11/05/2024 22:06
Getting your Trinity Audio player ready...

Dejemos los parecidos racionales porque ambos pueden describirse como bestias autómatas, regidos por una insensible incapacidad racional de ser que nos adentraría en profundas suposiciones sobre la enfermedad no diagnosticada de la ponzoña del alma: una enfermedad cuyos perjuicios los padecen quienes rodean a estos seres que pueden calificarse de inhumanos, en cuanto a la bondad o empatía comporta la definición de humanidad. Más bien los parecidos son irracionales, porque ambos parecen estar establecidos en el carácter psicopático, cuando sólo los diferencia el grado de contento que necesita un ser desalmado para no manifestar el potencial criminal-si Daniel Sancho no hubiese sido arrestado, según los policías habría cometido otro crimen-o encubrirlo en tanto vea satisfechos sus caprichos ególatras, incompatibles con la normalidad de la convivencia, caso de Sánchez. Daniel Sancho ha asesinado con frialdad y ha descuartizado a la víctima, en tanto Pedro Sánchez provocó impunemente un gerontocidio que mató a nuestros padres y a decenas de miles de personas, además encubiertas para que las escandalosas cifras de la muerte no entorpezcan sus planes de apoltronarse en La Moncloa. Prohibió ilegalmente velarlos y nos obligó, delictivamente, a enterrarlos en soledad. Sobre la Tierra le quedarán causas y acaso un día las pague, pero después de muerto se iniciará su verdadera condena.

Si Daniel Sancho ha sido sorprendido por la Policía de Tailandia, a Pedro Sánchez le ha encubierto vergonzosamente la complicidad jurídica, echando balones fuera de querellantes en busca de Justicia verdadera por los Seres Queridos ejecutados protocolariamente  en el 2020. Desde entonces su rastro delicuescente nos lleva a estos tiempos en que no disimula el intento de atentar contra el propio Estado mediante un golpe institucional.

La racionalidad no sólo es la facultad de pensar sino de pensar bien, dentro de los parámetros de normalidad que se le supone a un ser sin patologías como las que expresamente reflejan el descuartizador de Tailandia y asimismo el sátrapa ridículo de La Moncloa, un pobre diablo que sin la estúpida aquiescencia de una España secuestrada estaría en tratamiento psiquiátrico o al borde del suicidio por no poder llevar a cabo sus enfermas ambiciones y codicias  personalistas. Seguro que en principio, para establecer los parecidos entre el descuartizador Daniel Sancho y el genocida Pedro Sánchez, está el poder de influencia para manipular al antojo las estrategias sociópatas que uno y otro desarrollan en circunstancias distintas pues, a diferencia de Daniel Sancho, Pedro Sánchez dispone de un poder omnímodo y corrupto para encubrir sus múltiples aberraciones gracias a la comparsa política y judicial que acompaña como cómplices sus devaneos constantes con la criminalidad. De ahí que el nieto de Sancho Gracia esté manifestando con patética condescendencia su voluntad para cooperar con las autoridades para esclarecer el asesinato que podría llevarle a la ejecución como criminal confeso, porque él no dispone de otro poder que el del entreguismo para aliviar su segura condena. Lo que nos lleva a la diferencia con Pedro Sánchez, pues si uno es criminal confeso que se rindió ante la evidencia de las pruebas que le delataban, el otro se encubre con la maligna entrega de la Justicia para justificar o encubrir sus múltiples crímenes. Siendo más lo que los asemeja que lo que los diferencia, es notable la consecuencia de que un psicópata tramposo camufle la intención criminal por la intervención torticera de la Justicia para seguir siendo presidente de una España secuestrada, incluso por indetectable, todavía, fraude electoral. La realidad es que uno y otro son psicópatas y presuntos asesinos, a pesar de las evidencias, y sólo les diferencian las circunstancias de poder e influencia mientras le asistan a Pedro Sánchez en tanto no las pierda como Daniel Sancho cuando maniobraba ufano, repartiendo pedazos del cuerpo de Edwin Arrieta por Tailandia, pensando que nadie le iba a descubrir.

