21/11/2024 13:13
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Tal como están las cosas

cualquier salida es mala

O DICTADURA

DE IZQUIERDAS

O DICTADURA

DE DERECHAS

Por tanto, hay que devolver YA al «moderadito» Núñez Feijóo a Galicia, y darle YA el PP a Isabel Díaz Ayuso, aunque sea por Decreto, si queremos tener alguna posibilidad de victoria.

Para empezar les ruego que lean el artículo del columnista Jiménez Losantos (en «Libertad Digital») para que vean que ya no soy yo sólo, que ya somos muchos los que vemos esto negro.

¡¡Como en el 34, de momento, y con el 36 en el horizonte!!

Con la amnistía a los golpistas de 2017, nace, inevitablemente, la dictadura de Sánchez

Mural de Sánchez y Puigdemont besándose, obra del grafitero TVBoy

en la plaza de las Glorias en Barcelona

Hace mucho tiempo, los cubanos exiliados decían «vengo del futuro». Y nos reíamos. Hace algunos años, los exiliados venezolanos, insistían: «venimos del futuro». Y nos reíamos, pero menos. Pues bien, Santiago Auserón, «el futuro ya está aquí». Esta semana, en la apertura del Año Judicial, no había duda entre los allí presentes -en público silentes- de que estamos a las puertas de la destrucción del régimen constitucional.

El mecanismo de demolición del régimen del 78

Libertad Digital explicaba ayer el mecanismo de demolición de la democracia en España según los juristas dignos de ese nombre, no las togas corruptas cuya opinión depende de Sánchez. Para empezar, y de inmediato, «el Gobierno va a elaborar la Ley de amnistía. Es algo que se da por hecho y se espera conociendo a Pedro Sánchez. Es un proceso constituyente de facto, un cambio de régimen. Tendría que ser una proposición de Ley y no proyecto de Ley, al estar el Ejecutivo en funciones. Por tanto, no se pedirían informes a los órganos consultivos como el CGPJ o la Fiscalía».

Todos saben que la amnistía compra los votos de Puigdemont, y que de hecho deroga la administración de Justicia y todas las leyes que llevaron a la condena de los culpables del golpe de Estado de 2017. En la práctica, vemos que, para juntar los votos necesarios para la investidura, Sánchez se proclama Juez Supremo, por encima de la ley, la Justicia y del Estado:

«Se pretende expropiar a los jueces la capacidad de juzgar. El objetivo es hacer desaparecer la inhabilitación a los golpistas para que puedan volver a presentarse a las elecciones y que Puigdemont regrese a Cataluña».

La amnistía, impuesta por Puigdemont como condición para que sus diputados voten a Sánchez, y cuyo primer beneficiario es él, es técnicamente ilegal, porque un Gobierno en funciones no puede gobernar por decreto-ley, y está prohibida por la Constitución:

«La amnistía no cabe en la Constitución, sería necesaria una reforma. Es absurdo el argumento según el cual lo que no está prohibido en la Carta Magna, está permitido. El Ejecutivo tiene mayoría para volver a hacer una reforma en el Código Penal como cuando eliminó el delito de sedición y rebajó el de malversación, pero no tiene mayoría para reformar la Constitución».

Si Sánchez lo hace, y sin duda lo hará, se habrá proclamado dictador.

Basta la amnistía para hundir irreversiblemente el sistema democrático

A lo largo de los cinco años de la llegada de Sánchez y sus socios al Poder, utilizando una corrupta sentencia judicial urdida por sus garzones, se han vulnerado de mil formas la Ley y la Constitución, pero no derogado. Ahora, sí. La amnistía liquida de un solo golpe la división de poderes, toda pretensión de legalidad en la acción política y cualquier protección de los ciudadanos mediante el Estado de Derecho. Aquí no habrá más derecho que el que convenga a Sánchez según el día. La Ley será él. El derecho, él. Como teorizó Carl Schmitt para justificar la dictadura de Hitler, el líder «es fuente de derecho». El camino ha sido largo, pero el hachazo es fulminante.

A la vista de los precedentes en el control de la fiscalía y los jueces, nadie dudará de que Sánchez culmina un proyecto de poder personal. Pero incluso si no fuera así, la amnistía es un punto de no retorno en ese sentido. Aunque no quisiera -que quiere o le da igual- Sánchez deberá convertirse fatalmente en dictador, destruir el régimen constitucional y con sus socios comunistas y separatistas, instaurar de hecho una república plurinacional cuya única nación prohibida será España. Ya digo que es seguramente lo que quiere, pero, aunque no quisiera, la amnistía le obligará a esa traición.

