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Destacando lo principal, a saber, que España hace mucho que ha perdido la voluntad de conducirse con justicia -virtud sobre la que gira la vida moral-, que, partiendo del poder político, ha terminado por contaminar a toda la sociedad civil en cuanto a obrar bien. Vengamos a dar cuenta de quienes hoy quedan en evidencia ante el dictamen favorable y definitivo por parte del Tribunal Constitucional a la Ley del Aborto, vigente de facto desde el año 1985 (Ley Orgánica 9/1985, aprobada el 5 de julio de 1985), avalando íntegra la reforma de 2010:
1º. Que permite el asesinato del concebido y aún no nacido hasta la 14 semana.
2º. Amplía el plazo si hay ¡riesgos!
3º. Permite abortar a las menores de edad sin el permiso de sus padres.
4º. Garantiza que los asesinatos se lleven a cabo en la sanidad pública y en el hospital más cercano al domicilio de la autora.
5º. Y aborda una regulación de la objeción de conciencia del personal sanitario.
¿Quiénes quedan en evidencia por condescendencia manifiesta y manifestada, al menos, con esa “banda de forajidos” que es el Partido Popular?
Queda en evidencia, en primer lugar, la Conferencia Episcopal Española desde el 5 de julio de 1985, por no pedir la excomunión para Juan Carlos I, que firmó la ley criminal. Y por manifestarse hoy contra una cuestión que tenían olvidada en sus reivindicaciones, advertencias explicitas a los fieles y homilías. Queda en evidencia, decimos, aunque se sientan confortados por estar en línea con el mismo Papa Francisco, que no ha hecho mucho caso al asesinato del concebido y aún no nacido, pese a ser la gran matanza del último tercio del siglo pasado y de lo que llevamos de este, de cuya matanza dijo que “ya estaba bien de hablar sólo del aborto”, por lo que decidió que era más importante hablar de la defensa de la Pachamama. Algo verdaderamente insólito en el Vicario de Cristo, por cuanto el sufrimiento de los más inocentes es lo que más se parece a Jesús. Bien es cierto que en la elección de Jorge Mario Bergoglio no se dejó intervenir al Espíritu Santo -como vamos sabiendo-, sino a una “camarilla” de comprometidos con el Nuevo Orden Mundial. Lo que nos hace pensar a muchos católicos que estamos viviendo los días de la Gran Tribulación.
Y qué me dicen en el asunto del “protocolo” propuesto por VOX en Castilla y León, criticado en la COPE -la cadena radiofónica de la CEE-, entre otros por Carlos Herrera, que a lo más que ha llegado es al “tirón de orejas” por parte de monseñor Argüello, arzobispo de Valladolid, que ha sido uno de los pocos en mojarse sobre el tema, pero con el habitual tono condescendiente todos ellos: “parece una buena propuesta y deberíamos alegrarnos”. Siendo que el resto no pareció estar en esa sintonía, porque según ellos, estaba beneficiando al PSOE.
Hablamos de una Jerarquía adocenada, aturdida y cobarde. Salvo excepciones. Pongamos tres, todo lo más cuatro obispos.
Y quedan en evidencia, en segundo lugar, quienes formaron parte de los gobiernos de José M.ª Aznar y Mariano Rajoy, y de la dirección del Partido Popular, que, en un ejercicio de hipocresía supina, siguen sin apreciar culpa en la espantosa masacre del aborto, que no derogaron y que siguió practicándose en dichas legislaturas. Así pues, no caigamos en las redes de los Jaime(s) Mayor Oreja o de los Jorge(s) Fernández Díaz, a los que puede que veamos de acólitos de Rita Mestre, a poco que esta chica siga cambiando y no asuste a sus ojos castos que vuelva a enseñar las tetas en público.
¿Qué hacer ante esta realidad que hoy constatamos en tantos, que parece que nunca estuvieron en el lugar de los hechos? ¿Cómo comportarse hoy cuando la Justicia no aprecia conflicto entre el derecho y la moral en el asesinato de una verdadera criatura humana en el vientre de su madre?
Pues, seguir enjuiciando la realidad descrita por el amargo camino de la crítica, no caer en la simpleza de la indulgencia ante la espantosa matanza de tantos millones de seres humanos inocentes, y saber que quienes la propician y colaboran están engordando para ir al Infierno. Tres razones suficientes para seguir en la lucha.
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Es evidente
El ruido alrededor del aborto deja con el culo al aire a ese bandido con gafas llamado Feijoo, que ha pisado un charco enorme con su apoyo explicito a la ley y que no sabe como salir del paso sin dejarse millones de votos en el embite.
Feijoo ha asomado la oreja socialdemocrata y si VOX le aprieta un poco conseguira que muchos de sus votantes, a pesar de ser forofos desorejados del PP, piensen que apoyar el Aborto es demasiado hasta para ellos.