Muchos reclaman la vuelta del perjuro Juan Carlos, un crápula, vividor y traidor a la Patria. Por Miguel Sánchez

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Sin embargo, esos mismos que reclaman la vuelta del huido, para encubrir sus demasiados delitos. Esos mismos, gritan hasta desgañitarse, lanzándole vivas y rindiéndole pleitesía. Esos mismos, … son los que estuvieron de acuerdo en la infame e ignominiosa PROFANACIÓN, de su mentor

Es curioso, las varas de medir, que algunos patrioteros establecen, por encima de la lógica, de la justicia y de la historia vivida.

Mientras los profanadores, ROJOS, AZUELS Y AMARILLOS, habían destruido la imagen del mejor estadista que España ha dado, después de nuestros Reyes Católicos y sus descendientes, mientras sentado por todos que la figura del General Invicto, era deplorable, mientras se llevó a cabo, la mayor tragedia e injusticia de esta supuesta “Democracia”, en la que la mayoría malvivimos como podemos, mientras eso ocurría, ese PERJURO e insolente prepotente, estaba comiéndose un festín, sin mover un dedo, para defenderle.

No pronunció palabra y menos obra. No se le ocurrió decir la verdad, ni insinuar una pizca de agradecimiento. Él a lo suyo, como siempre a vivir a todo lujo.

Podría haber dicho, al menos: “No estoy de acuerdo con sacarle de la sepultura, que yo elegí, para su reposo eterno, aunque si la mayoría lo decide, allá ellos”

No dijo ni “MU”, que le importaba a él, si ya no podía volver a la vida y destronarle.

La ingratitud, está de moda, la mentira y la traición también.

Hay gentes, mejor dicho gentecillas de tres al cuarto, que solo le importan sus planes económicos y su jubilación con millones atesorados.

Está claro, que en esta época insólita y demoniaca, el que mejor se porta, es al que le caen todos los palos y de eso podría hablar yo mucho, pero no es el caso.

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Dicen, que ha sido un Rey Parlamentario, pero bien que actuó como Rey absolutista, cuando derribó al Régimen del General y al Movimiento del 18 de Julio, que pocos días atrás había jurado defender, ante la Biblia y un Cristo crucificado.

Esto me recuerda, al segundo FELÓN de esta maldita Dinastía, un tal FERNANDO VII, que después de meter en nuestro territorio a sus amigos incondicionales, los gabachos, estuvo allí en París, junto a Napoleón, arrodillado y suplicando entrar dentro de su familia, casándose con una sobrina suya, a lo que el “Emperador”, reaccionó, pegándole una gran patada en su trasero. Sin embargo, el populacho español de la época, le reclamaba como Rey y cuando volvió en olor de multitud, se arrodillaron ante él y fue Rey de nuevo, con el beneplácito de la mayoría.

¡VER PARA CREER!

¿Qué más tiene que hacer un reyezuelo para que le linchen?

¿Le perdonarías si matara a tu madre delante en tu presencia?

Para éstos diabólicos personajes, que todo lo perdonan y todo lo aceptan, como liberales e indeseables que son, creo, que hasta eso le perdonaría.

Mi General, pocos fuimos, pero luchamos allí en nuestro Valle, contra semejante infamia, allí frente a la nueva Guardia pretoriana de un ROJO, que aún no era Presidente del Gobierno.

Al menos, espero que Dios se lo demande y vaya directo al infierno, para así no dejar ni cenizas.

Porque los “hombres” y los paganos de la Conferencia Episcopal Venezolana, le sepultarán en la Catedral de Madrid, en sitio preferencial, quizás delante del Altar Mayor.

¡AL TIEMPO!

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.

Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.

Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas

Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.

Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.

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