Tras la amnistía ilegal e inconstitucional para llegar a presidente del Gobierno, esa presidencia y ese gobierno son ilegítima de arriba abajo y de principio a fin. Es imposible una vida parlamentaria mínimamente normal, porque el Parlamento, el Poder Legislativo, se ha alzado contra otro Poder, el Judicial, y los jueces que deben aplicar la ley el Gobierno que debería asegurar que se cumpla, habrán perdido su razón de ser. El país vivirá una situación de hecho en la que, por culpa de Sánchez, no existirá el Derecho. Los medios de comunicación, que, en democracia, deben defender unos determinados valores, matizarlos, criticar o apoyar unas opciones políticas, se verán, nos veremos obligados a las trincheras. Ante el Golpe de Estado de Sánchez, no por no proclamado menos cierto, que reivindica el de 2017, sólo se puede estar con el Golpe, o sea, con Sánchez y su banda o contra él.

Hacia una Ley de Defensa de Sánchez

La Oposición no podrá serlo al Gobierno, aunque la tentación de una parte del PP será fingir normalidad con la excusa de «evitar el frentismo». Pero cuando tienes un bloque enfrente, o le opones otro o le das la victoria. El proceso de liquidación del régimen constitucional mediante la traición de las togas de Pumpido será sinuoso, prolijo y, como obra de traidores, abundará en ofertas de consenso para fingir normalidad en lo que ya nunca puede ser normal. Después de proclamada la amnistía, la vida democrática es, sencillamente, imposible. Nadie podrá dejar de ver en Sánchez a un impostor. Y el impostor no dejará que ese estado de opinión cuaje. Más pronto que tarde habrá una versión de la Ley de Defensa de la República perpetrada por Azaña con la excusa del Golpe de Sanjurjo, que prohibió la mayoría de periódicos de oposición, los cerró, multó o atropelló. Y aunque, tras lo de Casas Viejas, la censura no impidió la derrota electoral, había marcado, con la Constitución sectaria, la quema de iglesias y la defensa de una República «sólo para republicanos», el camino al enfrentamiento civil. Aquí, se nos viene encima, a toda PRISA, una Ley de Defensa de Sánchez.

España está rota porque la media España viva no se resigna a morir. Y el medio país al que le da lo mismo la nación, el Estado y todo lo que no siga las consignas de la izquierda, está dispuesto a atropellar al otro medio. La única defensa de un gobierno que nace infame será defender su infamia de los que lo critiquen, de palabra u obra, en la calle o en las Cortes. Habrá un Ministerio de la Verdad, al estilo de las mamachicho de Igualdad, que no dudará en sancionar, sin jueces que estorben, sólo por razones políticas. En fin, el futuro del que venían los cubanos y venezolanos, ya estará aquí.

LEER MÁS:  Pío Moa y Saulo de Tarso. Mi respuesta. Pablo Gasco de la Rocha

La oposición, más perdida que Pulgarcito en el bosque

Es preciso que el Partido Popular no insista más en sus ofertas al PSOE y, menos aún, a los separatistas vascos y catalanes. No sólo porque perjudica grave e innecesariamente la posición de Feijóo en la investidura, sino porque al asumir públicamente el PSOE, pese a los mohínes de Felipe y compañía, la amnistía como pago previo a la investidura de Sánchez, es inútil insistir en evitar el «error Rivera». Feijóo ya lo ha evitado de sobra. Ahora corre el peligro de parecer un simple testigo del golpe de Sánchez.

Si la comunicación en la Derecha ha sido siempre desastrosa, lo de este PP es artístico de tan estúpido. Que González Pons sea el embajador en Waterloo es como si el general Castaños, en Bailén, hubiera propuesto una tregua al ejército de Napoleón en vez de atacarlo. Deben asumir que los trámites de la investidura de Feijóo han terminado ya. Pues no hay manera.

Vox ha entregado la defensa del bunker al Frente de Juventudes parlamentarias. Nadie con experiencia. Y Génova 13 no sale de un guion que murió el 11M de 2004. Es lógico que el Déspota crea que puede ganar. Se equivoca, pero cuanto más tarden los partidos en reconocer la gravedad de la situación y pedir el apoyo de la opinión, más dura será la batalla. Por ahora, PP y Vox están más perdidos que Pulgarcito en el bosque, y no será porque Sánchez no deje migas por el camino. De hecho, la amnistía dejará a España, literalmente, hecha migas. Pero la Oposición, ay, sigue afinando el violón.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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Es muy grave lo que tiene tramado el psicópata que usurpa moncloaca. También es muy grave y sentará precedente si las fuerzas de seguridad del estado y el ejército se pliegan a los intereses del felón. Medios de comunicación traidores y comprados, sindicatos laborales traidores y comprados. Futuro muy incierto tanto en España como en la UE si la gran mayoría de personas no empiezan a mover el culo de sus sofás para intentar que el futuro, ya el presente, no se convierta en pesadilla.

