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Asistimos el pasado día 16 de julio, festividad de Ntra. Sra. del Carmen, a un acto de estado en homenaje a las víctimas del Covid 19 en la plaza de la Armería en Madrid. Un acto organizado por el Gobierno socialcomunista y presidido por S.M. el Rey. Un acto que ha llamado mucho la atención por las características del mismo y por el como se desarrolló. No son pocos los que observaron numerosos detalles que lo hacían muy similar a una clásica tenida masónica. No soy experto para nada en esos rituales. Mi experiencia respecto a la masonería se limita a un breve curso monográfico al que asistí recientemente en la universidad del CEU y a una extraña amistad con un antiguo amigo iniciado en la Gran Logia de España, la que se ubica hasta donde yo sé en la calle Lázaro Galdiano de Madrid.

Por supuesto que no estoy en condiciones de afirmar que dicho acto fuera como se ha dicho un acto de carácter masónico pero aquí si cabe recordar ese dicho tan manido de que si un ave anda como un pato, nada como un pato y vuela como un pato es que sin duda es un pato. Todo apunta a ello evidentemente.

¡ Inaudito! Una tenida masónica en el Palacio de los otrora conocidos en la cristiandad como los Reyes Católicos por excelencia. No hay duda que, de ser así, este hecho constituye un hito histórico de envergadura sin duda celebrado en las Grandes Logias mundiales. Y lo es por varias razones : la primera de ellas por conseguir que por primera vez en nuestra historia, la España, hasta no hace mucho referencia siempre de un catolicismo acendrado, celebre un acto de este tipo y la segunda por hacerlo en un sitio tan emblemático como lo es el Palacio Real y además en un día tan señalado como es la festividad de Ntra. Sra. del Carmen.

Es posible que todavía haya alguien que desconozca quien fue Jakin Boor. Fue en octubre de 1981 cuando la Fundación Nacional Francisco Franco desveló que el autor de un libro denominado “la Masonería” escrito por Jakin Boor no era otro que el mismísimo Generalísimo Franco. Libro reeditado en el año 2003 por José Luis Jerez Riesco de quien tomo prestados algunos conceptos y criterios.

Es conocido que Francisco Franco hizo de la lucha contra la Masonería una de sus claves políticas hasta el punto de que en la temprana fecha de septiembre de 1936 – apenas dos meses después del Alzamiento – dictó un bando declarando contrarias a la ley a la Francmasonería y a otras asociaciones clandestinas. Franco estaba convencido de que la Masonería había sido una de las causas principales de la decadencia histórica y de la degeneración política de España; de hecho pocos historiadores serios dudan de que la Masonería no fue ajena en el proceso de liquidación y disolución del Imperio Español. Tampoco debe llamar la atención al profano esta actitud toda vez que la propia Iglesia católica se ha pronunciado y condenado canónicamente reiteradas veces a la Masonería. Los Papas Clemente XII, Pio IX, León XIII y más recientemente Benedicto XVI lo han hecho sin tapujos. Y si lo han hecho es porque para la Masonería el enemigo principal y antagónico a sus creencias ha sido siempre la Iglesia católica. Y recordemos que Franco fue siempre un fiel discípulo de esta doctrina.

La infiltración de la Masonería en la política española viene ya de lejos; de hecho en las Cortes de la República de sus 470 diputados 280 escaños estaban ocupados por masones reconocidos y masones fueron entre otros Azaña, Lerroux, Martinez Barrio, Portela Valladares, Casares Quiroga, Giral , Fernando de los Rios y ¡ como no ! También Lluís Companys… etc. Nada tendría de malo el pertenecer a esta secta o a cualquiera otra sino fuera porque los iniciados en ella se deben ante todo al dictado y unísono de las instrucciones impartidas por la Logia sin resquicios de ideas propias. Lo que dice la Logia se antepone siempre al deber de cualquier político con su nación. O dicho de otra forma : el poder que ejerce la secta sobre sus miembros y la obediencia ciega debida por estos hacen que desde sus puestos de gobierno prevalezca aquella dictadura sobre la voluntad de los pueblos y la conveniencia de las naciones. He ahí el mal de esta organización, o como se llame, toda vez que su objetivo – ya lo he dicho – es fundamentalmente la destrucción de la Iglesia católica. Y es por eso que España fue siempre su enemigo mortal.

La Masonería no improvisa, no tiene prisa, sus designios son trazados meticulosamente en elaborados planes estratégicos por los poderes “invisibles” para el gran público y que no son otros que los que controlan los llamados poderes fácticos que mueven los hilos de la historia mundial y de la economía financiera y especulativa.

Son muchos los que inocentemente piensan que todo esto es cosa del pasado sin darse cuenta de que la Masonería evoluciona. Hoy la vemos con  más fuerza que nunca en lo que denominan Nuevo Orden Mundial o neopaganismo. Ideas que buscan la desaparición de los estado nación con un proyecto mundialista financiado por las grandes entidades del mundo como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o las Bancas Rotchild o Rockefeller.

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Francisco Franco, como también lo había sido Alfonso XIII, fueron, en España, sus grandes enemigos. La venganza de la secta fue terminante en ambos casos.

Leo que el 60% de los componentes de la Asamblea de Europa son masones. Ignoro cuantos hay en España en nuestro Parlamento. Incluso en la denominada derecha, donde haberlos haylos, lo que explicaría su puesta de perfil en la defensa de la vida, su apoyo a la ideología de género o su débil oposición a la Ley de Memoria Histórica.

Sí, Jakin Boor, o sea Francisco Franco, nos alertó incluso en su postrer testamento cuando nos decía “que los enemigos de la civilización cristiana y occidental estaban alerta”.

Parece que los tenemos ya hasta en la plaza de la Armería en Madrid adorando al Dios fuego. Y hago un inciso aquí puesto que como dije antes yo no sé que hay de cierto en esta sospecha de que dicho acto fuera una tenida masónica. No lo sé. En cualquier caso, si no lo fuera, entonces sus participantes – TODOS – serán serios candidatos al récord “Guinness” de horteras del año.

Jakin Boor tenía razón y nos lo avisó. 

Autor

General Chicharro
General Chicharro