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Agustín Valladolid es un gran periodista y ya curtido en todas las batallas posibles de la profesión. Prensa, radio, televisión y, muy especialmente, asesor de prensa en distintos Ministerios. Fue, principalmente Jefe del Gabinete de Prensa del Ministerio del Interior durante varios años y eso le da razones suficientes para juzgar a los “asesores” periodísticos y políticos de los actuales directivos de los partidos.

En concreto, hoy escribía un artículo, clarividente, y no es el primero, dedicado a don Teodoro García Egea, el Secretario General del PP, del cobardica Casado, con el título de los “Teodoros” y les aseguro que no se puede ver más claro el papel que está desarrollando en estos momentos el murciano, campeón de tiro de aceituna, en el PP. Siguiendo, afortunadamente, la pauta que he seguido desde que ya antes de las elecciones de Madrid, en la precampaña, me tropecé con él, Valladolid coincide en señalarle como el verdadero cáncer que se está comiendo el poco prestigio que pudiera tener el señorito Casado entre los suyos mismos.

El libro de  doña Cayetana Álvarez de Toledo y las declaraciones que está haciendo la perseguida y apartada como portavoz en el Congreso estos días ponen de manifiesto lo que está pasando con el pobre Casado y el fullero compravotos de Cieza.

—¡Le he dado todo el poder!

Y don Teo, erre que erre, parece estar “aconsejado” por los “trituradores” de Moncloa.

Por si no lo han leído les reproduzco el artículo de don Agustín Valladolid:

 

Teodoros

“Quizá, Pablo, has infravalorado a un Sánchez que ha laminado a sus ‘teodoros’. Quizá, Pablo, lo que ocurre es que cada día que pasa el PP cada vez se parece menos a ti y más a tu particular Teodoro

Secretario general, vicesecretario general, secretario de Organización, jefe de Gabinete… Los teodoros de la política han adoptado muy diversas apariencias, pero sus funciones siempre han sido básicamente las mismas: controlar férreamente el aparato y proteger al patrón. Los ha habido excelentes, buenos, regulares, malos y nefastos, con predominio de las dos últimas calificaciones. Incluso hubo épocas en las que en los vértices de los partidos no había un solo teodoro. En el viejo PSOE llegaron a repartirse tan ambicionado cometido un andaluz, un catalán y un vasco, y durante un tiempo no les fue del todo mal. El mayor peligro se corre cuando se concentra el poder en unas solas manos. Es en ese supuesto cuando se cometen los grandes disparates; cuando el subalterno acaba haciendo un uso erróneo de la autoridad delegada y cae en la doble tentación de ocupar todo el espacio, incluso el que no le corresponde, y sobreproteger al líder.

El teodoro eficiente es el que ejerce su trabajo con discreción y aprovecha todas las sinergias que pueden beneficiar a su jefe de filas; el funesto es aquel que sitúa por delante de la inteligencia crítica la ortodoxia partidaria, llegando a utilizar esta como argumento principal para exigir lealtades tan artificiales como baldías. El teodoro útil es el que reúne alrededor del líder a los mejores, el que toma riesgos, el que abre las puertas a los no convencidos; el inepto es ese otro que usa sistemáticamente el principio de autoridad como dique contra la influencia externa, el que recluye al candidato en una campana neumática, el que debilita a los demás para preservar sus privilegios.

Hay varios tipos de teodoros. El teodoro útil abre las puertas a los no convencidos; el inepto es ese otro que sobreprotege al candidato y debilita a los demás para preservar sus privilegios

Aunque pueda parecer lo contrario, ni el único teodoro que se puede dar por aludido con lo hasta ahora dicho es Teodoro García Egea, ni el actual secretario general del Partido Popular es la exclusiva fuente de inspiración de las anteriores reflexiones. Iván Redondo acabó siendo un apparátchik atípico y bastante inepto; y en Ciudadanos o Unidas Podemos hay ejemplos mucho más desastrosos que el del lugarteniente de Pablo Casado. El problema del murciano, lo que le convierte en objeto de especial rastreo informativo e inevitable causa de críticas y comentarios, es que el futuro del Partido Popular, la posibilidad de que de la expectativa el PP pase a ser una alternativa real de gobierno, depende hoy, en una porción no desdeñable, de sus errores y aciertos.