Aliena

Qué plomos se ponen ustedes con Cuba o Venezuela. Y a ver si el señor escribano nos cuenta cuándo, exactamente, empezó la dictadura González y cuándo la dictadura Zapatero. Digo yo, para que algún despistado no se crea que Sánchez es una novedad en la desdichada Historia de nuestra nada-más-lejos-de-una-democracia o del Partido socialista dizque Obrero y dizque Español.

Hakenkreuz

Muy bien, señor Merino, como usted vuelve a citar a Adolf Hitler, cosa de agradecer, pues hay que revisar bien las mentiras que sobre él y su régimen se afirman, aclaremos:

El día 19 de julio de 1936 Franco llega en el Dragon Rapide a Larache, pide planos de situación de la Gloriosa Sublevación y, consciente de que ha sufrido una importante derrota en lo que concierne al control de la marina de guerra, envía emisarios españoles y alemanes a Berlín, para pedir apoyo militar al III Reich en la Cruzada contra el marxismo y el antiespañolismo, y más cuando ese mismo día el judío socialista Leon Blum hizo cruzar por la frontera pirenaica un importante contingente de armas, munición, aviones de bombardeo y de caza y carros de combate en ayuda del bando rojo y antiespañol.

Llegada la expedición española a Berlín, ni Göering, ni Goebbels, ni Himmler muestran su apoyo a la idea de enviar armas en auxilio del bando católico nacional, pues Inglaterra, como perro rabioso, buscaba cualquier excusa para declarar la guerra a Alemania, como todo el mundo culto sabe bien, aunque no lo reconozca. Y Hitler nunca quiso la guerra con UK, bajo ningún concepto. Ahora bien, viendo la gran posibilidad de que Stalin ganase la Cruzada en España exterminando a más de la mitad de la población, católica y patriota, convirtiendo a España en la decimosexta república soviética de la URSS, y más cuando Leon Blum y muchos laboristas ingleses (además del conservador y admiradísimo por la derecha española, sir Winston Churchill), mostraron su determinación de apoyar a los rojos y antiespañoles incluso con intervención militar a su favor, remitieron a la expedición española al mismo Führer, para que este decidiese sobre si se apoyaba a los católicos y patriotas españoles enviándoles armas, munición, aviones, etc., con el consiguiente peligro de entrar en guerra con Francia y UK y cayendo en la trampa que Stalin tendió en España con su intervención, o desentenderse de nuestra causa.

Cuando la expedición española llegó a presencia de Hitler, que estaba en un concierto escuchando su pieza favorita de Richard Wagner, Lohengrim, recibió una reprimenda por parte del caudillo alemán al entender éste que uno no se puede lanzar a la guerra sin haber planificado antes los recursos y estrategia a seguir, fundamentalmente en referencia a la armada. No obstante, Hitler convino, con todas las inconveniencias, en enviar inicialmente aviones de transporte Junkers, cazas Heinkel 51, ametralladoras y munición en envíos que se repetirían bastante durante toda la Cruzada a los puertos de Cádiz y Ferrol, así como, incialmente, mediante Lisboa, pues Oliveira Salazar también apoyó al bando nacional. El envío de esta ayuda supuso una ayuda crucial para el Ejército del Norte a cuyo mando estaba el general de brigada y director de la Gloriosa Sublevación, don Emilio Mola Vidal, que ya había casi agotado su munición y le fue imposible proseguir el avance hasta la capital de España, pero que gracias a la ayuda alemana en munición, pudo conservar los dos grandes puertos de la sierra madrileña, el puerto de los Leones y Somosierra, sin tener que tirar la línea del frente hacia el Duero.

Los Junkers, como bien han demostrado ya varios militares competentes, llegaron a primeros de agosto, cuando ya Franco ordenó a las tres famosas columnas (Asensio, Tella y Castejón) iniciar la marcha del Ejército de África hacia Madrid vía Extremadura, estabilizada ya Andalucía Occidental. No obstante, esos Junkers, aceleraron el traslado de tropas desde el Rif al aeródromo de Tablada (Sevilla), los cazas biplanos He-51, cubrirían el famoso convoy de la victoria interviniendo activamente para dispersar la flota de destructores rojos, y, posteriormente, formarían parte de la gloriosa Legión Cóndor, que iría sustituyendo los He-51 por los modernos prototipos Me BF-109, el caza más exitoso de la Segunda Guerra Mundial en cuanto a derribos. Por cierto, muchos ases alemanes de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial se curtieron aquí luchando en el bando católico nacional.

