
Manolo Oyonarte está exponiendo en Madrid. La obra de Oyonarte que da contenido a esta exposición se puede visitar en el .Museo Neomudéjar. Con el lema “Nenufares y Twombly” abre el artista la colección que nos ofrece. Este evento cultural de primer orden en Madrid se prolongará hasta el día 18 de marzo.
Oyonarte hoy día es una de las figuras prominentes de la pintura a nivel mundial. Los coleccionistas más importantes pugnan por incorporar un Oyonarte a sus colecciones. Los inversores en arte tienen a Oyonarte como objetivo prioritario de sus operaciones financieras.
Oyonarte es un arquitecto de prestigio. Es profesor universitario. Es doctor en Filosofía y doctor en Bellas Artes.
Ha dictado conferencias en multitud de universidades y sus exposiciones han sido admiradas tanto en Europa como en América.
Pero Oyonarte lo que es y lo que se siente es pintor.
“Es pintor de largas horas de reflexión en el estudio, cada una de sus obras no es el producto de una idea feliz, sino de la reiterada vuelta de la mente sobre la obra. En esas largas horas de lucha contra sí mismo en la ardua tarea de la creación, Oyonarte sufrió constates metamorfosis. Digo metamorfosis porque me resisto a creer en ese banal concepto que se usa para hablar de los artistas que es el de evolución”.
¡De casta le viene al galgo! Millones de visitantes contemplan extasiados las vidrieras de la catedral madrileña. Ellas son hermanas de Manolo Oyonarte, pues tuvieron el mismo padre.
“En casa de Manolo, todo sonaba a arte, a genio de artista, a increíbles historias de pintores y sus vicisitudes. A lamentaciones sobre los sinsentidos y las injusticias que soportaban grandes artistas amigos, o críticas a la falsedad acomodaticia de otros que se vendían a las modas y al mercado por un poco de fama”.
Decir Oyonarte es decir pintura abstracta. Decir pintura abstracta es decir liberación de la realidad.
Durante siglos la realidad había sido maniatada por las interpretaciones que de la misma hacia el hombre. Durante milenios el hombre había encorsetado a la realidad en las estrechas fajas que le imponían sus estructuras cognitivas. Continuamente, en nuestro diálogo con la realidad, los humanos habíamos encarcelado a la materia entre los barrotes de nuestra propia y peculiar barahúnda emocional.
“Oyonarte busca el sentido común estético llamado en términos kantianos desconocida raíz común, o en el psicoanálisis de Jung inconsciente colectivo. Es una tarea titánica a la que muchos artistas se han sentido llamados. Es lo que Kandinsky llamaba lo propio del arte. Romper las barreras que podrían estar vedándonos el acceso a las barreras comunes de lo bello. Esas que el academicismo pretendió encarcelar bajo un pesado cerrojo de normas racionales y que hoy buscamos precisamente procurando escapar de las formas tradicionales de razón, buscando otras formas de pensar las bases universales del juicio estético”.
Siempre los humanos habíamos actuado así. De forma constante los hombres habíamos nombrado carcelero de la realidad al “yo”. A nuestro “yo” raquítico y minorado. Y de este modo, día a día, el hombre iba encerrando más y más a la realidad tras las figuras nacidas en sus dispositivos perceptivos; enterrando a la realidad debajo de los paradigmas por él engendrados, ahogando a la realidad en los modelos interpretadores por él creados. Confundiendo sistemáticamente a la realidad con las intelectualizaciones a las cuales, la realidad, es sometida en la mente humana. Sin darse cuenta de que esto es válido, tanto para la ciencia, como para la filosofía. Nunca para el arte, Para los conocimientos que persiguen constreñir a la realidad en meros modelos interpretadores de la misma, soñando que, de este modo, la comprendemos, la poseemos y la dominamos. Y sobre todo la utilizamos. Sin percatarnos de que empaquetar a la realidad en conceptos, en axiomas, en leyes, en teoremas, en paradigmas y en razones es “no entender que de la actitud del artista frente a la obra depende abrirla a la universalidad o condenarla a seguir ahogada por la singularidad de quien la crea (…) y que cuanto más tarde entre en el proceso la voluntad del artista de alterar el curso natural de los acontecimientos plásticos, más posibilidades tendrá la obra de acercarse a lo común de los humanos, de ser arte.”
