19/11/2024 02:39

Resumen

En el siguiente artículo exploraré a C. Fabro, su descubrimiento del esse intensivo y su postura, como el de muchos de sus seguidores, de proponer al esse intensivo el único y verdadero principio del tomismo. En esta problemática no me ocuparé de precisar con mucho detalle las doctrinas involucradas (no es el formato adecuado para tales pretensiones), pero deja las líneas abiertas para advertir de una apropiación del tomismo, la reducción del tomismo a una doxología y la necesidad de una nueva definición de tomismo que permita la evolución y crecimiento de la filosofía del angélico doctor sin dejar atrás, sino más bien: dándole su debido lugar, a los grandes príncipes que siguieron a Santo Tomás.

Introducción

Es evidente que al hablar de tomistas y tomismos muchos autores con diversidad de opiniones suelen salir a la palestra, sin embargo, cabe preguntarse ¿qué es lo que le da unidad a tal diversidad para formar parte del tomismo? En mi artículo titulado “Francisco Suárez es Tomista (Parte I) – Tomistas y tomismos, llego a la conclusión de que “el tomismo es la filosofía de Santo Tomás entendida en su espíritu, a saber, en sus líneas fundamentales, en sus principios y en su método”1, pero hay algunos que están precisando esta sentencia de la siguiente manera: la esencia del tomismo es el tomismo intensivo de Fabro. ¿En qué consiste esta proposición?

C. Fabro y descubrimiento del esse ¿auténtico?

C. Fabro se hizo muy conocido por aquel libro de más de 600 páginas de pura y dura metafísica que aparecieron rápidamente en italiano y francés que se titula “Participación y causalidad según S. Tomás de Aquino”, donde plantea que “La noción tomista de esse… es la noción de acto puro” (Fabro, p. 198) y que la metafísica tomista es “théorie de l’être comme acte de l’étant”2 (Fabro, p. 51). Él aquí va más allá de un esse como existencia, porque oculta al esse mismo, sino más bien hace referencia a un “l’esse comme positivité absolue et acte de toute forme” (Fabro, p. 169), a saber, “La novedad de la metafísica tomista reside en el esse como positividad absoluta y acto de toda forma3 (Fabro, p. 169). La originalidad de la metafísica tomista se apoya en este paso hacia el límite del esse funcional aristotélico al esse subsistente supremo, o en esta promoción metafísica del esse formal aristotélico que aún no es el esse real subsistente (Dios), que siempre y ante todo es y da a todos los otros seres el ser y el existir4 (Fabro, p.280). Fabro ha llegado a lo abstracto de lo abstracto y he allí su descubrimiento, un esse lo más abstracto posible y el ente quedaría como algo en particular (Fabro, pp. 243-253). Este descubrimiento es y siempre debió ser el auténtico objeto adecuado de la metafísica tomista.

C. Fabro bombardea el tomismo

Tenemos que, hasta lo que he citado de Fabro, el esse es acto, pero ¿qué acto? Fabro va a rechazar enérgicamente que el esse no es un acto de la existencia, pues esta es la que ha ocultado al esse prístino. ¿Pero quiénes son los responsables de tal ocultamiento y encarcelación del esse? Todos los tomistas antes que él, y con ello tanto los de la escuela tomista y los que proclamaron a S. Tomás como su maestro (Suárez entre estos). Todos los anteriores a él, que poco le faltó de tildarlos de desgraciados y bastardos por haber sustituído el esse-essentia por las fórmulas “bastardas (batardes) y desgraciadas (malhereuses) fórmulas (Fabro, p. 288), como essentia – existentia, esse essentiae – esse existentiae, ens possibile – ens actuale, y peor todavía esse essentiae – esse actualis existentiae.