La Legión Cóndor ahorró la vida a miles de soldados nacionales y a decenas de miles de españoles, pues su contribución en los frentes del norte y en Aragón resultó decisiva en muchos momentos, facilitando la victoria al bando acaudillado por el católico generalísimo Franco. Además, Hitler no se limitó a enviar cazas Messerschmidt BF-109 o bombarderos Heinkel 111 (Pedros), sino que probó en tierras aragonesas el esbozo de la Blitzkrieg en el espectacular y rápido avance que en marzo de 1938 protagonizó el ejército nacional, con una guerra de armas combinadas (aviación, carros de combate e infantería bien coordinados, que desarbolaron totalmente la defensa estática roja) y que le llevó a Lérida y a Vinaroz en un mes, partiendo en dos la zona roja y acercando definitivamente la victoria a los católicos y patriotas españoles.
La actuación de la Legión Cóndor, (siempre disimulada para evitar la entrada en guerra de UK en favor de rojos y antiespañoles), en Vizcaya, Asturias, Teruel, Maestrazgo (probando aquí a sus famosos Stuka), Ebro y Cataluña, fue impecable, repitamos, salvando la vida de miles y decenas de miles de soldados y católicos españoles. Además de la Luftwaffe, aquí luchó también de parte del bando católico nacional, los primeros carros de combate alemanes y el excepcional cañón de 88 mm., la mejor pieza de artillería de la Segunda Guerra Mundial, ya utilizada en España desde la batalla del Jarama en febrero de 1937. A toda la intervención militar alemana en favor de la España católica y patriota, hay que añadir una intensa labor diplomática que desenmascaró la hipocresía farisea de las democracias, que colaban el mosquito «nazi» y tragaban entero el camello «bolchevique». Claro que, por aquel entonces, en UK la gente creía que Hitler exterminaba pacíficos obreros en Coburg. La propaganda del demonio, comunista, siempre tuvo muchos crédulos. Mientras Stalin, por medio de su NKVD y la Komintern y sus agentes, exterminaba católicos en paseos y chekas, Hitler decidió con gran peligro ayudar a nuestros abuelos y antepasados católicos, evitando que la suma de exterminados (de la que no se libraron los rojos trotskistas del POUM o los anarquistas de CNT-FAI, todavía en números no revelados por historiadores ante el escándalo de su enormidad) no fuera a más, incluidos los más de 8000 consagrados o seminaristas, lo reconozca Roma o la conferencia espiscopal, o no lo haga cobardemente al gusto de los políticos democráticos, que no de Dios mismo, y sin dar testimonio de la verdad, como hizo el Señor, incluso en su Santísima Pasión. Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó con nítida claridad que quien no está contra nosotros, está por nosotros. Quizá, por aquel entonces, ya papas, cardenales y obispos, que no quisieron consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María cometiendo un acto de desobediencia horroroso, pensaban de otro modo radicalmente contrario. Y hoy, año de Gracia de Nuestro Señor Jesucristo de 2023, no parecen haber cambiado mucho de parecer, pues siguen apuñalando al amigo y enalteciendo al enemigo.

Así pues, Hitler ayudó a los católicos y patriotas españoles a pesar de que incluso los derechistas o liberal-conservadores, esos que piensan como Churchill y Eisenhower, no paran de vilipendiarle día tras día. La Verdad no gusta nada a la derecha ni a la izquierda. Como Dios les juzgue a ellos como ellos no juzgan, no, sino que condenan directamente al Führer alemán y a su III Reich, no se libra ni uno de arder en el infierno, todo según NT, que no por mera opinión. Y es que no se puede servir a dos señores. Y en España lucharon por ella los de ultra extrema derecha, Falange, Requeté, Legión (fundada por Franco y Millán Astray), Regulares, católicos verdaderos y no herejes o apóstatas cobardes, Legión Cóndor del III Reich, CTV de camisas negras fascistas, irlandeses católicos voluntarios, viriatos portugueses y muchos voluntarios fieles a Cristo de todo el mundo. Y por España nunca ha luchado derechista alguno. La CEDA y Renovación Española, guste o no guste, huyeron cobardemente y no derramaron gota de sangre alguna en nuestra Cruzada. Su apoyo se limitó a aportar recursos económicos, financieros y diplomáticos, nada más.

