05/10/2024 20:37
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Já, já, já… sí, es de risa, de risa de carcajadas, que la única condición que don Teo, el fullero compravotos de Murcia, todavía Secretario General del PP y manipulador de los despachos de Génova, le haya puesto don Casado a doña Isabel para “dejarle” que sea Presidenta de la Comunidad de Madrid, es que les entregue la cabeza de don Miguel Ángel Rodríguez, el MAR que hizo Presidente a José María Aznar, el MAR, tiburón de tiburones, domador de leones, cazador de buitres, martillo de serpientes, cauidillo de camaleones, confesor de pirañas, aguirre de niñatos y chiquilicuatres, alatriste de pelotas, larra de mariquitas, cela de ratas, franco de vagos y maleantes, garcía de chupópteros, descubridor de traidores y renegados y baroja de raleas variopintas…

Pero ¿cómo? ¿cómo es posible que en Génova teman más al MAR de doña Isabel que al gallego Feijóo que por el Centro les está llevando al desierto?

Naturalmente, doña Isabel se habrá reído a carcajadas cuando haya recibido la “condición” que le pone su amigo de las Juventudes para poder ser Presidenta, lo que el pueblo de Madrid ya le otorgó el 4-M con tanta suficiencia y poderío que Madrid se le ha quedado pequeño. Por contra en Génova tendrían que estar aplaudiendo y celebrando que el tándem que han formado doña Isabel y don MAR hayan sido capaces e incluso puedan ser capaces de vencer al monstruo de 7 vidas que habita en la Moncloa.

Increíble pero cierto. Don Teo, el fullero y compravotos de Murcia, el peor Secretario General que ha tenido el PP, el envidioso, el neutro, el cultillo, el hazmerreir de Ferraz, el muñeco del Toni Cantó, ya no duerme, y si duerme, duerme con la pesadilla de doña Isabel levantando los brazos apoteósicamente tras la victoria del 4-M en los balcones de Génova. Que Dios le coja confesado, porque su destino ya está marcado. En su pueblo de Cieza ya le están esperando con los brazos abiertos.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.