Esta desviación entonces, según él, empezaría en la generación inmediata de sus discípulos (Ramberto de Primadizzi), siguiendo hasta nuestros días a través de Capreolo, Cayetano, Domingo Soto, Báñez, Juan de Santo Tomás, Zigliara y Maquart y Suárez, por citar sólo algunos ilustres metafísicos escolásticos. Es decir, todo aquel que se hizo llamar tomista, o tuvo la intención de tener por padre intelectual a S. Tomás habrían traicionado al mismísimo S. Tomás, no en algo accidental, sino en algo esencial.

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Fabro vs tomistas (¿incluyendo a F. Suárez?

Para Fabro es un problema gigante el que los tomistas anteriores a él hayan usado el binomio essentia-existentia en vez de essentia-esse, pues lo han relacionado al potentia-actus de Aristóteles (Fabro, p. 290). De este modo la esencia sería potencia y el esse el acto existencial, lo cual es igual a contraponer la esencia posible a la esencia actual, las cuales se distinguen entre sí sólo por el hecho de que la segunda añade a la primera el acto de la existencia. Y adivinen qué: ¡Este tomismo es lo mismo que acepta Suárez respecto de la esencia y la existencia! Pero esto no queda aquí, sino que, sin quererlo también nos ha dado un principio del tomismo a.F.5, la centralidad del acto y potencia en todas las nociones, haciendo de este binomio un principio tomista y la discusión si es distinción real o de razón con fundamento en la realidad una discusión que se desprende de este principio. Con esto, el tomismo a.F. o tomismo antiguo sí abarcaría a Suárez6:

El tomismo a.F. quedaría así:

Esencia Real7

En cambio, Fabro dice que este debería ser la contraposición, la verdaderamente tomista (Fabro, p. 291)

Fabro, de hecho, aquí explícitamente indica que la distinción entre esencia posible y esencia en acto y la existencia como realidad en acto del tomismo a. F. es incorrecto porque esto también lo admiten los que niegan la distinción real entre esencia y la existencia8 (Fabro, p. 307).

Tomismo prístino o tomismo Sui Generis

Hemos de ver que si asentimos al descubrimiento de C. Fabro como el auténtico y único principio tomista, hay dos consecuencias inmediatas, a saber, que si el tomismo es entendido en relación a los principios de Santo Tomás, y estos principios tienen sine qua non el esse intensivo (verdadero sentido del esse de S. Tomás) entonces el tomismo se reduciría a Fabro, siendo los demás o virtualmente tomistas (porque no tuvieron en cuenta el esse intensivo) o anti tomistas (bastardearon los conceptos del mismo Santo Tomás, a saber, su esse intensivo). La segunda consecuencia sería que el verdadero tomismo debe desanclarse de la lectura tradicional de Aristóteles, hasta de cierta manera debe dejar de lado el aristotelismo que se le ha adjuntado en la tradición, a saber:

para Fabro, santo Tomás no se limitó en absoluto a combinar de manera ecléctica líneas de pensamiento dispares. Al contrario, el padre estigmatino piensa que la promoción metafísica absoluta del esse obedece en santo Tomás a una elaboración personal y original de estos aportes. Para decirlo con más rigor y exactitud: no es que el santo Doctor haya encontrado su noción de esse en las fuentes, sino que leyendo e interpretando las fuentes fue pensando su noción de esse. Por eso es que se habla de elaboración personal. Como resultado de dicha elaboración el Angélico llega a una noción que no se encuentra en ninguna forma precedente del pensamiento y que contiene la convergencia y la superación a la vez del horizontalismo aristotélico y del verticalismo platónico.” (Ferraro, p. 25)

Esta consecuencia es terrible, pues deja sin suelo alguno a la larga tradición tomista y la reduce a una tradición errática tomista, es decir, todo era tinieblas hasta que llegó C. Fabro. Esto es muy al estilo de Lutero y el descubrimiento de la sola escritura, a través del cual pretendió enseñar que todo el cristianismo fue un error por desconocer u ocultar el principio sine qua non de todo principio que pretenda ser cristiano, a saber, la sola escritura.