La figura de García Egea fue determinante para que Casado ganara la batalla abierta tras la dimisión de Mariano Rajoy. Conviene no olvidar este dato, y a buen seguro el que más presente lo tiene es el propio Casado. Ciertamente, desde que ocupa la secretaría general del PP, el político de Cieza ha apagado algunos fuegos y manejado con determinación y no poca habilidad ciertos contratiempos. Murcia, por ejemplo. Hasta no hace mucho, solo un puñado de ilustres, entre los que sobresalía Cayetana Álvarez de Toledo, cuestionaba la gestión de García Egea. Pero eso ha cambiado. Empezó a cambiar justo antes de las elecciones del 4 de mayo en Madrid y, a fecha de hoy, tras el descabellado enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso, la negligente torpeza demostrada en el proceso de renovación del Tribunal Constitucional y las insólitas maniobras destinadas a torcer los planes del presidente de Andalucía, la situación de don Teodoro es, como poco, dudosamente disculpable.

Ayuso no es la Thatcher, sino la Reagan española, un fenómeno de momento imparable contra el que los burócratas de la política no tienen la menor posibilidad

Isabel Díaz Ayuso no tiene demasiado que ver con Margaret Thatcher. Como certeramente ha apuntado la diputada Pilar Marcos, Ayuso no es la Thatcher, sino la Reagan española, un producto político directo, inteligible y transversal que conecta con todas las capas sociales; un fenómeno de momento imparable contra el que los burócratas de la política no tienen la menor posibilidad; una apisonadora a la que te subes en marcha o frente a la que corres el riesgo de morir aplastado. Y es del género tonto mandarle a Sol una fotocopia de los estatutos para que pare los motores. Puedes pedirle que te reserve el asiento del acompañante, incluso que cuando llegue el momento, tu momento, te deje conducir; lo que no puedes hacer es ponerte enfrente y pedirle que cambie bruscamente de sentido.

O te subes a ese carro, Pablo, o te quedas atrás. Tú, que abominaste de Abascal, vas a depender mucho más de Vox que Ayuso. Y sin el apoyo entusiasta de ésta, Pablo, no vas a tener nada fácil gobernar. Peor aún: si por causa de este incomprensible enfrentamiento, Pablo, no gobiernas a la primera, ya no tendrás una nueva oportunidad. Nadie de los tuyos te va a perdonar que te hayas puesto de perfil, que hayas desaprovechado esta oportunidad, que la ofuscación infantil de un sanedrín incapaz de interpretar correctamente la realidad termine por hacer imposible el muy saludable hábito de la alternancia política. Quizá, Pablo, has infravalorado a un Sánchez que ha laminado a sus teodoros, o los ha convertido en peones obedientes e inofensivos al servicio del líder y del partido. Quizá, Pablo, lo que ocurre es que cada día que pasa sin que tomes cartas en el asunto, es que el PP cada vez se parece menos a ti y más a tu particular Teodoro.

Transcribo a continuación la reflexión de quien fuera durante tres décadas jefe de Prensa del Consejo General del Poder Judicial, Agustín Zurita, que comparto plenamente, acerca de una polémica decisión que sienta un preocupante precedente y afecta al derecho que tienen los ciudadanos a una información libre y veraz:

“La decisión de celebrar a puerta cerrada todas las sesiones del juicio por el asesinato de Laura Luelmo es una preocupante resolución que afecta medularmente al derecho constitucional a una información plena y veraz, del que son titulares no los periodistas, sino todos los ciudadanos. Existen en nuestro ordenamiento jurídico mecanismos procesales para hacer compatible el derecho a la intimidad y la protección de las víctimas por ejemplo con el principio constitucional de publicidad de las actuaciones judiciales. Es fundamental que los medios ofrezcan una información veraz y responsable, alejada del sensacionalismo, pero no puede hurtarse a la sociedad el acceso a esa información”. (18 de noviembre 2021)

Y como demostración de lo que digo les reproduzco los dos artículos que con el seudónimo de Lucio Séneca le dediqué en los meses de marzo y abril.

  

TEODORO EL «COMPRA-VOTOS»

 

Que el «camaleón» Cantó haya entrado en la lista, y además en un puesto de sueldo seguro, de Isabel Díaz Ayuso no es lo grave (aunque eso ya está consiguiendo que muchos madrileños que ya pensaban votarla estén reconduciendo su voto hacia VOX), lo grave del «caso Toni Cantó», en mi criterio, ha sido que el «fichaje estrella» lo haya realizado Don Teodoro, el «compra-votos» y más grave aún que haya sido él el que se lo ha impuesto por bandullos, porque eso significa que para Génova 13 Doña Isabel sólo es una marioneta, un peón (en el ajedrez no hay «peona»)… con lo cual se está demostrando que votar a la hoy, todavía, ocupante de Sol, es votar al Eteocles («A cualquier precio el Poder jamás es caro») y al «rastrero» de Murcia (el que compra y vende en el Rastro) y eso nunca se sabe dónde conduce o puede conducir, pues un voto en manos de la «pareja cobarde» es un peligro, ya que por alcanzar el Poder y entrar en la Moncloa los gaviotas son capaces de vender Madrid, España y hasta Sevilla (como ya vendieron a Franco y el Valle de los Caídos).

