Cómo será la guerra nuclear que se acerca. Por Luys Coleto

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Les hablé en otra ocasión de los pronósticos demográficos para el año 2025 de Deagel.com, página web dedicada a la compilación de datos militares y logísticos a escala mundial. Sus apocalípticas predicciones, un puntazo. Recuerden España, por ejemplo. Desde los 49 millones de habitantes actuales, en un lustro pasaríamos a 28 millones. En el ínterin, nuestra patria perdería, correcta resta, 21 millones. Sobre Estados Unidos, datos todavía más escalofriantes. Yanquilandia, para el año 2025, perdería casi el 80% de su población.

Próxima guerra nuclear

Un disclaimer es una advertencia (warning) dirigida al público en general como, por ejemplo, las que aparecen en el estuche, embalaje o envoltorio de muchos productos, o las que se incluyen al final de los correos electrónicos. Un descargo de responsabilidad, mejor expresado. ¿Y qué nos cuenta la muchachada militaresca de Deagel? Pues lo esperado: próxima guerra nuclear. Veamos.

«En 2014 publicamos un descargo de responsabilidad sobre el pronóstico. En seis años, el escenario ha cambiado drásticamente. Este nuevo descargo de responsabilidad tiene como objetivo destacar la situación a partir de 2020». El mundo que surgirá después de la falsa pandemia, según Deagel.com, «se utilizará para extender la vida de este sistema económico moribundo a través del llamado Gran Reinicio».

Guerra nuclear para apuntalar el Gran Reinicio

El Gran Reseteo, Great Reset. ¿Y cómo «recomenzar» de la manera más óptima? Pues, guerra nuclear al canto. Exterminios poblaciones en masa. Leamos atentamente el referido Disclaimer. «Hace seis años, la probabilidad de una guerra devastadora era mínima. Desde entonces, sus posibilidades se han incrementado de manera constante y dramática y hoy es, con mucho, el evento importante más probable en la década de 2020«.

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Y se plantean dos hipótesis sobre «el conflicto final», ambas sobradamente plausibles. «El conflicto final puede provenir de dos formas. Un conflicto convencional que involucra al menos a dos grandes potencias que se convierte en una guerra nuclear abierta. Un segundo escenario es posible en el período 2025-2030». Y veamos el primero, en principio próximo. «Un primer ataque ruso contra Estados Unidos y sus aliados con el nuevo S-500, defensas de misiles estratégicos, submarinos Yasen-M, misiles INF Zircon y Kalibr y algún nuevo activo espacial que juega el papel clave».

Victoria rusa, destrucción americana y occidental

¿Y cómo se produciría, según Deagel.com, la agresión rusa? «El primer ataque furtivo involucraría a todas las ramas de las fuerzas estratégicas de misiles rusas (bombarderos y misiles terrestres) en las diferentes etapas de dicho ataque que sería una traducción estratégica de lo que se vio en Siria en noviembre de 2015. No hubo informes de que los rusos tuvieran la capacidad de lanzar un ataque de armas combinadas, múltiples y de alta precisión a objetivos a más de 2.000 kilómetros de distancia”.

Tras el ataque ruso, Usa y el resto de naciones occidentales, aniquiladas. “La inteligencia occidental no tenía ni idea. La ironía es que desde el final de la Guerra Fría Estados Unidos ha estado maniobrando a través de la OTAN para lograr una posición para ejecutar un primer ataque sobre Rusia y ahora parece que el primer ataque puede ocurrir, pero el país devastado sería Estados Unidos».

“Una guerra nuclear es un juego con miles de millones de bajas”

Las cosas, en su párrafo final, suficientemente cristalinas. «Si no se produce un cambio dramático, por supuesto, el mundo será testigo de la primera guerra nuclear. El colapso del bloque occidental puede ocurrir antes, durante o después de la guerra. No importa. Una guerra nuclear es un juego (sic) con miles de millones de bajas y el colapso se juega en cientos de millones«. Pues eso. En fin.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

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