Ahora bien, hoy muchos hablan de una nueva Cruzada liberadora como la de 1936/1939. Evidentemente no saben de lo que hablan. La derecha ha sido siempre cobarde y ha pagado a otros para que se maten por ellos. Hoy no hay ultra extrema derecha en España. FET de las JONS, cuyo líder era Franco, no José Antonio, ni Ramiro Ledesma, ni Onésimo Redondo, ni Hedilla, ni el conde de Rodezno, ni Fal Conde, etc., sino Franco mismo, el unificador, ya no existe desde 1977. Y si existiera, lo peor que podría hacer es matarse en frentes contra rojos y antiespañoles para alivio y salvación del nutrido patrimonio de conservadores y liberales. Que sangren y mueran ellos, que empuñen las armas ellos, que hagan la mili ellos, que la suprimieron con su líder Aznar, que vayan a sus manifas banderita en mano ellos, que ya no engañan a nadie, que no se apropien de una victoria y de un patriotismo que ni tienen ni jamás tuvieron ni por la que lucharon. Dios, que es Juez de la historia, bien sabe que a España la salvaron militares y católicos patriotas fieles, es decir, los que hoy se odian como ultra extrema derecha. Y si al amigo se le trata a patadas y puñaladas, si se le vilipendia, si se le condena, si se le ultraja con todo tipo de acusaciones y mentiras, ¿qué se pretende, que vuelva a matarse para gloria y riqueza de los privilegiados ricos de derechas liberal conservadores que ni siquiera han hecho la mili?. Así que falangistas y requetés de hoy, ni una lágrima por estos miserables que os ultrajan a más no poder. Vosotros bien sabéis que lo único que quieren de vosotros es utilizaros como carne de cañón.

Hakenkreuz

El demonio tiene la demoníaca habilidad de parecer bueno y convincente, cuando no es más que el padre de la mentira e infinitamente ególatra, como indican las tentaciones del desierto según evangelios de san Mateo y san Lucas.

Viktor Frankl, judío psiquiatra padre de la escuela vienesa de psiquiatría, la logoterapia, fue uno de esos judíos supervivientes a los campos de concentración del III Reich. Este judío es nombrado muchas veces por personas cercanas a la Iglesia Católica, por ejemplo en Radio María. Este señor escribió un libro titulado (cito de memoria), «El hombre en busca de sentido», en el que describe sus vivencias en los campos de concentración de Auschwitz y de Dachau. Su testimonio deja mucho que desear en cuanto a esclarecer realmente qué ocurrió allí. Es como si no quisiese entrar en detalle por no convenirle, no obstante, lo que escribe sí tiene bastante interés para el que busca la verdad de lo que ocurrió, no lo que cuenta la propaganda de guerra y de paz. El autor parece centrarse más en las lecciones psiquiátricas o psicológicas que extrajo de esa experiencia, el hecho de que si un hombre busca el sentido de su vida por medio del amor a su esposa, hijos, familia, amigos, profesión, suele tener mucha más capacidad de resistencia ante las adversidades y sobrevivir a períodos duros que el que no encuentra sentido alguno a su vida, el que se hunde y baja los brazos.

Viktor Frankl se contradice en cuanto a su experiencia personal, pues resulta totalmente inasumible que no pudiese huir de Austria ya en la primavera de 1938. Él afirma en su libro que, a diferencia de su hermano y su hermana, que trataron de huir según él, sin los demás miembros de la familia, se quedó en Viena acompañando a su padre y a su madre en virtud del cuarto mandamiento de Dios, que él si tenía pasaporte para USA dado que se trataba de un intelectual de prestigio mundial, pero que sus padres no (debía ser que por entonces no existía un derecho de asilo político en USA, algo sumamente dudoso). No obstante, este relato resulta poco creíble, pues las autoridades nacionalsocialistas no pusieron traba de ningún tipo a la salida de judíos del III Reich hasta el comienzo de la guerra en septiembre de 1939 (donde por lógica se cierran las fronteras para evitar entrada de espías o partisanos). Por otra parte, Suiza no le quedaba muy lejos. Aunque Viktor afirma que él se quedó por sus padres, en su libro obvia su pertenencia al partido socialdemócrata austríaco, extinguido tras la anexión saludada por la aplastante mayoría de austríacos, con lo que ello implica de atentados contra la vida y la dignidad humana (la socialdemocracia, entre otras muchísimas cosas perversas, es abortista en todas las naciones de la tierra ya desde hace más de un siglo, cuando empezó a florecer en Europa como forma de marxismo moderada. Y eso sin mencionar todo tipo de salvajadas anticristianas propias de esa ideología hoy en decadencia absoluta). Esto es importante, pues un judío no puede ser identificado tan fácilmente sin recurrir a registros civiles (recuérdese que en el pasado, el DNI exigía como dato la religión profesada) o de adscripción política o sindical.

