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Ciudad de México, 14 de abril de 2020.- Por Jorge Santa Cruz

Es hora de que las naciones hispánicas apliquen la legítima defensa en contra de los fondos buitre que —con Blackstone a la cabeza— les han empobrecido con la colaboración de los políticos —tanto de la izquierda marxista, como de la derecha liberal— manifiesta el economista español Guillermo Rocafort.

Entrevistado vía telefónica, explica que estos fondos —disfrazados de bancos de inversión— no sólo realizan labores especulativas y faltan a las reglas más básicas del mercado, sino que lavan dinero procedente del narcotráfico y de la corrupción política.

Donde entran —expone— se alteran la paz social y el orden económico. Y si lo hacen de la mano de los políticos, que son unos vendepatrias (como es el caso de los españoles), lo que tenemos al final es un cóctel explosivo.

El caso de España

Rocafort, quien es doctor en ciencias económicas y empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid,  dice que la opacidad de los fondos buitre, al menos en su país, se debe a la fiscalización asimétrica. Por ello, no contribuyen al esfuerzo común, aunque generen muchos beneficios donde se instalan. «El asunto es que tales ganancias son extraídas de forma totalmente insolidaria».

 

—¿Qué experiencias ha tenido España con los fondos buitre?

—Aquí, por ejemplo, en España,  han comprado cientos de miles de viviendas sociales para desahuciar a los pobres. Esto lo han hecho de la mano de partidos que se denominan izquierdistas, lo cual demuestra esa contradicción entre el político izquierdista que no es más que un lacayo del gran capital y la situación que viven sus votantes que son desahuciados.

En el anterior régimen, el del general Franco, se hicieron cinco millones de viviendas sociales y no se desahució a ningún obrero español; aquí está pasando todo lo contrario: han comprado a las administraciones públicas, comunidades, ayuntamientos y al Estado, cientos de miles de viviendas y entonces lo que han hecho, nada más al entrar, ha sido aumentar las rentas, multiplicar las rentas de alquiler —me refiero, por dos o por tres— buscando siempre el desahucio y quedarse con la propiedad, rehabilitarla y venderla a un precio mayor al que le ha costado.

Pero también están comprando millones y millones en deudas impagadas. Ellos en España han comprado créditos, préstamos que estaban impagados; los han comprado con carácter masivo, al por mayor, a los bancos porque lo que buscan es ejecutar las garantías hipotecarias y quedarse con las casas.

Ellos pagan el 5 por ciento de la deuda nominal y luego van a los tribunales a pedir el cien por cien y si no, ellos ejecutan la casa.

En el turismo van a entrar, desde luego, porque llegan buscando oportunidades, gangas, y depredan la economía.

Consiguen una rentabilidad elevadísima en un plazo de tiempo relativamente corto —3 o 4 años—, sacan de las naciones toda la plusvalía y, además, sin pagar impuestos, porque cuentan con la complicidad de las autoridades fiscales, de la agencia tributaria aquí en España, porque todas administraciones están vendidas a los dirigentes, a los mandamases, y así funcionan.

No ha habido ningún tipo de contrapeso. El estado de derecho es una falacia. El poder judicial está absolutamente colapsado. No hay contrapeso.

Portugal, otro ejemplo

Hace una década, más o menos, rememora Rocafort, un fondo buitre que quedó con la mayor cadena de hoteles de lujo de ese país hermano ¡a precio de ganga!

—¿Cómo fue esto?

—Pues bajaron el precio medio por noche-habitación, que es de 300 euros, a cien euros, con lo cual arrasaron a la competencia.

Con esto quiero decir que no sólo realizan labores especulativas, sino que no respetan las reglas más básicas del mercado que se basa en el principio de la buena fe y en el respeto a todos los operadores.

—Son como una plaga…

—Son como las plagas de Egipto: depreden el territorio, cesa la actividad económica, reina el desempleo, con todos los costes sociales de depresión económica, drogas, prostitución. Son entes que van buscando rentabilidades elevadísimas y ningún riesgo.

La legítima defensa

Autor de libros como El gran expolioMalas prácticas de los fondos buitre en España y La misión secreta, Rocafort tiene la convicción de que un Estado tiene el derecho a defenderse con las mismas armas que utilizan los fondos buitre. 

