18/05/2024 21:58
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Primero, el juez del Tribunal de los Contencioso Administrativo (TCA), Alejandro Recarey, solicitó al  gobierno del país sudaméricano que en 48 horas proporcionase toda la información sobre el contrato con la mafiosa Pfizer, exigiendo saber si contienen cláusulas «de indemnidad civil o impunidad penal de los proveedores respecto de la ocurrencia de eventuales efectos adversos», entre otros detalles. Un Maracanazo judicial en toda regla, revirtiendo la satrapía covidicio.

Callada por respuesta, obvio

¿Callada por respuesta? Casi. El globalista (como casi todos) gobierno del siniestro Luis Lacalle Pou (y toda la oposición, incluido el Frente Amplio de Fernando Pereira), cortina de humo y tinta de calamar, intentando matar al mensajero: recusando al citado togado. Quia, tiro en el pie. La parasitaria chusma funcionarial, no podía ser de otra manera, grosso modo, silente.

Dicta el juez, pues: en Uruguay se suspende la timovacunación covidicia en niños menores de 13 años. Y por supuesto, esta esencial pieza de la criminal y terrorista FARMAFIA, no le queda otra, se retira completamente de territorio charrúa porque no quieren ni pueden responder a la corte sobre el letal contenido de las kakunas, incluyendo la posible presencia de «óxido de grafeno» o «elementos nanotecnológicos».

Experimentales timovacunas y muerte, valga la redundancia

El magistrado, otrosí: exige datos que demuestren la «inocuidad» de «la sustancia llamada ARN mensajero» y que acrediten con estudios de la agencia estadounidense de Estados Unidos, la FDA, «el carácter experimental» de las vacunas, los lotes diferentes, por qué tal hecho y bajo qué criterios se inoculan tales venenos de deliberada manipulación genética. Además requiere que las autoridades «expongan si se han estudiado terapias anticovid-19 alternativas» y «en caso negativo, aclare por qué no se exploraron esas salidas».

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Y, cumbre, remate, la masacre mortuoria que están provocando las timovacunas. Solicita  explicaciones sobre si se han realizado estudios «tendientes a explicar el notorio aumento de fallecimientos por covid-19 a partir de marzo de 2021 en relación al año anterior».

A por ellos: nunca es tarde si la dicha es buena

Lo que sucedió en Uruguay, noble y decente (y con huevos) excepción al comportamiento habitual de los ropones en todo el planeta. Lo mismo que sucedió con Mark T. Pittman, juez de Distrito de los Estados Unidos, liberando la documentación ultra-secreta de Pfizer

Que se repita indefinidamente lo de Uruguay, nación por nación, incluida Bozalistán, bastante sencillo: empezar a denunciar por prevaricación a los jueces. Ellos tienen que dictar autos en base a unas pruebas, y no lo están haciendo, bien por órdenes recibidas, bien por creencias personales (Y por cierto, ¿qué hacemos con los 3500 millones de dosis del matarratas de Pfizer en más de 180 países, adultos y críos? Horror)…

…Y atentado contra Las Piedras Guía de Georgia. Y bajo apariencia de fuerza, el imperio anglosajón se desmorona. La cumbre de la terrorista OTAN en la vasalla España devino canto del cisne. Tal vez lo más preocupante sean los últimos coletazos (incluido el punto 3, “vacunación universal”, totalitaria Agenda 2030).

Globalistas, ¿pupita? Os jodéis. En fin.

DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS DE PFIZER

Decreto judicial del juez uruguayo 

AGENDA DE INMUNIZACIÓN 2030

https://elcorreodeespana.com/politica/315068306/Pfizer-reconoce-ante-un-tribunal-que-el-gobierno-estadounidense-sabia-que-sus-ensayos-clinicos-eran-completamente-fraudulentos-Por-Luys-Coleto.html

https://latribunadelpaisvasco.com/art/14786/agenda-2030-el-muy-infeliz-mundo-feliz

https://www.kla.tv/index.php?a=showlanguage&lang=es&id=22964&date=2022-07-01

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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