Este psiquiatra vivió en Viena (foco de todo tipo de perversiones, especialmente contra la santa castidad, según Hitler, y de multiculturalidad, tolerancia e inclusividad según los «católicos» modernos) y se casó en diciembre de 1941 con su primera esposa, es decir, 26 meses después de iniciada la guerra y con los alemanes sufriendo a las afueras de Moscú y con la entrada formal de USA en la guerra. Por lo que cuenta Frankl, los judíos no fueron perseguidos en tiempos del III Reich hasta bien entrado 1942, coincidiendo con la llamada «solución final», según los nacionalsocialistas, el empleo de mano de obra prisionera o de enemigos políticos como esclavos (esto lo reconoció el sucesor de Hitler, Döenitz sin ambages, en la farsa de Nüremberg), algo que se ha dado en innumerables guerras de no exterminio en el pasado, y según la historiografía legal no censurada, es decir, la exclusivamente demócrata y marxista, para exterminarlos en cámaras de gas con Zyklon B, un matarratas, a una tasa de 2000 al día o otras, pues no hay acuerdo sobre esto entre los historiadores no censurados (es decir, los «nazis» no se limitaron a hacerlos perecer de inanición en guetos o campos a la intemperie, como hizo con muchos prisioneros del Ejército Rojo al no poderles alimentar, ni transportar, ni dejar sueltos a su libre disposición por los campos del erial soviético, sino que los gasearon según la imperativa historia actual, con cárcel incluida a quien la ponga en duda, cosa totalmente incomprensible para la mente más elemental y mínimamente interesada en la verdad de los hechos).

En una fecha que no especifica, se supone que de 1942, Frankl afirma que él, su esposa, su madre y su padre son tomados en trenes y llevados a campos de concentración. Mover un tren cargado de gente en aquellos momentos que se necesitaban trenes por centenares en el este cargados de munición, armas, refuerzos, medicinas, alimentos, etc., resulta extraño para tales fines criminales teniendo en cuenta que la intención que se le ha atribuido es exterminarlos. Para eso, sacarlos fuera de Viena entre alambradas en un campo alejado de toda población y privándoles de abrigo, alimentos y agua, hubiese sido suficiente en tan solo una semana, pues los soldados del Ejército Rojo ni siquiera tenían fuerzas para intentar huir, incluso vigilados en una proporción de 1000 a un guardia en los lagger del este. Eso sí, si se extermina a los judíos, los judíos no son mano de obra. Una versión y otra son contradictorias, o lo uno o lo otro. Pero prosigamos. Se despide de su madre que perece en otro campo de concentración según él (las personas ancianas y enfermas no pueden soportar el esfuerzo físico continuado, luego son las primeras en perecer a un trabajo esclavo y mal alimentado por causa de la guerra. Pero el esclavo es útil mientras vive). Cuando llega a Auschwitz afirma que supera un primer proceso de selección llevado a cabo un tanto arbitrariamente por un oficial de las SS, pero que cuando pregunta por un amigo no seleccionado en su grupo, otros presos le dicen que las cenizas que salen de la chimenea de los hornos crematorios son lo que queda de su amigo. El propio Viktor Frankl no afirma ni niega haber visto personalmente como gasean a los judíos haciéndoles creer que van a ducharse. A él en concreto, ese primer día en Auschwitz, lo duchan con agua. Lo de seleccionar prisioneros en Auschwitz parece extraño, pues lo natural es hacerlo en la estación de tren de origen para aligerar peso. El carbón cuesta, y el consumo de carbón de la locomotora aumenta con el peso del transporte. Además, las averías en locomotora y vagones y su mantenimiento es más costoso en horas de operarios, cuanto más cargado vaya. Pero la historia actual desde 1945 no la dictan los hechos, sino la política y sus vendidos a ella.

Es interesante la descripción que empieza a dar de unos personajes a los que atribuye, con sus propias palabras, incluso más violencia, crueldad y maldad que a los propios soldados y mandos de las SS, los que denomina kapos, con la particularidad que tales kapos son judíos también. Esto es muy importante. Si hubo asesinatos en masa en Auschwitz, hubo asesinatos por parte de las SS y de los judíos sobre otros judíos. Viktor Frankl lo deja claro, luego el crimen fue compartido. De hecho llega a afirmar que esos kapos, crueles e inmisericordes, robaban a los presos a su llegada todo tipo de joyas, relojes, oro, etc., incluso ahorcando a los que se negaran a entregar sus pertenencias. Frankl afirma que esos kapos eran tratados de forma privilegiada y que sobrevivieron a la guerra en buena medida. A él le destruyeron un manuscrito que luego trató de rehacer durante su reclusión.