Hace énfasis en que la buena fe no es suficiente. «Se necesita ser peores que ellos. El objetivo es recuperar toda la información que mantienen en secreto y todo el dinero que han extraído y depositado en paraísos fiscales». Se pronuncia por hacer un inventario o una auditoría universal.

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—Su propuesta es poco ortodoxa.

—Mire: de lo que se trata es de saber cómo ha salido ese dinero, de dónde ha salido y, sobre todo, devolverlo a las naciones donde se limpió ese dinero porque, en última instancia, las plusvalías son de las naciones que las generan.

Los políticos nos hablan de la «mano invisible» de Adam Smith, de cómo se reajusta el mercado. El mercado exige regulación porque si no, el pez gordo se va a comer al chico.

Esto, en España, lo estamos viendo desde hace más de dos siglos, desde que se produjo la ruptura.

Yo tengo un estudio que precisamente señala que este tipo de fondos originalmente rompieron la unidad hispánica y de ser una unidad, un polo de referencia en todo el mundo, nos han dividido en pequeñas naciones que cada vez estamos peor.

El ejemplo de Soros

Entrevistado  desde su lugar de confinamiento, Rocafort prevé que la actual pandemia del coronavirus será capitalizada al máximo por los fondos buitre, los cuales viven de las tragedias ocasionadas por las emergencias sanitarias, económicas y militares.

—Estos fondos aparecen siempre que hay tragedia.

—El fondo buitre va allí, donde hay guerras, y donde hay enfrentamiento entre seres humanos para imponer sus condiciones. Apoyan a uno, fomentan la división y el caso paradigmático lo tenemos en George Soros.

El presidente del gobierno español se ha reunido durante cinco o seis veces con George Soros. Es el que le ha ido fijando toda la política económica y social.

¿Y qué ha hecho el señor George Soros? ¿Qué ha donado a España? ¡No ha donado absolutamente nada! Él está esperando su momento para seguir corrompiendo y financiando a sus elementos de agitación. Y así va a pasar con los fondos buitre. Muchos de ellos, sus agentes son parlamentarios y británicos.

Los hemos visto en la crisis catalana en España. Esta es una crisis provocada básicamente por el interés angloamericano de dividir a las naciones hispánicas y tenernos enfrentados entre nosotros.

Hay que hacer una reflexión y, sobre todo, poner coto y límites a este tipo de entes a nivel, por ejemplo, de la ONU.

La ONU no hace absolutamente nada. La ONU no es más que una empleada de estos fondos buitre. Mucho habla, mucho habla, mucho habla y luego vemos cómo, en última instancia, los está avalando con sus comportamientos.

La unidad hispánica

Rocafort, quien también tiene las licenciaturas en ciencias económicas y empresariales —por la Universidad Autónoma de Madrid— y en derecho —por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de España— propone la unidad de las naciones hispánicas como otra forma de defensa.

—En efecto, la política angloamericana ha dividido a las naciones hispánicas. Por lo menos desde principios del siglo XIX. ¿Cómo recuperar esa unidad hispánica?

—Por eso, la unidad es una necesidad. Me pregunta cómo. Bueno…,  vamos a decir que mediante una Confederación de Naciones Libres, independientes, pero con una posición común —por ejemplo— frente al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Y es que no puede ir el FMI de nación en nación, regañándoles y diciéndoles lo que tienen qué hacer.

¡Pues no, señores! A lo mejor las más de veinte naciones hispánicas nos unimos, como estuvimos hace más de dos siglos. Las cosas podrían cambiar y, sobre todo, recuperar nuestro sector productivo, y, en última instancia, dar prosperidad y una posibilidad de desarrollo vital a nuestros conciudadanos que son, en última instancia, los que pagan esta rapiña de los fondos buitre y los paraísos fiscales.

Que cada una tenga su propia política internacional, independiente, a fin de que deje de estar sometida a Estados Unidos, como ha sucedido con España.

Dejemos de ser lacayos de los norteamericanos, o de los ingleses, los franceses o alemanes.

Perder el miedo

Rocafort asegura que los fondos buitre son los que atacan los derechos humanos en el mundo. Por eso, los define como el enemigo. Sobre todo, de naciones que tienen una gran tradición e historia como España, México y Argentina.

—¿Qué prevé usted que hagan los fondos buitre para aprovechar los efectos de la pandemia de Covid-19?

