas. Sin previo aviso miles de personas fueron devastadas por una mano oculta que obedeció órdenes directas para abrir las compuertas de las presas que soltaron un tsunami dirigido por la misma Parca contra ciudadanos indefensos: ¿cobayas prescindibles de una especulación política que no sólo calculó de modo inmisericorde los daños que arrebatarían la vida de miles de inocentes, sino que también no dudó en exponerse como salvaje indiferencia la programación pergeñada en los despachos para que el asesinato masivo fuera multiplicado con absoluto abandono de los sacrificados? Lo creo. Por sus obras los conoceréisY lo calé en el el 2014.

Las sospechas se acrecientan con las evidencias salvajes de una premeditación sin la cuál los destrozos no hubiesen sido ni de lejos los que acaecieron aquel fatídico 29 de octubre;  esa fecha debía estar apuntada en una siniestra agenda de arribismo y ventajismo que contemplaba el genocidio para satisfacer tenebrosos planes de destrucción masiva.

No creo que fuese sólo la inepcia consabida de estos malhechores sin méritos que supuran mediocridad y malas intenciones para romper la sociedad que soporta a tanto degenerado y depravado, hijos de Satanás sin conciencia, ni oficio ni beneficio salvo parasitar del cuento político; no lo creo. Creo personalmente en la intención homicida y lo demuestra la omisión de socorro para replicar la tragedia sin un remedio; sumar las tragedias en territorio objetivo de un atroz odio de cuantos amagaron con ayudar, prohibieron auxiliar, observaron sanguinariamente los efectos y esperaron para usarlos como ariete en una diabólica liza política incluso ocultando subrepticiamente el número de muertos, los espacios arrasados donde en 70 municipios los inadvertidos ciudadanos no pudieron ponerse a salvo en alturas. Todo perfectamente previsto incluso antes de que se abrieran las compuertas de las presas, para que las aguas salvajes lanzaran todas las mierdas de las lindes de los ríos que previamente se habían prohibido desbrozar. Lanzas y dardos, inimaginables toneladas de muerte que acribillaron, aplastaron, descoyuntaron y destrozaron cientos de cuerpos, una letanía de muertes instantáneas contrastadas con la agonía de muchos otros que fueron conscientes de la pesadilla hasta que dejaron de respirar en la trampa mortal de innúmeros garajes.

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Creo capaz a este malnacido sin básica decencia humana, de las maquinaciones del genocidio, de la matanza indiscriminada, de saber que controla al antojo impune la vida de millones de personas que no dudará en ejecutar con tal de continuar alimentando una enfermiza adicción a la malignidad; el gozo de recrearse en el mal y las consecuencias trágicas de sus decisiones. Y si fuese así el calibre de su condición bestial las sospechas de que esconde el número de fallecidos cuando, acaso, se han extrapolado las previsiones sociópatas del cálculo de los prejuicios; si fuese verdad que trata a los ciudadanos como piezas de su particular banquete antropófago devorando la esperanza, la misericordia y la fe en lo bueno de la humanidad; si fuese verdad que detrás de la devastación está la apertura consciente de las compuertas que reventaron 70 municipios sin avisar a cuantos no podían saber estar bajo decisiones de inmundicias bípedas; si así fuera que la tragedia de la Dana fuese en realidad un crimen más-el más brutal, revestido de sadismo- que encubrir por la maquinaria del fango con la prostitución de los medios de comunicación, debería actuarse excepcionalmente y sacarlo esposado con la cabeza baja como un terrorista, llevarlo en volandas al tribunal de la Historia para contrarrestar a tiempo este vicio de maldad que es Pedro Sánchez. Las víctimas que lo han perdido todo deberían ser otras, arrastradas en volandas y sin miramientos a  los juzgados por un tsunami de indignación histórica.

 

 

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Editor ÑTV ESPAÑA
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