Actuar de modo contrario es abortar en la realidad el misterio del cual está preñada. Es arrebatar a la realidad su secreta esencia. Es desnudar a la realidad del enigma que la viste. Es purgar a la realidad del arcano del que se nutre. Es extirpar de la realidad el interrogante que en su seno alberga. Es desvestir a la realidad del perpetuo cuestionarse humano con el que se arropa, se oculta y se tapa. Es en definitiva, raquitizar el océano por el que lo humano universal navega.
“Comenzar con las manos atadas por un proyecto asegura al mercado que lo que presenta el artista se va a ajustar a lo establecido previamente. El arte domesticado no da sorpresas desagradables a los agentes culturales (no parece algo diferente a lo que están promocionando) pero no es arte.”
Y es a esto a lo que los pintores de abstracto se oponen. Y es esto lo que los lienzos de Oyonarte abominan. Los cuadros de Oyonarte son ventanas por las cuales la realidad se asoma sin ataduras y sin preconfiguraciones. Por ellos la realidad se pasea sola y libre. Hiriente, desnuda y sin tapujos. Huérfana de figuras. Carente de modelos. Los colores sin forma fluyen. Sin origen. Sin metas. Se desparraman. Luchan y sin lastimarse se mezclan. Se camuflan y juntos resbalan y patinan por el lienzo goteando sus lágrimas secas.
Confiesa el artista: “En mis primeras obras realizaba manchas de colores, intentaba sacar lo que me sugerían, así fui haciendo mi inconsciente más poroso y me cree un imaginario personal, digamos que preparé un lenguaje subjetivo que me permitió en siguientes etapas trabajar más objetivamente desde las tripas”.
Y concluye el artista: “Algo tan elemental como partir de la mente en blanco para no contar lo sabido”.
En la obra de Oyonarte la vida explosiona. En los cuadros de Oyonarte la existencia camina sin compañía y perdida por las trochas que el misterio universal marca. Contemplar un cuadro de Oyonarte es bucear por los infinitos mares de lo ignoto. Es asomarse al abismo de lo inefable. En ellos la realidad repudia las palabras y los conceptos. Lo humano común y universal, sin indómitas subjetividades yoicas, aflora resplandeciente.
El lenguaje de Oyonarte es mudo. Sin sonidos su habla. El idioma que en su obra utiliza Oyonarte no tiene morfología ni sintaxis. La pintura de Oyonarte es a veces grito, en ocasiones lamento, circunstancialmente queja, susurro. Sus cuadros son partituras en las cuales navegan la pregunta, la admiración y frecuentemente la interjección. La pintura de Oyonarte es exclamativa.
No puede ser de otro modo. En sus lienzos Oyonarte abre los balcones para que la realidad a ellos se asome. Y en el seno profundo y lleno de la misma, los elementos hacen perpetua su exclamación ante el misterio que su existencia proclama y a lo humano inunda.
Oyonarte con sus cuadros clama ante el cosmos que le embriaga y que no abarca. Oyonarte con sus cuadros protesta con silenciosos alaridos su abandonada soledad en un evanescente y hueco teatro, en cuyo escenario fugaz y vacío solo existen falsos y caducos decorados de cartón, entre los cuales se mueven mendaces y efímeros disfraces de papel. Oyonarte, en sus cuadros se pregunta y, a gritos desesperados, lanza sus interrogantes y solo el silencio le responde.
El descreído Oyonarte está borracho de misterio y en sus lienzos lo vomita, y con prodigiosa genialidad lo pinta.
Quizás Oyonarte, con su pintura informe y genial, sin él mismo saberlo, lo que hace es rezar.
NOTA
Las citas resaltadas en el texto están tomadas del libro OYONARTE; REALIDADES SIN NOMBRE en el que el artista describe su proceso creativo. Publicado por ZASBOOK en Madrid (2022)
Autor

Últimas entradas
Actualidad19/02/2025Nenúfares y Twombly. Por Juan José García Jiménez
Actualidad14/02/2025La espina (En el Día de los Enamorados). Por Juan José García Jiménez
Actualidad12/02/2025Nota urgente: se buscan 125.000 millones de dólares. Por Por Juan José García Jiménez
Destacados22/01/2025La singular profecía. Por Juan José García Jiménez