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Conclusión

¿Alguien pretendería hacer ver a Báñez o a Cayetano como inauténticos tomistas? Es que pretender que este principio de todo principio tomista es hacer que sea un sine qua non para ser tomista, pero ya que nadie lo tuvo como tal ¡Nadie fue realmente tomista! Razón por la cual ni puede ser un principio de todo principio tomista ni principio esencial del tomismo, de lo contrario nadie sería tomista. Entonces, para evitar problemas monológicos del pensamiento de Santo Tomás, el tomismo intensivo no puede considerarse el verdadero tomismo, pues haría que nadie haya sido tomista alguna vez, sino más bien, sólo un tomismo Sui Generis, es decir, un tomismo que, en base a una hermenéutica del des-ocultamiento del ser, tiene su propia lectura, porque quizá, que el tomismo no avance, ni siga creciendo, se deba a que se resisten a verse como un tomismo más (he aquí un tomismo rancio). No nos podemos olvidar que el tomismo no puede reducirse ni a los textos ni a lo que el autor pensó, eso estancaría todo, ya no sería filosofía, sino doxología, a saber, la reducción del estudio de lo que alguien opinó.

Nota final: si queremos rescatar el tomismo debemos sacarla de la doxología en la que ha caído, para volver a ser la filosofía que siempre fue.

Bibliografía

Fabro, Cornelio. 1961. Participaion et causalité selon S. Thomas dÁquin. I. Lovaina, Paris: Béatrice-Nauwelaerts.

Ferraro, Christian. 2017. «La interpretación del esse en el “tomismo intensivo” de Cornelio Fabro». 2017, Espíritu, LXVI (153): 11-70.

Quequesana, Carlos. s. f. «Francisco Suárez es Tomista (Parte I) – Tomistas y tomismos.» ÑTV España. https://ntvespana.com/05/09/2023/francisco-suarez-es-tomista-parte-i-tomistas-y-tomismos-por-carlos-quequesana/.

Quequesana, Carlos. s. f. «Francisco Suárez es tomista (parte II) – Las XXIV tesis tomistas, s. 1.» ÑTV España. https://ntvespana.com/15/11/2023/francisco-suarez-es-tomista-parte-ii-por-carlos-quequesana/.

Por: Carlos Quequesana

1 Quequesana, Carlos. s. f. «Francisco Suárez es Tomista (Parte I) – Tomistas y tomismos.» ÑTV España. https://ntvespana.com/05/09/2023/francisco-suarez-es-tomista-parte-i-tomistas-y-tomismos-por-carlos-quequesana/.

2 Traducción propia: Teoría del ser como acto del ente.

3 “nouveauté de la métaphysique … l’esse comme positivité absolue et acte de toute forme.”

4 “L’originalité de la métaphysique thomiste prend son point d’appui dans ce passage à la limite de l’esse fonctionnel aristotélicien à l’esse subsistens suprême, ou en cette promotion métaphysique’ de l’esse formale aristotélicien qui n’est pas encore, a l’esse realel subsistens (Dieu), qui toujours et avant tout est et donne à tous les autres êtres d’être et d’exister.”

5 Tomismo antes de Fabro.

6 ¡La terminología del tomismo a. F. según Fabro es la misma manejada por Suárez! Y si es posible el debate entre Suárez y demás es porque tenían principios comunes.

7 Usa la misma terminología de Suárez en Disp. Met., II, s. 4, n. 9 y en XXXI, Sec. VI, pero hemos de notar que no habla exclusivamente de Suárez sino de todo el mismo anterior a él (¿lo está incluyendo sin que se dé cuenta?)

8 Vean aquí cómo él mismo se da cuenta que hay vocabulario y principios comunes entre Suárez y la escuela tradicional tomista ¡He aquí una unidad del tomismo clásico y tradicional que vale la pena revitalizar! Lástima que su animadversión contra Suárez y todo otro tomista le nubla la visión.

Autor

Carlos Quequesana
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