Escudriñando los orígenes de sendas psicopatías, los parecidos entre Daniel Sancho y Pedro Sánchez estriban en el  nido en que fueron criados. Una vida fácil y ser bien parecidos son el complemento perfecto para crear seres indiferentes al sufrimiento del mundo y llamados a multiplicarlo. Uno como descuartizador, otro como ser marginal sin escrúpulos con la influencia alcanzada por la trampa, la mentira y la traición.  Aprendiz de la corrupción, no podía esperarse menos de Pedro Sánchez cuando alcanzó la maestría psicopática que le lleva a gobernar torticeramente España. La falta de valores inherentes a una educación frívola y aislada del mundo real, la estrambótica irrelevancia de la moral en el crecimiento de un niño, la ausencia del dilema de la conciencia para elegir entre el Bien o el Mal dan como resultado monstruos de vida fácil, ausentes de los compromisos de la honra y la nobleza, pues si no los hay durante la educación no es esperable en el crecimiento del futuro sociópata que vive en un mundo paralelo, donde el mal es un apoyo para crecer sin escrúpulos y con potencial criminal.

Ninguno de los dos es inteligente, pero a medida que las circunstancias lo permiten son proclives a la acción inmoral y a la contemplación del crimen como propósito para aventajar al resto de la sociedad de la que se sirven, en tanto convenga antes de traspasar los límites de la sensatez. En el caso de Daniel Sancho Bronchalo, la codicia, el dinero ganado taimadamente y la expectativa de no salirse con el propósito inicial de una presunta estafa, le inspiró el asesinato como una cuestión práctica; como práctica fue la estrategia de descuartizar el cuerpo de Edwin Arrieta para borrar las huellas del crimen. En el caso de Pedro Sánchez y sus múltiples crímenes, como el asesinato de nuestros padres y de decenas de miles de personas encubriendo la cifra de fallecidos, hay cómplices necesarios atentos a echar los balones fuera de la responsabilidad criminal, frenando las querellas desde la Fiscalía General del Estado que, como bien se sabe y anunció, depende de él. La impunidad da alas al psicópata cuando no es penalizado y en consecuencia nos encontramos en la tesitura de que sus codicias y egoísmo personales, carentes de conciencia, aspiran a reeditar una legislatura torticera incluso atentando contra la Jefatura del Estado y el Estado de Derecho. En parte, porque sabe que no pueden descubrirse los muertos debajo de las alfombras monclovitas y del PSOE de estos cinco años en pleno, so pena de que la evidencia le lleve esposado ante tribunales fuera de su influencia sectaria, y porque su enfermiza ilusión de creerse dueño de España en el desconcierto de la irrealidad, podría llevarle a la autodestrucción en caso de que no pudiera volar en su Falcon pagado por todos los españoles.

LEER MÁS:  La clave de la independencia del Poder Judicial. Por Enrique Miguel Sánchez Motos

Psicópatas de libro , alguno diagnosticado oficialmente y otros porque la evidencia de las actitudes los delatan. Como es el caso de Daniel Sancho Bronchalo y Pedro Sánchez Castejón, exponentes de la psicopatía en una España enferma de estupidez, complacencia y putridez moral donde algunos infectos intentan blanquear a los criminales, por pura convicción de malignidad en el caso de uno que se juega la vida en Tailandia, o por estar prostituidos a las órdenes de la madame de este burdel en que se han convertido los medios de comunicación a sueldo de La Moncloa okupada.

Muchos son los parecidos entre uno y otro, monstruos amorales los dos, la gran diferencia es que uno ya está arrestado y el otro todavía no.

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
https://www.linkedin.com/in/ignacio-fern%C3%A1ndez-candela-59110419/
Suscríbete
Avisáme de
guest
5 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
Geppetto

El chaperismo maricon es el nexo de union

Aliena

Después de Felipe González ( y a mí que me suena que «alguien» le llamó «Señor X» haciendo referencia al GAL… ) y de Zapatero – haciendo un quiebro y pasando por Solana, el que ordenó bombardear Belgrado a lo bestia – no sé dónde está la novedad. Por mucho que se empeñen ustedes en blanquear a los socialistas de antaño, sí, ésos que hoy cacarean como gallinas cluecas y a quienes ustedes alaban que es un primor.

el Blues

Buenas Sr. Director, le escribo por aquí, por que no localizo «cartas al director» o algo así. Quisiera saber si volverán a publicar Patxi Balagna Ciganda y Claire Gruie. Un saludo

el Blues

Muchas gracias.

5
0
Deja tu comentariox