En relación al trabajo esclavo a realizar, que no describe mucho, se trataba de reparar y tender nuevas vías de ferrocarril, abrir túneles, reparar carreteras y puentes bombardeados o saboteados por los partisanos, abrir zanjas para tuberías (especialmente costoso en invierno, con la tierra helada), etc. Incluso afirma que por algunos trabajos les pagaban cajetillas de cigarros que luego intercambiaban por raciones adicionales de sopa y pan. Frankl afirma que los presos tenían enfermería, cosa extrañísima para una población que tenía como destino su exterminio, salvo para la esquizofrénica mente de un demócrata, sea de derechas o de izquierdas, aunque no tan extraña si lo que se pretendía era que vivieran y trabajasen para el III Reich (un muerto exterminado no trabaja nada, aunque los partidarios de la democracia no lo crean). Y que el propio Frankl pasó bastante tiempo atendiendo presos en ella, dada su formación médica. Incluso afirma que se dio una auténtica epidemia de tifus que causó terror en la población reclusa y los guardias y mucha muerte. Esto coincide con los testimonios que en los tribunales dieron muchos soldados y oficiales de las SS como causa de muerte masiva, y no el Zyklon B.

(Sigue)

Hakenkreuz

Viktor Frankl también describe la psicosis de los presos a figurar en listas con nombres y apellidos y número de preso, pues presuponían éstos que un traslado equivalía a la muerte segura en cámaras de gas en otro campo de concentración, aunque aclara que muchas veces el traslado era para bien de los presos, a un destino no tan cruel y con menos exigencia física. Afirma, además, que los judíos hacían todo lo posible para borrar sus nombres, apellidos y número de esas listas, incluso sobornando a los guardias y kapos y poniendo a otros en su lugar, pues, según él, a los guardias solo les importaba el número de presos trasladados, no los nombres a incluir en listas. Por cierto, los campos de concentración llevaron un escrupuloso listado diario de presos con nombre, apellidos y número de presos, y Viktor Frankl reconoce que todos los días se pasaba lista, con castigo para el que se retrasase. Esto confirma que el número de presos en todos los campos de concentración ni tan siquiera se acercó a una mínima fracción de los asesinatos que se presupone que en ellos se perpetraron. La propaganda de guerra democrático bolchevique se ha perpetuado desde entonces. Si en Auschwitz no llegó a haber más de 400.000 prisioneros entre mayo de 1940 y enero de 1945 (y con los traslados, nunca tantos a la vez), es imposible que muriesen allí, gaseados o asesinados, 4 millones de judíos y personas de otras razas y nacionalidades, como sostienen los bolcheviques, o los 1,5 millones que sostienen los demócratas aliados de ellos actualmente, con placa a la entrada del recinto aún por eliminar. Las listas no tenían otro cometido que controlar posibles fugas de presos que podrían unirse a partisanos rojos en Polonia o en el este, que hostigaban a los alemanes en todo tipo de lugares, provocando reacciones desproporcionadas, algo parecido a lo que USA perpetró en Vietnam, con víctimas colaterales del napalm incluidas. La lucha contra el comunismo solo la conoce bien quien la llevó a cabo.

