Con todo lo que acontece en cuanto a la revelación permanente de las inmundicias del desgobierno criminal, ha pasado inadvertido el despido masivo de la pandilla de vagos y maleantes que se encargaban de censurar las RRSS de Facebook e Instagram. Un amasijo de basura censora que cobraba un sueldo exterminando la libertad de expresión, seguramente con pintas sucias propias de ese progresismo fétido que durante años se ha impuesto como cómplices criminales de la mafia woke tan bien representada por el desgobierno corrupto de Sánchez.
Un ejército de mierdas con sesgo sanchista-podemita que estaba al acecho de cualquier denuncia, crítica o indignación para ejercer dictatoriales silenciamientos con el más miserable de los ventajismos y la más repulsiva impunidad. Un ejército de mierdas como los comisarios políticos de la Wikipedia que anda pidiendo limosnas para sostener su entramado de censores políticos, auténticos acomplejados que van de dioses de Internet recortando la libertad de expresión.
Se suman a los otros del antes Twitter que fueron despedidos cuando Elon Musk compró el actual X. Una manada carroñera de zombies vuelve a las tumbas del desempleo, por inútiles y arribistas, por gilipollas y mangantes, pues era una ofensa que semejantes inútiles sectarios ganaran un sueldo tan deshonroso cortando la expresión de los que con razón denunciaban las criminalidades y corrupciones innúmeras de un desgobierno aún más inmundo que los repugnantes censores.
Desde hace un tiempo se puede comprobar que la libertad de expresión ha retornado sin cortapisas a Facebook e Instagram, una vez la pandilla basura de rastreros comisarios políticos ha sido despedida masivamente para que todos regresen a las cuevas del resentimiento y la envidia de las que provenían los muy trastornados de la secta progre.
Las rabiosas jaurías ya no ladran en las oficinas del empleo inmerecido. Esos que vivieron del cuento durante años hasta que los mandaron a la calle de la que no debieron salir. ¿Cuánto se apuestan a que muchos de esos malolientes bichos se están buscando la vida de okupas por no pagarse honradamente el alquiler de una vivienda?
Un gran decisión de Zuckerberg capaz de recular ante la dictadura endemoniada de los woke, entre otras pestilencias emanadas del mal llamado progresismo: el disfraz de la dictadura comunista permeabilizando con engaños las sociedades, no obstante la carroña parasitaria siempre estuvo al acecho para seguir viendo del cuento a costa de las mejores sociedades avanzadas como parásitos sin conciencia, moral ni vergüenza.
¿Se imaginan los sudores fríos de esta marabunta de vividores del cuento, cuando sospecharon que se les acababa el chollo? A tomar por vientos los verificadores que ven con terror tener que trabajar en condiciones para ganarse la vida. Se acabó vivir del cuento censor. Así se pudran con la expectativa de dar un palo al agua.
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