—Van a causar tensiones en los mercados cuando la deuda pública se dispare. Ya veremos al final cómo nos colocan. Nos van a definir como bonos basura.

Ellos mismos ahora nos van a calificar, a las naciones hispanas; nos van a bajar sus grados de calificación y nos van a hacer bajar al infierno de Dante.

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Yo digo todo lo contrario: Somos nosotros, las naciones hispanas, las que unidas vamos a calificar a los fondos buitre, los vamos a identificar y vamos a empezar, poco a poco, a retraer de esos recursos lo que nos han quitado. Es invertir la situación.

Para eso necesitamos personas clarividentes: economistas, políticos, periodistas, gente patriota que quiera trabajar.

No hay qué tenerles miedo. Ellos nos enseñan sus fajos de dólares y piensan que así todos los mortales nos vamos a rendir, como se suelen rendir los políticos. No hay que tener miedo a lo que puedan hacer. Ellos sí que tienen mucho qué perder. Y nosotros tenemos mucho qué recuperar, que es la libertad y la posibilidad de que una nación se desarrolle.

En Europa lo estamos viendo con Rusia. Rusia no se rinde. No se ha rendido nunca a los fondos buitre.

Recuperemos las fuentes de producción, el petróleo, el gas y a, partir de ahí, generar riqueza para nuestras naciones.

Leyes de guerra contra los fondos buitre

Rocafort reconoce que es difícil saber cuánto han expoliado los especuladores supranacionales a las naciones hispánicas a través de sus fondos buitre y cuánto tienen depositado en los paraísos fiscales.

—¿Se puede proceder de manera ortodoxa para conocer esos grandes secretos? El reto luce difícil.

—Va a ser muy difícil, pero hay qué cuantificarlo. Y hay que empezar a aplicar criterios novedosos, poco ortodoxos. Y llegado el momento, uno de mis sueños —que a lo mejor es un delirio— es ver cómo se asalta Gibraltar o cómo se asaltan los paraísos fiscales y se echa mano de esa información.

Es un listado de cuentas bancarias. ¿Quiénes son los titulares de esas cuentas bancarias? ¿Cuánto dinero tienen ahí metido?

Sabemos que esa información existe porque la lista de Falciani —una lista que filtró un empleado de una entidad bancaria y financiera y que ha estado, además, en Europa, en los cajones de los ministros de Economía, porque en esa lista han estado metidos ellos mismos y sus familias y sus amigos— así lo deja ver. Entonces, hace falta conocer esa información.

—¿Cómo hacerlo?

—Tal vez una manera es como han hecho los Estados Unidos: otorgando una recompensa. Una recompensa de diez millones de dólares a quien nos dé la lista. Ya veremos entonces cómo esa gente que está deficitaria empieza a filtrar esa información.

Ha habido muy poca filtración. Además de la lista de Falciani, están los Panama Papers.
Ellos estarán inmunes hasta que se filtre esa información.

Y una vez que se halla filtrado, es tan fácil como reclamar a los nacionales de España —que tengan dinero en los paraísos fiscales— que repatrien los capitales  inmediatamente después de que la pandemia de coronavirus desaparezca. Y si no lo hacen, se les expropian, se les embargan los bienes que tengan en España

Hay que hacer leyes de emergencia económica, leyes de guerra, cuyo principal criterio sea la solidaridad. Si tú no eres solidario, pues mira, solamente te queda una solución: que te vayas (pero tus bienes se van a quedar expropiados, y con ellos se va a alimentar a la gente necesitada).

Esto no es comunismo. Esto es patriotismo. Que la gente se implique en la recuperación económica y cambie el paradigma del gran empresario español que no ha mirado por el trabajador español.

A los trabajadores hay que tomarlos con respeto y con dignidad, y hay cubrirles sus necesidades básicas, que son la vivienda, la alimentación y el desarrollo para sus hijos. Y eso solamente lo puede hacer un régimen patriótico.

Y que tenemos que tomar elementos del liberalismo y otros que sean, a lo mejor, del comunismo, pues hay que coger lo mejor de cada caso; pero el modelo económico tiene que basarse en la creación de empleo y el pago de salario. Este debe ser el paradigma. El lucro… como elemento secundario. Y al que no le guste la economía, que se cree otro país fuera de eso.

Autor

Guillermo Rocafort