Con respecto a los traslados de presos, que obedecen a las distintas necesidades de mano de obra, Frankl mismo afirma que fue trasladado desde Auschwitz con otros muchos presos en dirección oeste, se supone que ante el avance del ejército rojo por Polonia, ya en 1945. Parece ser que para Viktor Frankl no hubo cámara de gas en esos más de dos años que estuvo en Auschwitz, ni tampoco condena como la sufrida tristemente por el P. Maximiliano Kolbe (recordadísimo por papas, cardenales, obispos, etc., a diferencia del más de millón y medio de católicos exterminados en Rusia por Lenin y Stalin, que es como si jamás hubiesen existido). Afirma Frankl que ya cercanos al río Danubio, el pasaje del tren temblaba ante la posibilidad de recalar en Mauthausen, el campo de concentración en el que fue recluido Francisco Largo Caballero y del que fue liberado por sus aliados demócratas yankees cuando ya había cumplido 75 años, es decir, siendo un anciano recluso superviviente (otra incoherencia con testimonios como el de Frankl. ¿Cómo es posible que sobreviviera un anciano a Mauthausen con los antecedentes de pertenencia a un partido marxista conocidos en toda Europa?), pues según el psiquiatra judío, Mauthausen tenía chimenea, y los campos que tenían chimenea se asociaban a exterminio, eso sí, sin ningún testimonio de haberlo presenciado personalmente, salvo el de los comisarios soviéticos de Stalin que, según los demócratas, «liberaron» Europa del Este (y luego niegan que democracia y sistema de la mentira y el engaño, es decir, de satanás y sus vástagos, no son lo mismo). El tren que llevaba a Frankl se desvió hacia el sur, hacia Baviera, llegando a Dachau, donde los presos se sintieron aliviados, pues el propio Viktor Frankl reconoce que en Dachau no se exterminaba a nadie, pues el que allí moría lo hacía por agotamiento o enfermedad, lo que alegaron siempre los miembros de las SS en la farsa criminal de Nüremberg uno tras otro, con la excepción de los pocos líderes que cayeron bajo las torturas de los politruk de Stalin, que reconocieron, bajo amenaza a ellos y a sus propias familias (esposas, hijos, hijas, padres, madres, etc.) bajo yugo rojo, todo lo que Stalin y sus vástagos le obligaron a testificar en Nüremberg, como previamente se hizo con Zinoviev y Kamenev, Bujarin, Yagoda, Yezhov, etc. en los denominados Procesos de Moscú, homónimos jurídicos a los perpetrados en Nüremberg con los más fieles anticomunistas de la historia. Las torturas de la Lubianka también dejaron un resto en España del que debería escribirse más en un medio como éste, especialmente en las «cárceles del pueblo» o chekas, como la de Bellas Artes en Madrid, además de otras 200 en la misma ciudad, por las que pasaron decenas de miles de católicos, despreciados hasta por los papas frente a sus admirados y respetadísimos judíos. Pero ya se sabe, unos muertos interesan mucho, otros nada de nada.

El libro «El hombre en busca de sentido» fue escrito en los noventa del siglo pasado, cuando la historiografía condenatoria del «nazismo» experimentó un brusco frenazo a su sed de sangre hitleriana, comenzando a aparecer versiones mucho más moderadas y equilibradas de los hechos, curiosamente cuando Yeltsin permitió el acceso a archivos de la época de Stalin y se comenzó a acceder en libertad a la Europa del Este, Rusia incluida. De hecho, de Auschwitz fue arrancada una placa que afirmaba que allí los «nazis» habían exterminado en cámaras de gas a 4 millones de personas (hoy la macabra cifra cotiza a 1,5, menuda «precisión» demo marxista a los hechos). Este extraño cambio de agresividad histórica es muy sorprendente y es propio del que se hubiese producido si se hubiese descubierto que los crímenes de millones que se atribuyen a Hitler y su régimen, en realidad los perpetró Stalin y los suyos, culpando, como en el caso de las fosas de Katyn, a sus enemigos «fascistas», típica táctica del infernal comunismo y sus vástagos. La historiografía cambió radicalmente desde la caída del bloque comunista curiosamente. Pero como las democracias angloparlantes ayudaron a Rusia a propagar el comunismo infernal por el mundo, Putin viene a satisfacer el deseo de ocultar o disfrazar esto a toda la humanidad, frenando todo tipo de hallazgos de interés en los archivos soviéticos y de la Alemania del Este.

Hakenkreuz

Lo que a día de hoy está prohibido en toda universidad de la tierra, es investigar el exterminio masivo de alemanes que tuvo lugar a partir de la rendición incondicional de Alemania, el 8 de mayo de 1945. Se sabe hoy que de 5,5 millones de soldados alemanes muertos, 2,8, es decir, más de la mitad, lo fueron por exterminio en gulags, campos de trabajo soviético, traslado a pie por la nieve y, sorprendentemente y en su inmensa mayoría, pues se solían entregar antes a los occidentales que a los rojos, en campos de concentración bajo dominio angloamericano. Benedicto XVI, soldado de la Wehrmacht liberado de uno de esos campos de concentración yankees, da testimonio de ello en sus memorias, pues fue liberado al lograr convencer a los americanos que él solo era seminarista y que fue reclutado a la fuerza. Pero 2,8 millones de sus compatriotas no tuvieron su suerte, la mayoría bajo la captura de los ejércitos de Eisenhower, que no tuvo escrúpulo alguno en exterminarles inmisericordemente, guste o no a todo el mundo angloparlante. Además de eso, perpetraron la más salvaje cacería de mujeres, ancianas y niñas alemanas para perpetrar la orgía satánica más grande de la historia con violaciones indiscriminadas y perpetradas junto a sus satánicos aliados soviéticos. Dejaron bien claro quién había ganado. Dios no pasará por alto esto, que no figuró en la farsa del sanedrín de Nüremberg, homónimo de los Procesos de Moscú y de la comparecencia del Señor ante sus asesinos liderados por Caifás.

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