Y mi pregunta es ¿se le puede dar el voto a Isabel Díaz Ayuso sabiendo que quien manda es -o son- los «sinvergüenzas» (los que no tienen vergüenza) que, como ya están pregonando, son capaces de pactar con el «Soso» Gabilondo antes que hacerlo con VOX?…

Señores, amigos, compañeros, camaradas, isabelinos, ciegos, pues yo lo tengo claro: antes de darle mi voto a Doña Isabel Eteocles Teodoro se lo doy encantadísimo a Doña Rocío (de VOX me fio, aunque no sea mi Partido)… o me voy de «Ejercicios espirituales» con José Antonio al «paredón» de la cárcel de Alicante.

¡Ah, y quien dude o piense que me estoy pasando con el «compra- votos» que se den un viaje por Murcia y les pregunten a los diputados de Cs Juan José Liarte, Francisco Carrera y Mabel Campuzano cómo los compró el «rastrero» la noche del 17 al 18 de marzo para no perder el Poder en Murcia. Con nocturnidad y alevosía… no se les puede dar el voto en Madrid. (29 marzo 2021)

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EL «COMPRA-VOTOS» DE MURCIA

Ojo, de entrada tengo que decir y digo que yo no estuve en Murcia la noche-madrugada del 17 al 18 de marzo y que, por tanto, lo que voy a contar es lo que me ha contado un pajarito que si estuvo allí y vio y oyó casi todo lo que hizo y dijo el Señor Secretario General del PP, Don Teo (desde aquel día «Teo el compravotos») desde que llegó de Madrid, «asustao», «cagao», «acojonao»… y, eso sí, con un talonario en blanco para disponer de «lo que haga falta».

Pero, veamos cuál era la situación de la Moción de Censura que habían presentado contra el Presidente de la Comunidad, Señor López Miras, barón destacado del PP, el PSOE y «Cs». O sea, 17 más 6= 23. Triunfo asegurado al tener 22 más 1… y pérdida de la Comunidad, después de 24 años de predominio de los conservadores… Y el pánico que se apodera de Génova 13, tras el DESASTRE total de Cataluña y con un negro horizonte por delante parara el cobardica Casado-Eteocles 2.

Y es en esa encrucijada cuando el TEO coge el coche y se planta en su Murcia natal, con el talonario de los sillones en la mano, y se va directo a la busca de Doña Isabel Franco, que aunque es Vicepresidenta,, por el pacto que el Cs tenía con el PP, había firmado, con sus otros 5 compañeros, la Moción que de triunfar le daba la Presidencia a su compañera Martínez Vidal… y con la Franco ya en plan tránsfuga (con la promesa firmada de seguir como Vicepresidenta) repasan las posibilidades de convencer, al menos a otros 2, que son los que el PP necesita para evitar el nuevo desastre y tal vez la dimisión de Casado-Eteocles… y el gran TEO no lo duda y se va en busca (ya de madrugada, porque el tiempo es oro) de otro «posible» (Don Francisco Álvarez) y antes de saludarse ya le está ofreciendo una Consejería, un buen sueldo y coche oficial (de ahí quizás que el portavoz del PSOE le dijera en pleno debate: «y tú, que te has pasado la vida vendiendo chorizos a ser un chorizo con coche oficial» te callas») y otro voto que cae en la talega. A Don TEO ya sólo le falta 1 (dado que cuenta como fijos los 16 suyos, más 3 de VOX, más 1 de un VOX expulsado, más los dos tránsfugas que ya ha «conquistado», con su labia castelarina y su talonario de sillones, del Cs) y sudando, con un nudo en la garganta y viendo perdida la guerra, asalta a una dudosa Valle Miguelez, que en principio dice que ella ha firmado la Moción y no puede volverse atrás, que ante los argumentos Patrióticos, Democráticos y de Paisanaje… y la promesa por escrito de hacerla Concejera de Turismo y Cultura…y sueldo europeo y coche oficial con chófer. ¡La repera! ¿Y qué iba a hacer la pobre Valle Miguelez?… Total: 23 votos en contra de la Moción PSOE-Cs y 21 a favor… y Don Teo y Don Pablo gritando a dúo:

«¡Españoles, aquí ha comenzado la reunificación del CENTRODERECHA!!!… EL PP Y CASADO A LA MONCLOA.

Pero, yo, humilde votante en Madrid, que estoy dudando si votar al PP o a VOX, me estoy preguntando si sería inteligente darles mi voto a unos señores que son expertos en comprar votos. Doña Isabel o se quita usted de encima a esos «compravotos» o voto a Doña Rocío. Así de claro. (3 abril 2021)

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.