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Maldito y mil veces maldito seas, por toda la eternidad, Juan Carlos el mayor traidor de toda la Dinastía francesa y afrancesada.

Cómo católico y cómo español, desgarraste mi corazón, mi mente y la gloriosa historia de mi amada Patria.

Maldito seas, sí maldito seas, me robaste mi impresionante acuartelamiento, junto a la Bahía del Valle del Oro. Me destruiste mi Mando Bandera de la Xª Bandera, en dónde serví a la patria. Mi novena compañía, en dónde pernotaba. Mi inmensa piscina, con trampolín, en dónde nos bañábamos los días de asueto. Mi tatami en el cuadrilátero, en dónde como 2º judoca del Tercio, entrenábamos a diario. Mi mesón, en dónde con una cerveza, charlábamos los compañeros de nuestras cosas, allí en dónde escribíamos las cartas a nuestras novias, allí dónde descansábamos con alegría de una jornada intensa de trabajo, de manejo de armas en orden cerrado, de travesías por el desierto en continuas marchas de vigilancia, de patrullas y entrenamientos, de luchas tácticas, de esos entrenamientos de tiro, con nuestras tanquetas, nuestras MG, nuestros Cetmes, …., nuestras luchas tácticas contra un hipotético enemigo, allí por ese inmenso desierto,  que representaba una tercera parte del territorio Nacional, con un sol implacable, a 50 grados, arrastrándonos entre la arena, por las dunas, con nuestras gorras con visera, las gafas y la siroquera, para evitar que nos entrara la arena, en boca, en ojos, en oídos, cuando el siroco hacia de las suyas.

Tú, maldito reyezuelo Perjuro, Traidor y Crápula, nos robaste eso y mucho más.

Nunca se te ha formado Consejo de Guerra y menos un fusilamiento, pues este pueblo ha soportado todos tus delitos y encima te los ha premiado, YO NO  

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No lograste destruir mi Tercio Sahariano Alejandro Farnesio IV de La Legión, no conseguiste destruir a mi Xª Bandera, no conseguiste destruir, mi honor, mi lealtad,  mi dignidad, nada de eso conseguiste, pero sí conseguiste, que fuera siempre enemigo incondicional tuyo, porque tú lo eras de mi Patria.

Juan Carlos, perjuro, traidor y maldito reyezuelo, te vas a ir sin que te juzguen los hombres, por las decenas de delitos cometidos, porque todo se lo dejamos a nuestro Santo Cristo, pero Él si te juzgará y te enviará al infierno, desde dónde nunca deberías haber salido.

¡MALDITO SEAS JUAN CARLOS, PRIMERO EN DECENAS DE DELITOS!

¡MALDITO SIEMPRE, A PESAR DE LOS MILES DE DEFENSORES, QUE AÚN TE VENERAN, ALLÁ ELLOS CON SU CONSCIENCIA Y SU “PATRIOTISMO”!

Mi Santo Cristo de la Buena Muerte, que yo procesioné con Él, con orgullo, representando a mi Xª Bandera, a mis hombros y a brazo alzado, por la Ciudad de Villa Cisneros, el Jueves Santo de 1971

 

La historia, no es como algunos la cuentan, los que intentan empañarla, la Historia es Historia, Historia pasada, sí, pero Historia inamovible.

 

  

Gerardo Mariñas Romero, Coronel Jefe del Tercio Alejandro Farnesio, IV de La Legión. ¡Descanse en Paz!

 

 Delante del dios Marte, junto a mis íntimos amigos de la Escuadra de Gastadores de la Xª Bandera. 

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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