Adjetivos para un rojo cabrón, putero, ladrón, Pablo, Pablito y Pablon. Por Julio Merino

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El Ilustrísimo y Excelentísimo Señor Marqués de Galapagar, Don PABLO IGLESIAS, quiere hacer una Ley Antiinjurias para que dejen de ser delito los «piropos» contra España, contra la Virgen Santísima, contra la Corona y contra su madre…y eso provocó en mí un deseo loco de saber qué adjetivos podría yo emplear contra él para saciar mis ansias de crucificarle sin que me metan en la cárcel (¡ojo, porque el señorito lo que quiere es libertad para meterse con España y con el Rey, pero NO con los suyos. O sea, que puedas decir Felipe VI es un cabrón, pero NO puedas decir Stalin fue un asesino…Ojito, las cosas claras y el chocolate espeso!!!).
Así que me cogí el tomaco de la RAE y lo abrí por la página de ADJETIVOS OFENSIVOS que no sean delito y encontré todos estos y algunos más que no reproduzco por cansancio:
Desleal, demagogo, ventajista, cabrón, hijo de puta, putero, rojo, ladrón, vesánico, mordaz, provocador, audaz, decidido, arrojado, luchador, activo, dinámico, vehemente, impetuoso, intenso, brusco, maricón, traidor, salvaje bárbaro, niñera, bonzo, vidrioso, belicista, guerrero, batallador, beligerante, stalinistas maoista, troskista, irascible, mentiroso, furibundo, rabioso, indignado, malhumorado, atrabiliario, Don Pablo, Pablo, Pablito, Pablete, Pablón, duro, cáustico, incendiario, ponzoñoso, ciego, cojo, vírico, purulento, mafioso, troglodita, infectado, viral, pandémico, lujurioso, eletebé, demente, estruendoso, fullero, tramposo, sañudo, robaperas, estrepitoso, demente, venenoso, loco, alborotador, vocinglero, bullanguero, indecente, inmoral, amoral, chupatintas, faldero, abrazafarolas, desvergonzado, libertino, osado, atrevido, aventurero, robacoños, eunuco, agalludo, descarador, carota, lanzadoengañabobos, insidioso, ruidoso…y aquí me cansé de los calificados como AGRESIVOS y me pasé a los PUTEROS y estos me recomendaron:

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Prostituto, golfo, puto, mujerzuelo, gigoló, perro, chulo, chulo de putas, chapero, ramero, zorro, zorrito, furcio, fulano, vendido…y sin detenerme me pasé a los CORRUPTOS y éstos ofrece la RAE. Venal, disipado, disoluto, pervertido, depravado, licencioso, vicioso, protervo, malo, adúltero, adulterado, comprado, sobornable, venido, degenerado… y lo siento.
Porque para calificar correctamente e identificarlo en su justo retrato ya no hay adjetivos. Este caballero, Ilustrísimo y Excelentísimo Señor Marqués de Galapagar, Don Pablo, Pablo, Pablito, Pablete y Pablón iGLESIAS TURIÓN puede copar todos los adjetivos de la Real Academia Española de la Lengua.
Y por eso busco en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Gitana, el «caló» (sí, de esos gitanos tan amigos suyos y que tan bien le conocen) y me encuentro con estos: chufla, corahé, tonté del culé, engollipao, angengo, cañí, kinki, carajote, guarnajo, jartible, mascao, quillo, sieso, tramposero, golferas…
Bueno, pues ya lo ven: Este hombre es incalificable. Este hombre no tiene nombre. Este hombre nos lleva directos al comunismo cañí y a la ruina. Este hombre es un dictador nato. Este hombre lo quiere todo…
¿Y saben por qué? Parece mentira que la RAE no lo haya adivinado, porque por encima de todo es UN RESENTIDO, es decir el sujeto que nunca se ve bien valorado por la sociedad, el sujeto que tiene en su mente una guillotina porque se cree Robespierre. Y ojo al canto, Majestad, que este señor no se conformará con echarle de España antes de que se ponga el sol, como hizo Alcalá Zamora con su abuelo ,.. que este sujeto, si puede, lo llevará a Ekaterimburgo. Al tiempo.

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Gabriel ARACELI

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.