Pedro I el torpe: De tanto mirarse en las aguas de su narcisismo, olvidó que lo que veía era una imagen distorsionada de su verdadero rostro,
En uno de mis artículos afirmé que Pedro Sánchez era torpe, muy torpe, torpeza que tapaba con esa buena capa que todo lo tapa, con su imagen y con su capacidad monumental a mentir y a mentir sobre la anterior mentira; ni que decir de su falta de escrúpulos brutal que le permite tragarse toda la podredumbre que haga falta y vender, traicionar y convertir en juguetes rotos a quien ha usado como un pañuelo de papel de usar y tirar. Y que lo único que le salvaba era la suerte de contar con la opinión pública más estúpida que registran los anales de nuestra democracia y de una oposición blandiblú. En la pasada legislatura afirmé que a España solo podrían salvarla – a pesar de algunos que manchan las togas – los jueces, los magistrados y los fiscales porque – desgraciadamente – ni el pueblo ni la oposición tenían el tuétano y la consistencia para impedir que la mafiosa gobernanza de Sánchez destruyera nuestra historia y, sobre todo, nuestra transición. Los últimos datos que han aparecido tras el encomiable trabajo de los jueces y de la UCO, confirman mi aserto: Ni el pueblo anestesiado ni la oposición blandiblú podían acabar con esta agonía de España a la que nos ha llevado la organizada mafia sanchista. Solo el esfuerzo de unas personas íntegras que conforman la justicia en su mayoría y el trabajo extraordinario de la UCO.
Pedro Sánchez se ha ganado el apelativo de torpe. Hay que ser torpe para, teniendo en sus manos los medios de comunicación afines, los periodistas comprados y vendidos, las instituciones, las empresas más emblemáticas del país, TVE y a una ciudadanía instalada en la sempiterna siesta, en el postureo indecente y en el subsidio y la subvención, sin mentar a la oposición que no se opone, se encuentre entre las patas de los caballos.
Pedro empezó a conformar esta mafia ya en las primarias del 2014 para esquilmar España, a los españoles y a quienes no comulgaran con su doctrina mafiosa de libro. Once años de robo diseñado desde las cloacas de Moncloa productoras de ese fango pútrido al que tan aficionada es la ministra Montero y de los bulos para achacárselos a los otros.
Desde su proverbial soberbia, Pedro Sánchez se ha despeñado al abismo de su torpeza. Desde su plagiado Manual de resistencia, Pedro Sánchez se ha precipitado al légamo pútrido de su ineptitud. Todo por su torpeza, porque contra la opinión generalizada de atribuir a Sánchez el don de la Inteligencia confundiendo a esta con la torpe astucia, Pedro es uno de los personajes más torpes que la reciente historia de España ha dado. La última torpeza ha sido de traca: Atacar a Israel el país con el mejor servicio secreto y de inteligencia del mundo: El Mosad; porque ¿de donde creen ustedes han salido a la luz todos los desmanes de este gobierno mafioso, toda la mierda que mancha hasta las cejas a un gobierno que huele a formol?
Pero, señores, España no puede sentirse a salvo; no puede porque, si se ponen las urnas ante los ciudadanos, en un ejercicio de estupidez supina ya realizado anteriormente, estos podrían votar a quien los está esquilmando.
MAROGA
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